Fuente: El Universal, Caracas
Venezuela - Un Niño de cuidado
lunes 15 de julio de 2002
En Venezuela, aumentará el calor y disminuirán las precipitaciones
EDYMAR ABLAN PACHECO
EL UNIVERSAL
De las entrañas de los océanos y las corrientes de aire surge para poner el mundo a temblar: los vientos cambian de dirección, la tierra arde y se agrieta ante la sequía y el calor, o se inunda bajo lluvias incesantes, los tifones se mudan de hogar, los círculos polares se deshielan y llegan la hambruna y la peste. Es la voz de El Niño que anuncia su inminente visita.
Su presencia fue percibida por primera vez por pescadores peruanos en el siglo XIX, que le dieron su nombre por el Niño Jesús, ya que llegaba siempre en las fechas navideñas. Sin embargo, a diferencia de la divinidad cristiana, la llegada de El Niño no era algo para celebrar: los peces huían y llegaban las inundaciones.
Pronto se descubrió que lo que ocurría en Perú correspondía a un cambio climático generalizado y muy particular en el mundo, que tiene lugar en ciclos de cada dos a diez años, de 8 a 36 meses de duración. Huracanes, lluvias, heladas, olas de calor, riadas... todos responden a su gobierno.
Se trata de un fenómeno totalmente natural. La atmósfera y el océano están en continuo movimiento. Las masas de agua y aire se desplazan creando las condiciones climáticas. El Niño sólo representa un cambio del patrón que el ser humano considera normal.
Ha ocurrido antes y regresa ahora. Así lo han afirmado expertos del Centro de Predicción del Clima en Estados Unidos (NOAA), que estiman que sus peores efectos se sentirán de diciembre a marzo próximos. Pero, a diferencia del episodio de 1997-98, que provocó 24.000 muertes, afectó a 111 millones de personas y causó pérdidas por $34 millardos, éste será 'de débil a moderado'
y, por lo tanto, menos temible.
De cualquier manera, su llegada se sentirá: la temporada de huracanes golpeará con más fuerza al Pacífico que al Atlántico; sitios normalmente húmedos padecerán sequías y regiones tradicionalmente áridas, inundaciones.
Los cultivos, la pesca y los ecosistemas sufrirán las consecuencias, pronosticó la NOAA.
La escasez de agua afectará las siembras de Africa y Asia, pudiendo provocar hambrunas. En América, las lluvias ocasionarán inundaciones, principalmente en Perú, Bolivia y Chile, y la humedad favorecerá el desarrollo de mosquitos. Todo esto propiciará un repunte de alergias y enfermedades endémicas, como la malaria, el dengue y la diarrea. Además, los cambios de temperatura a nivel global causarán la migración de algunas especies a ecosistemas más propicios.
En Venezuela los efectos serán menores. La temperatura aumentará y disminuirán las precipitaciones, en especial en el Estado Bolívar, los Andes y los llanos centrales, según el meteorólogo José Pereira.
Tratándose de un episodio natural, no puede ser alterado por el hombre. En la naturaleza todo está conectado, y detener El Niño _si tal cosa fuera posible_ podría acarrear consecuencias desastrosas.
Así pues, anticipar los posibles efectos del fenómeno y tomar medidas preventivas es, por ahora, la única forma viable de evitar daños mayores.