Fuente: Gestion, Lima
Productores de Harina de pescado
jueves 27 de diciembre de 2001
Peru - Productores de Harina de pescado desembolsan US$ 26 Mlls. anuales por
compra de materia prima.
Una empresa que no tiene flota propia y que para una temporada de pesca de
marzo a julio requiere alrededor de US$ 2.8 millones de capital de trabajo,
cerca de un 75% tendría que ver con pagos por IGV a los armadores y gastos
de carta fianza. Mientras que una empresa que combina 60% de flota propia
con 40% proveniente de pesca de terceros, podría estar destinando cerca de
un 30% de su capital de trabajo para gastos relacionados al pago del IGV,
indicaron fuentes del sector.
Desde 1996 en que fue creado un dispositivo que les permite a los armadores
pesqueros independientes facturar el IGV por su pesca, la industria harinera
del país viene realizando un desembolso anual de aproximadamente US$ 26
millones por sus compras de materia prima, con el consiguiente perjuicio en
sus niveles de liquidez y/o gastos financieros, además de distorsionar el
libre mercado en la adquisición de pescado, complicando la operación de las
empresas, señalaron fuentes del sector.
Asimismo explicaron que si se paga en promedio US$ 65 por tonelada de
materia prima y cada tonelada de harina requiere en promedio 4.55 toneladas
de pescado, el empresario que no tiene flota propia tiene que destinar por
concepto de IGV alrededor de US$ 53 por cada tonelada de harina producida.
Indicaron que esta cifra cobra una importancia relevante cuando una empresa
pesquera registra una buena temporada de pesca, con producciones que superan
las 10,000 toneladas de harina y "como tal deberían estar exoneradas de ese
pago al momento de comprar la pesca al armador, sobre todo cuando después de
un plazo determinado el Estado lo tiene que devolver", anotaron las fuentes
consultadas.
Una empresa que se atrase en su cobro y/o solicite su devolución a la Sunat,
podría estar pidiendo en dos meses de operación una devolución por concepto
de IGV superior a los US$ 500 mil, con el consecuente impacto en sus
operaciones, anotaron.
Refirieron que una empresa que no tiene flota propia y que para una
temporada de pesca de marzo a julio requiere alrededor US$ 2.8 millones de
capital de trabajo, cerca de un 75% tendría que ver con pagos por IGV a los
armadores y gastos de carta fianza.
En el caso de una empresa que combina 60% flota propia con 40% proveniente
de pesca de terceros, señalaron que ésta podría estar destinando cerca de un
30% de su capital de trabajo para gastos relacionados al pago del IGV.
Líneas
De otro lado explicaron que normalmente las líneas de capital de trabajo se
garantizan con los stock de harina, en cambio para el pago del IGV son
líneas sin auto liquidable, o sea que no están respaldadas. "Por ello es
dinero que tienen que conseguir y recuperar rápidamente, porque va corriendo
la tasa de interés. En tal sentido contratan con los bancos líneas de
fianzas a noventa días para poder recuperar rápido el IGV, lo cual también
representa un costo por pago de interés", explicaron.
Valor
Las fuentes indicaron que el mecanismo antes descrito no da ningún valor
agregado al país o a la empresa, y tampoco significa ningún servicio
adicional. "Se distorsiona el libre mercado, ya que el que tiene efectivo
puede pagar el IGV por adelantado al armador y asegurarse de esta manera la
materia prima", anotaron.
Recordaron que antes de 1996 los industriales estaban exonerados del IGV por
la compra de pescado y solamente pagaban alrededor de US$15 por dicho
concepto en otras compras (sacos, energía eléctrica, petróleo, gastos de
embarque, mantenimiento de plantas, repuestos y otros gastos indirectos),
que en una buena temporada de pesca y produciendo 10,000 toneladas de
harina, representaba en promedio un desembolso de IGV por US$ 150,000 que
"en general no debiera significar mayor sacrificio para las empresas pagarlo
y esperar que se lo devuelva la Sunat durante los meses siguientes".
Sin embargo los perjudicados eran los armadores independientes, ya que al no
poder facturar sus ventas con IGV, no podían hacer uso de su crédito fiscal
y recuperar el IGV por sus compras, ya que por definición una empresa
exonerada de IGV no puede tener crédito fiscal.
En tal sentido lo que se requiere es solucionar el problema al armador, lo
cual podría solucionarse fácilmente si se les devuelve su impuesto, ante la
presentación de sus registros de compra precisando su crédito fiscal a
recibir, indicaron.
Indicaron que ello los obligaría a formalizarse y como tal el Estado podría
ganar nuevos contribuyentes para cuando tengan que declarar su Impuesto a la
Renta.