Fuente: Expreso, Lima
Perú - Perú: gigante dormido de la acuicultura
lunes 10 de marzo de 2025

Perú - Perú: gigante dormido de la acuicultura
Por Alfonso Miranda Eyzaguirre
8 Mar 2025
Expreso, Lima
https://www.expreso.com.pe/opinion/peru-gigante-dormido-de-la-acuicultura/
Noruega se posiciona como líder mundial en la producción y exportación de bienes de la acuicultura, la cual desempeña un papel crucial en su economía. En 2024, exportó 1,3 millones de toneladas de productos acuícolas, generando ingresos de 11.500 millones de dólares. Este éxito se basa en el cultivo de salmón y trucha, respaldado por fuertes inversiones en investigación, tecnología y manejo sanitario. Además, han creado un ecosistema robusto, apoyado en incentivos fiscales y acuerdos comerciales que benefician a todo el país.
Vietnam, con apenas una cuarta parte del tamaño del Perú y que a fines de los años 70 estaba devastado por la guerra, ha logrado consolidarse como uno de los principales exportadores mundiales de acuicultura. En 2024, superó los 10,000 millones de dólares en exportaciones, destacándose en la producción de pangasius y camarones. Este justo mérito se debe a su capacidad de resiliencia y adaptabilidad, así como a la ruptura de los monopolios estatales en el sector productivo, una revolución que impulsó su crecimiento sin dogmas ideológicos.
Ecuador, por su parte, se convirtió en adalid de la industria pesquera y acuícola en América Latina, con una producción que contribuye significativamente a su economía. En 2024, sus exportaciones de camarón superaron los 7,000 millones de dólares, y ahora buscan consolidar su producción de tilapias. Para colocarse en esta posición expectante, mediaron inversiones estratégicas en infraestructura y logística, así como la implementación de regulaciones claras y eficientes, esenciales para el desarrollo sostenible del sector.
Chile también destaca como uno de los principales actores en la acuicultura mundial, con una producción que ha tenido un impacto notable en su balanza comercial. En 2024, sus exportaciones de salmón, trucha y mejillones superaron los 6,000 millones de dólares. Dicho logro se puede atribuir a una combinación de factores: el Estado promovió un salto tecnológico significativo, implementó una regulación eficiente, fomentó la inversión extranjera y adoptó un compromiso firme con la sostenibilidad ambiental en el aprovechamiento de sus recursos hidrobiológicos.
Perú apenas supera los 300 millones de dólares anuales. No somos protagonistas en el ranking de los acuicultores.
¿Qué tienen en común estos países que no poseen una riqueza marina mayor a la peruana y que antes nos miraban de lejos cuando éramos campeones mundiales en pesca de captura? Su éxito no es producto del azar, sino de políticas estratégicas y esfuerzos sostenidos. Estas potencias apostaron por la innovación tecnológica, la diversificación de especies y la mejora de las cadenas de valor. Además, desarrollaron marcos regulatorios claros, promovieron la investigación científica y facilitaron el acceso a financiamiento para los productores. Entendieron que los resultados no dependen únicamente de la riqueza natural, sino de una combinación de visión estratégica, inversión en tecnología y políticas públicas que fomenten el crecimiento de los acuicultores, tanto pequeños como grandes.
Perú, con una riqueza marina incomparable, tiene el potencial para convertirse en líder global en acuicultura. Para lograrlo, debe seguir el ejemplo de estos países: invertir en ciencia e innovación, fortalecer las alianzas público-privadas, implementar políticas claras y sustentables, promover la especialización en especies con alta demanda internacional, fomentar la cultura de calidad y competitividad, y priorizar la formación de talento especializado.
Reglas claras, estabilidad jurídica y seguridad son precisamente los pilares que el ministro José Salardi, desde el MEF, ha anunciado como fundamentales para alcanzar un crecimiento del 4 % en 2025. El desafío es concreto: pasar de ser un gigante dormido a un referente en acuicultura, aprovechando las lecciones de quienes, con mucho menos recursos naturales, han conseguido descomunalmente más.