Fuente: Expreso, Lima

Perú - El trabajo en el mar no debería ser una condena

lunes 24 de febrero de 2025

Perú - El trabajo en el mar no debería ser una condena

Por Alfonso Miranda Eyzaguirre
Diario expreso 22 Feb 2025

La explotación laboral a bordo de los buques de pesca en alta mar es una problemática documentada por diversos especialistas y organizaciones. Un informe de la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF), elaborado por los reconocidos investigadores independientes Sabina Goldaracena y Sergio Almada, con el apoyo del Comité para el Manejo Sustentable del Calamar Gigante en el Pacífico Sur (CALAMASUR), expone con claridad cómo los tripulantes de flotas de aguas distantes sufren condiciones indignas, incluyendo jornadas extenuantes, sueldos impagos, trabajos forzosos, violencia física y psicológica, con el resultado escalofriante de un muerto cada dos meses.

La lejanía y el aislamiento de las naves permiten que estos abusos ocurran con impunidad, mientras que la falta de denuncias y la ausencia de mecanismos efectivos de fiscalización agravan la situación.

Un factor clave en la persistencia de estos delitos, tal como señalan los autores, es la invisibilidad de las víctimas. A pesar de los numerosos testimonios y casos documentados, el número de denuncias oficiales sigue siendo bajo en comparación con la magnitud del problema. Esto se debe a la precariedad de los trabajadores, quienes muchas veces carecen de vías seguras para denunciar los atropellos, así como a la ineficacia o falta de voluntad de las autoridades para tomar medidas protectoras.

Para abordar esta crisis, es fundamental un enfoque integral, más allá de la supervisión de cada embarcación. El análisis de riesgo a nivel de compañías pesqueras, considerando su historial de seguridad, antecedentes de violaciones a los derechos laborales y patrones de operación sospechosos, permitiría identificar a los actores más propensos a incurrir en excesos. De igual forma, la implementación de inspecciones rigurosas ayudaría a detectar irregularidades y prevenir estas prácticas.

En este sentido, los países costeros que reciben barcos de pesca desempeñan un papel fundamental en la lucha contra la explotación laboral en el sector. No solo deben examinar la legalidad de las capturas y la sostenibilidad de la actividad, sino que también tienen la responsabilidad de verificar el cumplimiento de la normativa internacional del trabajo, la protección de los derechos humanos y las leyes que prohíben la trata de personas y la esclavitud moderna.

La falta de controles exhaustivos en los puertos, sin embargo, permite que las tripulaciones sigan siendo víctimas de condiciones abusivas sin posibilidad de escape.

Aunque la mayor responsabilidad es de las empresas y los Estados de bandera de los buques, la comunidad internacional también ha fallado en generar la presión necesaria para erradicar estas vejaciones. No obstante, hay señales de cambio. Algunas organizaciones regionales de ordenamiento pesquero han comenzado a adoptar medidas para mejorar las condiciones de trabajo a bordo de las naves, sentando un precedente para futuras regulaciones.

La erradicación de la explotación laboral en la pesca de altura requiere cooperación entre gobiernos, organismos internacionales y la ciudadanía. A través de una fiscalización más estricta, el intercambio de información y la adopción de normas de trabajo dignas, es posible frenar la impunidad y garantizar que la actividad extractiva se desarrolle con respeto por los derechos humanos. Por ejemplo, las autoridades migratorias y ocupacionales peruanas deberían hacer pública la condición de los más de 7,000 tripulantes de barcos chinos que ingresaron a puertos peruanos entre 2023 y 2024, de los cuales muchos propietarios han sido sospechosos de trato inhumano hacia sus trabajadores.

El trabajo en el mar no debería ser una condena, sino una elección libre y digna. Como dijo Nelson Mandela: “Privar a las personas de sus derechos humanos es poner en tela de juicio su propia humanidad”.