Fuente: Gobierno del Perú, Lima
Perú - Diego: un ícono de la conservación del cocodrilo de Tumbes en el Centro de Acuicultura Tuna Carranza
martes 5 de noviembre de 2024
Perú - Diego: un ícono de la conservación del cocodrilo de Tumbes en el Centro de Acuicultura Tuna Carranza
Nota de prensa: Fondo Nacional de Desarrollo Pesquero
Diego es un cocodrilo de Tumbes (Crocodylus acutus) con más de 40 años de edad, parte de los reproductores que han permitido la repoblación de esta especie considerada en peligro de extinción.
4 de noviembre de 2024
Gobierno del Perú, Lima
https://www.gob.pe/institucion/fondepes/noticias/1051192-diego-un-icono-de-la-conservacion-del-cocodrilo-de-tumbes-en-el-centro-de-acuicultura-tuna-carranza
En el Centro de Acuicultura de Tuna Carranza habita un imponente cocodrilo de Tumbes (Crocodylus acutus). Mide 3 metros con 57 centímetros y pesa cerca de 250 kilogramos. Su nombre es Diego. Se diferencia de sus demás compañeros por una carnosidad en uno de sus ojos. Esta particularidad, a primera vista, da la impresión de que ha perdido la visión en ese ojo. Todos los visitantes quieren conocerlo. Diego es una estrella.
Hace más de 20 años, Diego llegó al centro de acuicultura administrado por el Ministerio de la Producción, a través del Fondo Nacional de Desarrollo Pesquero (FONDEPES). Era un ejemplar juvenil y formó parte de los primeros cocodrilos seleccionados para repoblar la especie, declarada en peligro de extinción en el Perú años antes. Fue capturado en el río Tumbes. Tras ser sometido a algunos exámenes, lo ubicaron junto a Guasimoda, Rosita y Magali. Hoy, se estima que Diego tiene más de 40 años.
En los primeros años, Tuna Carranza albergaba alrededor de 40 cocodrilos. La población actual supera los 300 ejemplares. Una buena parte de ellos son descendientes de Diego. Sin embargo, no es posible saber cuántos exactamente son sus hijos porque junto a él también se utilizaron otros reproductores.
Desde hace un tiempo, Diego vive solo. Lo han separado de las hembras porque la reproducción se ha detenido temporalmente. Vive entre su estanque de agua dulce y, de agua salobre. Los cocodrilos de Tumbes son eurihalinos. Es decir, son capaces de adaptarse a ambos tipos de agua. El agua salada de su estanque es renovada diariamente, mientras que, en el agua dulce el recambio es cada siete días.
La alimentación de Diego es balanceada, rica en proteínas. Cada 3 días consume entre 7,5 y 12,5 kilogramos de pollo fresco o pescado, lo que equivale al 3% o 5% de su peso corporal. Los cocodrilos tienen el metabolismo lento, su digestión puede durar hasta 72 horas. Aunque los cocodrilos no tienen lengua para saborear, Diego disfruta de sus alimentos. Los devora lentamente. A su dieta también se le añade vitaminas y complementos nutricionales.
La especie de Diego es de gran interés para la comunidad científica. Estudiantes de universidades nacionales e internacionales acuden a Tuna Carranza para realizar investigaciones con él.
Con el tiempo, Diego ha aprendido a reconocer su nombre. Tras casi 20 años de convivencia, cuando los cuidadores del FONDEPES lo llaman, se aproxima a la zona de alimentación. Sin embargo, la mayoría del tiempo mira al mundo con indiferencia, la indiferencia que caracteriza a los divos.