Fuente: Expreso, Lima

Perú - Bahía de ensueño y pesadilla por el agua

lunes 26 de agosto de 2024

Perú - Bahía de ensueño y pesadilla por el agua

Por Alfonso Miranda Eyzaguirre

24 Ago 2024
Expreso, Lima
https://www.expreso.com.pe/opinion/bahia-de-ensueno-y-pesadilla-por-el-agua/

Paita, con 1,784 kilómetros cuadrados, es la más pequeña de las 8 provincias del departamento de Piura y la segunda en densidad poblacional, con 154 mil habitantes. En 2023, en esta portentosa bahía de ensueño, como reza una estrofa de su himno, se movilizaron más de 323 mil contenedores, operación que solo fue superada a nivel nacional por el Callao. Ocupa el primer lugar en desembarques y procesamiento de pesca y acuicultura para consumo humano, y registra la mayor flota artesanal del Perú.

A pesar de su belleza natural y de los ingentes recursos que ha generado para el Estado, Paita parece condenada a una desatención eterna que deteriora la ciudad y permite el desorden, lo que facilitó la metamorfosis de una de las urbes más apacibles del país en una localidad en la que se ha enseñoreado el delito en sus más perversas modalidades, que incluyen narcotráfico, extorsión, sicariato y asaltos a sus pacíficos vecinos. El grado de vulnerabilidad de la población es tan grande que se habrían instalado, con toda comodidad, comisionados de los más renombrados carteles del crimen internacional.

Por ello, no sorprende que, a pesar de ser un gran productor de alimentos, sus moradores padezcan inseguridad alimentaria y tengan 27% de prevalencia de anemia infantil, ese dramático mal que le sigue ganando batallas al Perú. Como si fuera poco, el 33.1% de su población está bajo la línea de pobreza monetaria.

En ese marco, en Paita no se satisface una necesidad básica como la de acceder al agua, recogida internacionalmente como la exigencia a los Estados para que aseguren a todos sus ciudadanos el acceso a una cantidad suficiente de agua potable para su uso personal y doméstico. Quedan comprendidos el saneamiento, el lavado de ropa, la preparación de alimentos y la higiene personal y doméstica. En la provincia, la provisión del líquido elemento está a cargo de la EPS Grau S.A., que produce 60 mil metros cúbicos al día y que también abastece a Talara. Como ocurre en otras regiones del país, la falta de agua es la pesadilla de los pobladores de este núcleo urbano, que se fundó el 30 de abril de 1532 por Francisco Pizarro.

Los paiteños reciben cuatro horas diarias de agua en sus domicilios y, en la parte alta, solo una hora. El costo del metro cúbico es 2 soles, pero cuando la compran en cisternas, llega a subir hasta 23 soles por metro cúbico: la más cara del mundo. La industria de la zona pierde competitividad, ya que debe pagar 11 soles por metro cúbico y abastecerse, en gran proporción de su demanda, por cisternas a precios exorbitantes. Además, los usuarios reclaman por la inadecuada calidad del agua tratada en la planta de El Arenal, proveniente del río Chira. La situación se viene agravando año a año y los alcaldes, ministros y gobernadores esquivan su responsabilidad de dar solución a tremendo obstáculo para el progreso.

En estas condiciones, propias del subdesarrollo y de una incapacidad de gestionar apropiadamente, no es de extrañar que lo que debería ser un polo de desarrollo mantenga índices alarmantes de anemia, enfermedades y pobreza, a lo que se ha sumado una delincuencia desenfrenada. Pablo Neruda dijo de Paita: “Parece/ que aquí/alguna ausencia inmensa sacudió y quebrantó/ los techos y las calles”. No permitamos que este hospitalario pueblo siga sufriendo por la incompetencia y la corrupción. La paciencia tiene un límite; la falta de Estado puede traer muchos estragos, como la historia universal lo ha registrado.