Fuente: Expreso, Lima

Perú - 2024: Determinación y confianza

martes 2 de enero de 2024

Perú - 2024: Determinación y confianza

Por Alfonso Miranda Eyzaguirre

30 Dic 2023
Expreso, Lima
https://www.expreso.com.pe/opinion/2024-determinacion-y-confianza/#google_vignette

Según el Banco Central de Reserva del Perú, en 2023 el mundo creció en 3%, mientras Perú decreció en 0.5% y su PBI pesquero descendió en 17.6%. Los especialistas señalan que la reducción de la inversión privada del año que termina fue de 8.5% y que la manufactura habrá caído en 6.4%. Lo mencionado bastaría para que cualquier directorio evaluador despidiera a las autoridades responsables de nuestro sector productivo, a las que solo escuchamos presentar excusas como las alteraciones del clima y coyuntura mundial. Lo cierto es que, con iguales o peores adversidades, quienes hicieron bien las cosas crecieron y nosotros caímos a pesar de los buenos precios de nuestros principales productos en el mercado mundial.

¿Qué debemos corregir en pesca y acuicultura para revertir la caída de 2023?

Podríamos comenzar con la tan esperada reclasificación de la pesca artesanal, impedir que se sigan construyendo cientos de embarcaciones como ocurre hoy, reglamentar la ley que protege las 5 millas (lo que debió hacerse hace 4 meses). Asimismo, retomar la capacitación, atención crediticia y modernización de los desembarcaderos pesqueros artesanales. Nada justifica el deplorable estado actual en estas materias.

La pesca y acuicultura deben dejar de ser acosadas, perseguidas y estigmatizadas. Son fundamentales para generar empleo y nutrición en gran parte del país, y su impacto podría ser mucho mayor si no estuvieran irracionalmente reguladas, obstaculizadas y sometidas a sanciones draconianas. Ojalá la pesca y el procesamiento ilegal, actividades que se realizan en todos los puertos a vista y paciencia del Estado, captaran solo un poco del interés burocrático. Quizá así se enterarían que más de 120 mil toneladas de pota y anchoveta se procesan clandestinamente frente a su indiferencia.

El Estado debe dotar al IMARPE de los medios para mantener el nivel de excelencia que le tomó 60 años en conseguir. No se le puede mantener en el limbo institucional que lo limita y desconcierta a su personal. Igualmente, debe restituirse el Instituto Tecnológico Pesquero del Perú, que fue desarticulado hace 10 años y dejó al sector sin soporte en ciencia y tecnología, para crear una casi fantasmal red de CITEs.

Se tiene que facilitar la captación de productos semiprocesados de otros países que desean que la mano de obra calificada y reconocida de los peruanos le dé valor agregado, pero que se traba por desidia de la gestión. Esa misma morosidad complica y posterga trámites y procesos administrativos sin que hayan responsables por su inadmisible parsimonia. La acuicultura está llamada a ser el gran proveedor de alimentos de origen hidrobiológico, pero vive en la orfandad, desprovista de seguridad jurídica y atosigada por diversas amenazas.

En el ámbito internacional deberíamos defender mejor nuestros intereses comerciales y exigir reciprocidad en el trato. No es posible que sigamos admitiendo que productos como las conservas de pescado de China o Tailandia entren con arancel cero al Perú, mientras que la pota con valor agregado que exportamos a China, paga 20% por el mismo concepto. Se debe proteger nuestra soberanía y hacer cumplir la norma que obliga a los barcos extranjeros a usar un dispositivo satelital, en lugar de facilitarles el ingreso a puerto para labores logísticas, incumpliendo con los compromisos asumidos en el Acuerdo de Medidas del Estado Rector del Puerto (AMERP).

Si hubiera decisión y voluntad del Estado, en 2024 podría comenzar a cambiarse la historia. Aristóteles dijo: “La esperanza es el sueño del hombre despierto”; no cabe duda que con determinación y confianza podríamos reactivar al país. Es el reto de 2024.