Fuente: El Periodico de España, Madrid
España - Arranca el proyecto de cría de larvas de pulpo en cautividad con una planta propia
Larva de “octopus vulgaris”, en un acuario. / / CSIC
lunes 19 de agosto de 2024
España - Arranca el proyecto de cría de larvas de pulpo en cautividad con una planta propia
Profand arrendará una nave en Moaña para desarrollar el estudio con el CSIC, que se ejecutará a lo largo de 5 años
Prevé contar con mil juveniles al año, de hasta 20 gramos de peso
Vigo - Jueves, 15/08/2024
El Periodico de España, Madrid
https://amp.epe.es/es/sociedad/20240815/arranca-proyecto-cria-larvas-pulpo-cautividad-107023767
La cría de pulpo en cautividad ha sido un desafío colosal para la comunidad científica, para lograr completar las fases biológicas de crecimiento hasta completar el círculo con ejemplares reproductores que permitan, a la postre, reducir la presión pesquera sobre el recurso. Con esta misión se creó, en el año 2017, una alianza entre el grupo Ecobiomar –del Instituto de Investigaciones Marinas, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)– y uno de los grandes grupos industriales del país, Armadora Pereira. El leitmotiv de aquel proyecto no ha mudado aunque sí uno de sus protagonistas, porque Grupo Profand cogió el testigo de la otra pesquera viguesa y está en disposición ya de darle forma en toda su extensión. La sociedad Octolarvae, filial de Profand Fishing Holding, acaba de remitir a la Consellería de Medio Ambiente e Cambio Climático la memoria ambiental para “un cultivo larvario de pulpo para explotación industrial”. Tendrá instalaciones propias en Meira (Moaña), con cerca de 350 metros cuadrados en la primera planta de una nave ya construida.
“La actividad a desarrollar será la experimentación larvaria de pulpo común, lo que supone definir las bases biológicas, técnicas y tecnologías necesarias para hacer de la acuicultura de pulpo común una realidad económicamente rentable y ambientalmente sostenible”, arranca la documentación, sometida a participación pública. La intención de la multinacional pesquera, en todo caso, pasa por ejecutar el trabajo investigador de mano del CSIC para la “optimización de la fase larvaria desde un enfoque ecológico”, y no incluye futuros desarrollos de explotación a gran escala. Por eso se trata de una actuación con fecha de caducidad y cuya “experimentación” terminará previsiblemente a los cinco años, y por ello también la base de Octolarvae dista al completo de los planes de Nueva Pescanova, que ha diseñado una factoría en Canarias para la producción en cautividad de pulpos a escala comercial. La actividad empresarial acuícola de Profand se centra en especies como lubina, dorada, trucha o langostino vannamei, con instalaciones propias en Galicia, Grecia o Ecuador.
En primera instancia, el proceso investigador que se asentará en Moaña arrancará con el cultivo de distintas especies de microalgas, seguido del de artemia, que es un diminuto crustáceo, y fitoplancton. Todo para dar de comer a las larvas –la alimentación de los pulpos en su entorno salvaje ha sido una de las grandes equis a despejar por los científicos–, y que saldrá de los distintos tanques que se van a instalar en el edificio. Además de una docena de tolvas (de 150 litros cada una para las larvas de este crustáceo, habrá otros cinco tanques abiertos más, con 800 litros de capacidad, para ubicar a los ejemplares de reproductores. Los tres acuarios para la eclosión de huevos se dispondrán aparte.
“Al tratarse de una especie que pone huevos una sola vez en la vida y con un ciclo vital de unos dos años, no existe la posibilidad de mantener reproductores de un año a otro”, abunda la memoria, coordinada por Álvaro Roura como director técnico de Octolarvae. “Por ello es necesario o bien recoger huevos a hembras salvajes o contar con el apoyo de pescadores y el permiso de la Xunta correspondiente para capturar y mantener hembras en cautividad”. Son las de más de 2 kilos de peso las que pueden asegurar que están ya fecundadas.
La nave contará con distintas salas para cada fase del proyecto: una para los reproductores de pulpo, para el cultivo larvario, la sala de cultivo propio de artemia, de fitoplacton o de pequeños crustáceos, además de un laboratorio, almacén y sala técnica. Los promotores calculan que podrán contar con una decena de ejemplares reproductores a partir del segundo año, con un peso máximo de seis kilos por ejemplar. En cuanto a los juveniles, y también al segundo ejercicio del proyecto, “las instalaciones contarán con un máximo de 1.000 juveniles de pulpo”, que no pasarán de los 20 gramos por ejemplar.