Fuente: New York Times, New York

EE.UU. - Tomó un siglo encontrar este calamar colosal

martes 22 de abril de 2025

EE.UU. - Tomó un siglo encontrar este calamar colosal

Han pasado 100 años desde que esta especie fue descrita formalmente en un artículo científico. En marzo pasado, una expedición avistó una cría en las islas Sandwich del Sur.

Por Elizabeth Preston

19 de abril de 2025
New York Times, New York
https://www.nytimes.com/es/2025/04/19/espanol/ciencia-y-tecnologia/calamar-gigante.html?campaign_id=42&emc=edit_bn_20250422&instance_id=153039&nl=el-times®i_id=101727040&segment_id=196471&user_id=e75b16059e03335c1c7af9ae064f2918

En marzo, Kat Bolstad regresó de una expedición antártica en la que había utilizado un nuevo sistema de cámaras, construido especialmente para buscar al escurridizo calamar colosal.

Nadie había captado imágenes de uno de estos animales nadando en las profundidades marinas. Ella tampoco vio ninguno en este viaje.

Sin embargo, el día que abandonó el barco, Bolstad, bióloga de cefalópodos de aguas profundas, se enteró de un video reciente tomado el 9 de marzo en las islas Sandwich del Sur. Un equipo que buscaba nueva vida marina y utilizaba a distancia un sumergible del Instituto Oceánico Schmidt, se había topado con un joven cefalópodo, y querían la ayuda de Bolstad para identificarlo.

El juvenil medía unos 30 centímetros de largo, tenía el cuerpo transparente, brazos delicados y manchas marrones. Era un calamar colosal.

“En cuanto vi la grabación, supe que había una buena posibilidad”, dijo Bolstad, bióloga de cefalópodos de la Universidad Tecnológica de Auckland, Nueva Zelanda. Asesora a distancia el trabajo del instituto Schmidt en la Antártida.

Han pasado 100 años desde que el calamar colosal fue descrito formalmente en un artículo científico. En su forma adulta, el animal es mayor que el calamar gigante o que cualquier otro invertebrado de la Tierra, y puede llegar a medir 6 o 7 metros de largo.

El primer buen vistazo que dieron los científicos a la especie en 1925 fue incompleto: solo fragmentos de brazos de dos calamares en el vientre de un cachalote. Se cree que los adultos pasan la mayor parte del tiempo en las profundidades oceánicas.

Los calamares colosales adultos aparecen ocasionalmente en la superficie del océano, llevados a los barcos pesqueros mientras “mastican” peces en los anzuelos, dijo Bolstad. Ejemplares más jóvenes han aparecido en redes de arrastre.

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Sin embargo, hasta ahora, los humanos no habían visto un calamar colosal en casa, nadando en las profundidades del mar antártico.

Una de las razones por las que son tan escurridizos es el gran tamaño de ese hogar. Además, es probable que los calamares nos eviten, dijo Bolstad. “Son muy conscientes de su entorno, porque cualquier perturbación en la columna de agua que les rodea podría significar un depredador”.

Los cachalotes, los principales depredadores del calamar, pueden sumergirse hasta dos kilómetros. Quizá para ayudarse a evitar a esos animales, los calamares colosales han desarrollado los ojos más grandes del mundo: más grandes que una pelota de baloncesto.

También tienen “una combinación única de ventosas y ganchos en los brazos y los tentáculos”, dijo Bolstad, y así pudo confirmar que la joven criatura marina de las nuevas imágenes era un calamar colosal.

Las imágenes fueron tomadas por un sumergible teledirigido llamado SuBastian, que el Instituto Oceánico Schmidt utiliza para explorar las profundidades marinas. Esta inmersión en concreto fue una colaboración con la Nippon Foundation-Nekton Ocean Census, una iniciativa para descubrir especies desconocidas. El sumergible se detuvo unos minutos en el descenso para filmar al pequeño cefalópodo transparente.

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“Creo que es muy emocionante”, dijo Christine Huffard, bióloga del Instituto de Investigación del Acuario de la Bahía de Monterey, en California, quien no participó en la expedición.

Huffard ha utilizado otros sumergibles teledirigidos en sus investigaciones. Dijo que estas misiones exploratorias tienen un “valor tremendo”. Por ejemplo, sus observaciones de pulpos que caminan de manera bípeda por el fondo del océano —utilizando dos brazos para andar y los otros seis para, posiblemente, camuflarse como un grupo de algas o un coco— se produjeron por casualidad. Los hallazgos han sido útiles para los investigadores en robótica blanda, dijo.

Captar imágenes de animales marinos rara vez vistos, como el calamar colosal, dijo Huffard, también puede servir para tomar decisiones sobre actividades humanas como la minería en aguas profundas.

Dijo que ayudaría saber dónde pasan el tiempo estos animales, adónde viajan para aparearse o desovar, o cuánto viven.

El joven calamar colosal del video nadaba a unos 600 metros de profundidad, dijo Bolstad, no en las aguas más profundas donde probablemente viven los adultos. Otros calamares de aguas profundas pasan sus primeros años de vida en aguas más superficiales, señaló. Tener un cuerpo transparente puede ayudar a la cría a nadar sin ser detectada por los depredadores antes de descender como adulto opaco y rojizo al océano más oscuro.

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La cámara de un sumergible puede detectar al calamar y transmitir imágenes instantáneamente. A diferencia de los científicos de hace un siglo, que tenían que escarbar entre la carnicería parcialmente digerida en el vientre de una ballena, cualquiera podía ver la transmisión de las profundidades del instituto Schmidt desde su casa para formar parte del momento del hallazgo del calamar colosal, dijo Bolstad. “Poder participar en estas exploraciones y descubrimientos, esencialmente en tiempo real, desde cualquier lugar del planeta, es algo asombroso que los humanos pueden hacer”.

Bolstad seguirá buscando un animal adulto. “Estoy impaciente por ver cómo es un calamar colosal adulto vivo, en casa, en las profundidades marinas, donde debe estar”, dijo.

Pero señaló que también se alegraba de que el primer avistamiento de la especie en estado salvaje no fuera de la versión adulta —un enorme leviatán con anzuelos—, sino de “esta hermosa fase temprana de la vida que parece una pequeña escultura de cristal”.

“En realidad, me encanta que este sea nuestro primer atisbo de lo que se convertirá en un verdadero gigante”, dijo Bolstad.