Fuente: El Comercio, Lima

Peru - Olas de cuatro metros inundan 20 casas en asentamiento humano en el Callao

miércoles 10 de abril de 2002

Los moradores del asentamiento humano Canadá, en el Callao, temían la
marejada pero no sabían qué hacer para protegerse. Finalmente, a las tres de
la tarde de ayer, salieron corriendo de sus casas mientras la incontenible
masa de agua salada entraba en ellas inundándolo todo.

Olas de cuatro y cinco metros reventaban con furia sobre la playa y llegaban
fácilmente hasta la explanada donde se levantan las 70 casas del
asentamiento humano, hechas con madera de cajón y techos de calamina o
cartón.

El agua inundó las veinte casas que estaban frente a la playa pero no causó
víctimas personales ni daños materiales. Fue un milagro que no las
derrumbara porque no hay ningún muro de tierra o piedras que las defienda, a
pesar de que están a solo seis metros de la playa.

"Las olas venían cada cinco minutos", narró una vecina. Los pobladores se
alejaban de las casas y no podían dejar de estremecerse con el ruido de las
olas al reventar.

"Las olas más grandes remecían la tierra, parecía temblor. Las paredes de
las casas también se movían", contó Brenda Reyes, quien veía una telenovela
cuando empezó el fuerte oleaje.

Según los moradores, se trata del maretazo más fuerte de los últimos años.
Los primeros indicios se tuvieron desde el lunes en la noche, en que el mar
empezó a ponerse bravo y las olas se hacían cada vez más grandes.

El fenómeno fue pronosticado por la Dirección de Hidrografía y Navegación de
la Marina de Guerra el 5 de abril. Entonces se señaló que el oleaje en el
litoral aumentaría desde el mediodía del lunes y alcanzaría su mayor
intensidad hoy miércoles, por lo que la emergencia aún persiste. El oleaje
disminuiría a partir de mañana.

El fuerte oleaje se observó a lo largo de la Costanera, donde también están
los asentamientos humanos Víctor Raúl, Alan García y San Judas Tadeo. Estos
no fueron afectados porque están a doscientos metros de la playa y frente a
ellos hay muros que los protegen.

Una hora después del maretazo, con ayuda de una pala mecánica y camiones
enviados por el CTAR-Callao, se empezó a levantar un muro con rocas para
defender la casas, pero los vecinos criticaron la demora.