Fuente: La Voz de Galicia,

España - Tunez ofrece exenciones fiscales a la flota que se traslade a sus aguas

lunes 15 de julio de 2002

Dos buques gallegos han comenzado a operar en las costas del país norteafricano Galicia prueba fortuna en Túnez. Armadores gallegos que se vieron afectados por el fin del acuerdo de pesca con Marruecos han encontrado en las sociedades de capital mixto una alternativa para esquivar a los chatarreros.
Si en aguas marroquíes están a punto de volver a faenar varios buques gallegos, en las tunecinas ya están operando dos barcos, atraídos con argumentos de este calibre: exención fiscal de diez años, gasóleo rebajado en un 60% y posibilidad de controlar el 70 por ciento del capital social.




XOAN CARLOS GIL

Hace apenas medio año que el ministro de Pesca, Miguel Arias Cañete, hacía en Bruselas estas declaraciones: «Hay posibilidades de recolocar barcos en acuerdos internacionales que ya están cerrados o en sociedades mixtas que estamos en trance de cerrar en Túnez y Argelia».

Los mensajes repetidos entonces por Cañete como una especie de sedante para tranquilizar al sector, que acababa de conocer los planes de reconversión que le ofrecía Bruselas, parecían responder más al deseo que a la realidad.
Sin ir más lejos, Argelia -un país muy inestable desde el punto de vista
político- todavía no ha conseguido atraer a los inversores gallegos, pese a poseer uno de los caladeros más ricos del Mediterráneo.

Liberalización

Pero en Túnez las cosas cambian. Para empezar, se trata del país más occidentalizado del Magreb, con una democracia en vías de consolidación y con un Gobierno que hizo de la liberalización económica una de sus principales señas de identidad. Pero además, el régimen de sociedades mixtas que negoció con España para el sector de la pesca es ampliamente atrayente para la inversión extranjera, a diferencia de lo que ocurre en Marruecos.

El armador español que se instale en Túnez con su barco podrá controlar el 70% del capital de la empresa, a diferencia de lo que ocurre en Marruecos, donde la participación local deberá ser siempre de al menos un 51%. Además, Túnez le ofrece diez años de exención fical y una rebaja del 60% en el precio del gasóleo.

Barcos como el volantero Reboredo o el palangrero Noor han puesto su base en los puertos de Bizerta y Tabarca, respectivamente, han comenzado a operar en aguas tunecinas. Y el Gobierno también ha puesto a su disposición la empresa pública APIA, cuya misión es velar por la seguridad del capital extranjero.

DOMINGOS SAMPEDRO (BRUSELAS. Corresponsal)