Fuente: La Voz de Galicia, Vigo
España - Los ornitologos apelan a los marineros para evitar la muerte de aves en vias de extincion
lunes 8 de abril de 2002
Calculan que la actividad pesquera ocasiona al año la desaparición de
300.000 aves en peligro
Como la guerra, la pesca también causa «daños colaterales». A sus efectos
sobre las poblaciones pesqueras hay que añadir la mortandad de aves marinas,
que aún no siendo especie objetivo de ninguna flota, es captura habitual de
los palangreros, tanto de fondo como de superficie. Tan habitual que unas
300.000 aves mueren al año a causa de la pesca. Los ornitólogos lloran esas
muertes tanto como los pescadores maldicen la pérdida de un anzuelo.
Entonces, ¿por qué no colaborar entre ambos? Ese es el cometido que ha
traído a Galicia a Carles Carboneras, que intenta convencer al sector de
aplicar medidas para proteger a las aves.
Gouth, Tristán de Acuña. Pocas personas pueden situar en un mapamundi
lugares con nombres tan exóticos. Sin embargo, son refugio y morada de
cientos de albatros y petreles que, en su lucha por la supervivencia, tienen
que abandonar sus nidos para buscar alimento en un punto cualquiera del
hemisferio Sur.
Y como quiera que de un tiempo a esta parte ha proliferado por esas
latitudes una nueva especie a medio camino entre pez y pájaro, llamada
barco, las aves tienen un nuevo medio de subsistencia. Sólo que, a veces,
ese nuevo compañero puede proporcionar comida como convertirse en una trampa
mortal. Es más, esta segunda propiedad es la más común, tanto que ha
alarmado a los ornitólogos, pues constatan que, en algunas colonias de las
que llevan 20 años examinando, se produjo una reducción del 20% en el número
de ejemplares desde hace cinco años.
Carlos Carboneras, delegado de la Sociedad Española de Ornitología y
coordinador en la zona hispánica de la campaña internacional Birdlife, ha
llegado a Galicia para convencer a autoridades y sector de que «un anzuelo
que pesca un ave es un anzuelo que no captura un pez». Ornitólogos y
pescadores comparten, por tanto, objetivo y, por eso, intenta que los
marineros adopten una serie de medidas que ya son obligatorias en el área
CCAMLR (Comisión para la conservación de los recursos vivos de la
Antártida). Las medidas que trae en cartera apenas tienen coste y de
precisar inversión, siempre podría ayudar la UE.
Horario. Una de las soluciones es largar el aparejo de noche, aunque esto
sólo evita la muerte de algunas especies.
Trabajo. Alternar los costados del buque y usar uno para largar el palangre
y el contrario para recoger las capturas.
Distracción. Usar líneas espantapájaros para ahuyentarlas.
Hundimiento rápido. Descongelar la carnada (o teñirla de azul para que no la
distingan los albatros) y utilizar líneas madre de acero trenzado contribuye
a un hundimiento más rápido de los anzuelos, restando posibilidades a que el
ave se enganche.
La solución perfecta no existe, pero combinando estas propuestas «puede
suprimir el problema», dice Carboneras. Además, los marineros «pueden
aportarnos otras soluciones y su visión particular». Asegura que, a la
larga, todas las organizaciones de pesca imitarán a CCAMLR, donde se ha
logrado bajar del 0,01 aves muertas por cada mil anzuelos que se largan.
ESPE ABUÍN (A CORUÑA)