Fuente: La Voz de Galicia, Vigo
España - El fin del pacto con Senegal acentua la crisis de los cefalopoderos expulsados por Rabat
miércoles 3 de abril de 2002
El colectivo confiaba en la renovación del acuerdo para que diez buques
tuviesen la oportunidad de pescar en el país africano
El sector cefalopodero fue el caballo de batalla de la negociación con
Marruecos. Rabat quería dejar a estos profesionales al margen del acuerdo y,
finalmente, lo consiguió. Mientras otros segmentos de flota conseguían
recolocarse en caladeros dispares, los profesionales de esta pesquería
hacían cábalas sobre el oscuro panorama que se les presentaba delante. La
posibilidad de constituir sociedades mixtas con empresarios marroquíes
alivió un poco el pesimismo, pero las nubes negras vuelven a acecharles con
la ruptura del diálogo entre la Unión Europea y Senegal, pues el colectivo
confiaba colocar a diez de los 40 buques que siguen amarrados.
Dolidos. Así se sienten los armadores de buques cefalopoderos tras conocer
la suspensión de un diálogo en el que tenían depositadas muchas esperanzas.
José Ramón Fontán, presidente de la Asociación Nacional de Cefalopoderos
(Anacef) ¿con sede en Las Palmas, pero que integra a medio centenar de
barcos gallegos¿, siguió de cerca las ocho rondas de contactos que
mantuvieron los negociadores de la Unión Europea y Senegal. Tras varios
viajes a Dakar y Bruselas, Fontán no oculta su decepción por la pérdida de
«una magnífica oportunidad», pues en los cálculos de la entidad entraba la
posibilidad de elevar hasta diez el número de barcos que faenan en esas
aguas.
Con la suspensión del diálogo, se desinfla esa expectativa y, además, se
deja sin caladero a tres buques que operaban en ese área merced al anterior
acuerdo, que expiró el 31 de diciembre.
Sobre las posibilidades de retomar la negociación y que ésta llegue a buen
término, Fontán dice que «en la pesca no estoy convencido de nada y en la
pesca internacional, mucho menos».
Lo cierto es que el acuerdo es difícil. El presidente del colectivo afirma
que la compensación económica no es el único escollo que hay que salvar, por
mucho que la UE limite a ese aspecto las discrepancias. Según Fontán, las
diferencias son múltiples y de diversa índole: desde «sociales hasta las
puramente políticas».
Senegal reclamó un incremento sustancial de los 12 millones de euros que
recibía en compensación financiera, algo que la UE no aceptó porque la
cantidad pedida no se corresponde con las posibilidades pesqueras que ofrece
el país. Y no por una negativa de la Administración a ceder más derechos,
sino porque la UE estima que el estado del caladero no permite elevar las
licencias.
ESPE ABUÍN (A CORUÑA)