Fuente: La Voz de Galicia, Vigo

España - Canada se ve obligada a prohibir la pesca de bacalao en sus aguas

sábado 26 de abril de 2003

-Los biólogos alertan a Ottawa de que el «stock» está en los niveles más bajos de la historia -Los armadores gallegos dicen que es la consecuencia de haber desoído los informes científicos

Canadá se ha rendido a la evidencia. Ya ni disfrazando de cuota científica sus capturas puede seguir capturando bacalao. Greg Dieghan, ministro de pesca de una de las provincias que explotan la especie, se pregunta «qué está pasando después de diez años». Y la respuesta es simple. Ocurre que los biólogos han pintado un panorama tan negro que a la Administración pesquera canadiense no le ha quedado más remedio que armarse de valor y decretar el cierre de la pesquería de bacalao en las áreas de Terranova, Labrador y el golfo de San Lorenzo.

Eso sí, para impedir el levantamiento de las comunidades pesqueras afectadas, la veda ha llegado acompañada de un buen fajo de millones para paliar los efectos de la moratoria en las comunidades pesqueras. Ottawa intentará apaciguar los ánimos con más de 30 millones de euros, cantidad que se dedicará en un 80% a la creación de empleo a corto plazo y a la dinamización económica de las localidades más afectadas.

Los biólogos no han podido dar más intensidad a la luz roja. Según expusieron a Ottawa, las poblaciones de la especie en las áreas de Terranova, Labrador y el golfo de San Lorenzo han alcanzado su nivel más bajo de toda la historia y que, además, no se aprecian signos de una recuperación inminente, a pesar de toda una década de rígidas medidas de conservación.

Así, el ministro de Pesca, Robert Thibault, ha tenido que adoptar dentro de sus 200 millas una medida que llega con diez años de retraso, el tiempo que llevan las demás partes contratantes de la Organización de Pesquerías del Atlántico Norte (NAFO) sin contar con bacalao entre sus capturas.

Oídos sordos

Para los armadores gallegos con intereses en las aguas próximas a Canadá, la noticia ha constituído toda una sorpresa, puesto que año tras año, Ottawa, haciendo oídos sordos a las recomendaciones del comité asesor de NAFO, se autoasignaba de forma autónoma una cuota científica que, sin embargo, explotaba con carácter comercial y que reportaba a sus pescadores alrededor de 14 millones de euros. «El cierre de la pesquería no es más que una decisión que Canadá tendría que haber tomado desde el principio y que, sin embargo, evitó constantemente», señaló José Ramón Fuertes, gerente de la Cooperativa de Vigo.

Espe Abuín (redacción)