Fuente: Ciencia NASA, Miami

EE.UU. - Los cientificos estan empezando a comprender que la clave para predecir ciertas epidemias se encuentra en un lugar insospechado: el oceano

miércoles 24 de abril de 2002

-- como la Fiebre del Valle del Rift o el Virus Hanta en las Américas --

Abril 17, 2002: En las polvorientas sabanas del Africa oriental, donde el
ganado es el pilar de la economía, cerca de dos veces por cada década
aparece una epidemia que diezma los rebaños. Casi todos los animales
preñados pierden espontáneamente sus fetos. Mientras que la mortandad entre
los que ya han nacido -- becerros y cabritos -- puede llegar al 90 por
ciento.

Se trata de la Fiebre del Valle del Rift (hepatitis enzoótica) .

Los humanos también pueden llegar a infectarse, ya sea a través de mosquitos
portadores de la enfermedad, o por la manipulación de tejidos infectados.
Pocos mueren, pero la enfermedad puede causar serias complicaciones, como
meningoencefalitis, una inflamación de las membranas del cerebro, y lesiones
en la retina, que deja a las víctimas afectadas con diversos grados de
pérdidas en la visión, en forma permanente. Durante el último devastador
brote epidémico de 1997-98, se estableció un embargo que prohibió las
exportaciones de carne del Africa Oriental por un año y medio.

Aunque no existe un tratamiento rápido para esta enfermedad, la Fiebre del
Valle del Rift puede ser controlada. Hay vacunas para los animales y se
puede fumigar con insecticidas para impedir que los mosquitos infectados se
reproduzcan. Sin embargo, la impredecible aparición de la enfermedad ha sido
un problema constante: al no saber cuando y donde la enfermedad volverá a
golpear, es difícil planear la utilización eficiente de estos medios de
control.

Pero, después de todo, es posible que la aparición de la plaga no sea tan
caprichosa como parece, dice Assaf Anyamba del Centro Goddard de Vuelos
Espaciales de NASA.

Anyamba y sus colegas del Goddard y del Instituto de Investigación Walter
Reed del Ejército de Estados Unidos, han descubierto que los episodios de la
Fiebre del Valle del Rift coinciden con repentinas inundaciones desatadas
por El Niño y con una perturbación climática similar, (aunque menos
conocida), llamada el "Dipolo del Océano Índico". Utilizando satélites
meteorológicos para observar patrones de temperatura superficial en los
océanos Índico y Pacífico, creen haber descubierto un modo de predecir la
aparición de la enfermedad, con cinco meses de antelación.

Las temperaturas superficiales del mar pueden predecir la posibilidad de la
aparición de la enfermedad, debido a que leves variaciones en estas
temperaturas generan enormes alteraciones en los patrones de circulación del
aire -- que alteran los regímenes de lluvia alrededor del globo. Por
ejemplo, el fenómeno de El Niño, ocurre cuando una franja de agua, más
caliente que lo normal, se forma cerca de las costas del Pacífico en
Sudamérica. Al mismo tiempo que se enfrían las aguas del otro lado del
Pacífico, cerca de Australia e Indonesia.

Un tipo de perturbación similar puede ocurrir en el Océano Índico, cuando su
sector occidental, cerca de Africa, se calienta más que su parte oriental,
cerca de Australia. En verdad, los investigadores comparan este "Dipolo del
Océano Índico" con El Niño en el Pacífico. Ambos tienden a aumentar las
precipitaciones de lluvia en el Africa oriental.

Cuando las dos anomalías ocurren al mismo tiempo, llega el diluvio.

"Durante el año 1997 vimos el mayor El Niño jamás registrado, apareciendo
simultáneamente con un gran Dipolo del Océano Índico (ver figura)", afirma
Christina Clark, una científica de la atmósfera de la Universidad de
Colorado, Estados Unidos. "Las lluvian en el Africa Oriental fueron las
mayores de las que se tengan noticias. En muchos lugares, éstas llegaron a
ser hasta cinco veces más abundantes de lo normal". Estas inundaciones traen
la Fiebre del Valle del Rift, debido a que el agua se junta en pequeñas
depresiones (llamadas "dambos"), que existen a través de toda la sabana.
Allí los huevos de los mosquitos encuentran las condiciones ideales de
nutrición que necesitan para incubarse.

Pero vigilar la temperatura del mar no es suficiente para hacer predicciones
de enfermedades, ya que el tiempo lluvioso no afecta uniformemente toda la
región. Para ubicar las áreas especialmente vulnerables, los especialistas
buscan el color verde: "Allí donde llueve habrá un aumento en el verdor de
la vegetación", dice Anyamba. Por ello, los satélites que orbitan la Tierra
buscan áreas donde hay un aumento de la vegetación, lo que indica también un
lugar propicio para el desarrollo de los mosquitos.

La información sobre la temperatura superficial del mar y la vegetación es
provista por el Radiómetro Avanzado de Muy Alta Resolución de la NOAA
(Advanced Very Hgh Resolution Radiometer o AVHRR por sus siglas en
inglés) -- un tipo de sensor para luz visible e infrarroja, instalado a
bordo de varios satélites meteorológicos de órbita polar. "En realidad,
estos satélites no fueron diseñados para analizar las condiciones existentes
en el suelo", señala Anyamba. "Fueron diseñados para monitorear las
condiciones atmosféricas -- principalmente nubes". Pero, cuenta Anyamba, el
doctor Compton Tucker, un científico del Centro Goddard, descubrió que
manipulando la información provista por los AVHRR, podía obtener un 'índice
de verdor', que mide las condiciones de la vegetación en el suelo.

Usando la temperatura de la superficie del mar para predecir cuando el
Africa Oriental podría ser vulnerable, y el índice de verdor para ubicar el
lugar exacto, los investigadores pueden advertir a las autoridades de salud
de los países respectivos, los peligros potenciales. "Lo que podemos hacer
es entregar a las autoridades de salud públicas un método eficiente que les
permita encauzar sus recursos, en lugar de enviar equipos de emergencia a
toda el área cuando ya el brote ha comenzado", dice Anyamba.

El método para predecir la Fiebre del Valle del Rift podría hacerse
extensivo a otros tipos de epidemias. En el mundo existen muchas áreas
semejantes al Africa Oriental, que son generalmente secas, pero que en
ciertas ocaciones son azotados por lluvias torrenciales; y sus ecosistemas
se ven alterados gravemente cuando llegan las precipitaciones.

Los brotes de virus Hanta en el sudoeste de Norteamérica podrían ser
controlados de esta forma. El virus es transportado por el "ratón ciervo" y
puede matar a las personas que han sido expuestas. Al igual que la Fiebre
del Valle del Rift, afirma Anyamba, el virus Hanta aparece con las
precipitaciones de lluvia. "El sudoeste de Estados Unidos es un ambiente muy
seco", afirma, "y se pueden apreciar los mismos ritmos bioclimáticos que se
ven en el Africa Oriental".

Izquierda: El ratón ciervo y un mosquito son transmisores de enfermedades
que pueden expandirse explosivamente, en áreas humedecidas por las lluvias
torrenciales que provoca El Niño.

Por ahora, dice Anyamba, "estamos en modo operacional [para el Africa
Oriental]". Todos los meses, él y sus colegas publican sus observaciones en
la red de Internet, de modo que la gente en el terreno pueda "preocuparse de
las personas y los animales, y determinar si hay alguna actividad de la
enfermedad".

Las cosas están tranquilas -- por ahora.

Pero las temperaturas del mar cambiarán nuevamente. Y cuando esto ocurra, el
trabajo de Anyamba y sus colegas salvará muchas vidas.