Fuente: El Comercio, Quito

Ecuador - Puerto Lopez, un ejemplo en la pesca artesanal

viernes 28 de marzo de 2003

Manta .
El viento enfurecido por las mañanas arrecia sobre las olas que van a morir en la playa, al extremo norte de Puerto Daniel López. Ese es el paisaje en el que se levanta la primera y exitosa terminal de servicios pesqueros de Manabí.

En un área de 500 metros cuadrados se construyeron, hace tres años, cinco módulos para las labores de pesca y faenamiento de 15 000 pescadores del cantón manabita. El centro es manejado por la asociación Asopescar, que aglutina a 200 personas.

Cada módulo se ha destinado a la recepción de la pesca, desviscerado, fábrica de hielo, comedor popular y gasolinera.

La obra fue edificada con una donación de más de 60 000 dólares de la Comunidad Europea, explica Hilda Tomalá, una empleada de la administradora Asopescar.

A este lugar, también llega todas las mañanas Virginia Gutiérrez, de 54 años, quien es una de las cuatro mujeres que se ganan la vida quitando las vísceras al pescado. Gutiérrez muestra su destreza con los cuchillos cuando empieza su trabajo sobre grandes mesones.

Junto a ella se encuentra Daniel Bailón, quien también sobrevive del pago por la limpieza del producto.

Gutiérrez, Bailón y 15 personas más se sienten satisfechos con sus condiciones de trabajo, en el área espaciosa de mesones. Allí, mientras desvisceran, el agua potable cae con fuerza de unas mangueras ubicadas a 60 centímetros de altura. Por estas condiciones, el proceso "es ciento por ciento sanitario", asegura Bailón.

"Antes hacíamos el mismo trabajo en la playa, la arena era como los mesones y el agua del mar se utilizaba para lavar los pescados", rememora Juana Figueroa, otra desvisceradora.

Una vez que el producto está limpio pasa a la zona de enfriamiento. Tinas de plástico con capacidad para 14 kilos se llenan de hielo, que proviene de la fábrica situada a siete metros.

"Antes teníamos que comprar el hielo a dos fábricas de Portoviejo y nos resultaba muy caro. Hoy, con la cercanía de esta fábrica todo es más fácil.
Ahora pensamos mejorar la calidad del agua que ponemos a congelar, añadiéndole algo de cloro y un químico más.

Así nuestro hielo tendrá una mayor duración en el ambiente", explica Joselo Pincay, un comerciante de pescado.

Cuando la jornada de trabajo ha terminado, los desvisceradores, pescadores y comerciantes se dirigen hacia el comedor popular.

Los almuerzos que se ofrecen en el lugar siempre van acompañados de un pedazo de pescado del día. Son buenos, llenan y además no cuestan mucho, dice Júnior Pachay, pescador artesanal de Puerto López. "Pagamos 1,60 dólares y comemos un buen arroz con pescado y patacones", agrega.

El comedor también es visitado diariamente por los turistas mochileros, quienes buscan alimentos naturales y a bajo precio. Para Frank Lee, un turista estadounidense que llegó hace ocho días a Puerto López, la comida es excelente y además se la puede disfrutar frente al mar. "Es muy rica", dice.

La faena en la zona
Para congelar . Una gaveta de hielo cuesta un dólar en la fábrica de Asopescar, mientras que el que llega de otros lados vale dos dólares.

El mantenimiento . Cuando termina el día de trabajo, los desvisceradores limpian los mesones, los de la fábrica de hielo hacen lo suyo y lo mismo sucede en los comedores. Es un trabajo diario y de ello depende la vida útil del complejo.

Juan Piloso
Pescador artesanal
Cuando empezamos a ver los cambios en la zona de los mesoneros, comedores y la fábrica de hielo, nuestra alegría fue tal que realizamos una fiesta en la playa. Pero nunca nos imaginamos el enorme beneficio que significó la instalación de la gasolinera, hace un año. Creo que tenemos el mejor servicio en la costa manabita para pescadores, desvisceradores...