Fuente: El Comercio, Quito

Ecuador - El ciclo invernal favorece a la produccion camaronera

miércoles 23 de abril de 2003

Guayaquil.

Los productores de camarón notaron en el presente ciclo invernal, que el uso de químicos para sus piscinas no fue necesario.

Las altas temperaturas en el Litoral ecuatoriano volvieron al crustáceo más resistente al ataque de virus y aceleraron su metabolismo.

Frank Maridueña, biólogo de la Cámara Nacional de Acuacultura, dice que el rendimiento en las camaroneras subió en un 20 por ciento de febrero a marzo.
Mientras que de marzo del 2002, a marzo de este año el incremento fue del 10 por ciento.

De allí que apostaron a los cultivos orgánicos, con cero medicación, según Javier Freile, productor y representante de la Cámara Nacional de Acuacultura de Machala, aprovechando que el clima "se portó excelente con nosotros".

En el sitio, las piscinas camaroneras registran hasta 27 grados centígrados de temperatura, lo que en cuestiones de productividad, influye en menores índices de mortalidad.

Los problemas, sin embargo, siguen siendo los precios y el limitado flujo de dinero que manejan los agricultores. Por ello, aunque el calor es un aliado para obtener especies de hasta 20 gramos de peso, no significa un privilegio. La necesidad de vender hasta en 1,50 dólares la libra los lleva a cosechar camarones de 10 y 11 gramos.

En la provincia de Guayas la temperatura del agua alcanza promedios de entre
28 y 30 grados centígrados, según el Centro Nacional de Acuicultura e Investigaciones Marítimas (Cenaim) de la Escuela Superior Politécnicas del Litoral (Espol). Ruby Montolla, coordinadora científica del Centro, explica que en la granja experimental que tienen instalada en la zona de Taura, esta semana cosecharán el equivalente a 1 500 libras del crustáceo por hectáreas.

Quienes poseen el sistema de invernaderos, un método para mantener las piscinas siempre con calor, también han sentido la influencia del invierno.
Alex Holsen, productor que se inició en esta técnica en el 2002, señala que han tenido que abrir los techados de plástico y airear.