Fuente: Fish Information Services, FIS

Chile - Continua el avance de la marea roja

Albert Arias Arthur

viernes 12 de abril de 2002

Una gigantesca marea roja, que mantiene inactivos los viveros de marisco
cercanos a Puerto Montt, en el sur de Chile, está siendo considerada como
una prueba más de las repercusiones negativas de la salmonicultura.

La floración de algas ha estado sembrando el pánico en la Décima Región
desde finales de marzo, especialmente en la isla de Chiloé, de la que la
economía nacional depende en gran medida para la producción de productos del
mar. En Chiloé existen 240 centros de cultivo de marisco, que producen unas
20.000 toneladas de materia prima y dan trabajo directo a 900 personas.

Los moluscos muestreados en el mar interior de Chiloé han presentado altas
concentraciones de toxicidad asociada a la microalga Alexandrium catenella,
responsable de la presencia de la toxina que causa la biointoxicación
paralítica del marisco o PSP, que afecta a mariscos bivalvos como ostras,
ostiones, choritos, cholgas, huepos y almejas. Las floraciones masivas han
avanzado desde zonas meridionales, por lo que las autoridades sanitarias han
clausurado todos los puertos de desembarque de mariscos y han instalado una
serie de controles en playas, puntos de venta y carreteras.

Históricamente, esta floración o marea roja se ha manifestado en el país
desde principios del siglo XIX, restringiendo su presencia a las zonas
australes. Sin embargo, poco a poco se ha ido desplazando hacia el norte,
registrándose por primera vez un evento de este tipo en las aguas de la
Décima Región. Esto ha llevado a nuevas especulaciones sobre los efectos que
tendría la salmonicultura en este proceso, siendo identificada por grupos
ambientalistas como la responsable de la eutrofización de las aguas y por lo
tanto, de las floraciones de algas producidas. No obstante, la marea roja
también ha sido una catástrofe para los salmonicultores, ya que en un solo
centro de cultivo habrían muerto 1,5 millones de salmones, según El
Llanquihue de Puerto Montt.

Ecoceanosnews ha informado que, en 1998, un episodio similar de floración de
algas nocivas de la especie Heterosigma akashiwo provocó un 20% de
mortalidad de salmones. Las mayores concentraciones de toxinas fueron
registradas en los alrededores de algunos centros de cultivo de salmones,
donde se detectaron niveles de hasta 22.000 microgramos por cada 100
miligramos de carne. Se considera que el máximo permitido es de 80
microgramos por 100 miligramos de carne de marisco. Estos índices son tan
altos como los registrados en Magallanes, donde se mantienen episodios de
marea roja hace 15 años.

Por Albert Arias Arthur
FIS Latino