Fuente: Estrella de Arica, Arica
Chile - Anchoas secas para Japon
lunes 1 de septiembre de 2003
Este es el niboshi, muy popular entre los nipones, que lo comen como bocadillo a cualquier hora del día.
En Chile, cuando la gente va al cine compra palomitas de maíz, cuando va al estadio compra empanadas o brochetas y para la colación del colegio los niños llevan galletas o cereal ¿Sabe usted qué llevan para estas actividades en Japón?...anchoas secas.
El niboshi, como se denomina este alimento, se vende en el país del sol naciente y en otras naciones asiáticas, tal como aquí se vende el maní o las papas fritas y tiene una alta demanda. Dentro de poco, los nipones podrían comenzar a comer niboshi producido en Arica.
La idea es de la empresa Frigopesca, que tiene 18 años de experiencia en la exportación de productos marinos, sobre todo congelados. En todo ese tiempo, explicó Cristian Arellano, socio principal de la firma, el negocio ha debido experimentar distintos vaivenes, por ejemplo, la desaparición de las machas con la Corriente del Niño, lo que los ha obligado a ir evolucionando en su producción.
Su última innovación fue convertir los filetes de anchoas en salazón que envían a Europa todas las plantas procesadoras instaladas en Arica, en boquerones, es decir, en los mismos filetes blanqueados y listos para el consumo humano, de los cuales ya han hecho dos embarques a España. Sin embargo, también en este rubro han enfrentado problemas, específicamente la baja talla de las reciente capturas, inferiores a los 10 centímetros mínimos para preparar boquerones, dejándolos sin materia prima.
Esto los llevó a buscar alternativas, llegando al niboshi, que se puede preparar incluso con anchoas de cinco centímetros.
VALOR AGREGADO
Para esto obtuvieron apoyo de la Corfo, a través de un proyecto de Fomento Tecnológico (Fontec), por 47 millones de pesos, a los que los socios apostarán otros 53. Con esos recursos desarrollarán el sistema de producción del niboshi, una novedad absoluta en Chile, para lograr una calidad acorde en color, olor, textura y apariencia como la que requiere el mercado japonés. La iniciativa incluye también asociarse y capacitar a pescadores para que los abastezcan, ya que la calidad del niboshi está también relacionada con la frescura y cuidadosa manipulación del pescado desde que sale del mar. Ambas fases esperan completarlas tan rápido como en 90 días.
Arellano, quien fue visitado ayer en la planta por el director regional de Corfo, Claudio Ibáñez, afirmó que ya tienen hechos contactos en ese país y la seguridad de que podrán vender absolutamente toda su producción. Uno de los principales atractivos de esta idea, explicó, es que permitirá darle un mayor valor agregado a un recurso que hoy sólo se utiliza para hacer harina de pescado, la que se vende a unos 50 dólares la tonelada, mientras que la tonelada de niboshi alcanza los 500 dólares.
Ernesto Arcos