Fuente: Aqua Noticias, Santiago de Chile

Chile - Abalón: el nuevo tesoro de la Isla de Chiloé

lunes 27 de agosto de 2007

Noticia publicada el 27/08/2007

En 1985 el abalón rojo (Haliotis rufescens) fue introducido en Chile como parte de un programa de Fundación Chile que buscaba hacer de este tipo de cultivo una nueva actividad productiva para la provincia. El lugar elegido fue la comuna de Curaco de Vélez (Isla de Chiloé, X Región), lugar en que la misma institución ya había probado con éxito el cultivo de salmón y ostra del Pacífico. Desde entonces comenzó un lento caminar de la actividad, que ha tomado notoriedad con la entrada de una empresa sudafricana al desarrollo de esta apuesta acuícola.

Hoy en Chiloé existen cerca de 20 concesiones marítimas autorizadas para este producto del mar, para la variedad roja y verde, distribuidas en Ancud, Puqueldón, Dalcahue, Quinchao, Quellón, Queilen, Castro y Curaco de Vélez, pero según el encargado de la oficina del Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca) de la capital provincial, Pedro Miranda, las apuestas más importantes en cuanto al abalón se encuentran en la tierra de Queilen.

Según el ingeniero pesquero, Jaime Sanzana, el abalón se trajo desde Estados Unidos a Tongoy (IV Región) para intentar su cultivo en esa zona. Primero se probó en estanques y luego en el mar, pero al ser el agua rica en nutrientes, las piezas comenzaron a llenarse de epibiontes, lo que tornaba difícil el trabajo. Por ello, se decidió mantenerlo en los estanques.

"Se pensó traerlos a un centro de cultivo en Curaco de Vélez, pese al riesgo de comenzar esta actividad en una zona más fría a la que los moluscos están ambientados", dijo el profesional que trabajó para Fundación Chile en esta apuesta.

De acuerdo con lo publicado ayer en La Estrella de Chiloé, a fines de 1990 la institución decidió instalarse con el sistema de trabajo en Chiloé, ya que los unibalvos resistieron las condiciones climáticas del Archipiélago. Eso sí, comentó el ingeniero, los tiempos de maduración de la especie son más lentos que en lugares más cálidos.

"Hay una diferencia en la tasa de crecimiento, que es una de las desventajas, pero mirando los resultados, no los encuentro tan malos", expresó Sanzana, agregando que "acá, en vez de 30 a 36 meses para tener una talla comercial, a lo mejor se requierán 36 a 48, pero todo depende con qué tamaño llegue la semilla".

Origen

Según el ingeniero pesquero, originalmente las semillas se traían desde Estados Unidos, pero en la actualidad provienen de las regiones de Atacama y Coquimbo, ya que en Chile se lograr reproducir en laboratorio. "Es poco para la demanda que existe. El abalón crece a tasas aceptables y rentables", aclaró Sanzana.

En este sentido, explicó que existe un cultivo que se realiza en tierra -en estanques-, proceso que requiere un enorme costo de energía eléctrica, por el aire que hay que entregarle al agua, lograr la circulación y dependiendo del lugar también aportarle calor. "Este es el defecto que podríamos tener nosotros, pero en el norte las empresas tienen que hacer circular el agua, lo que representa un enorme esfuerzo energético", aseveró el profesional.

Hatchery de semillas en Teupa

El abalón es un producto muy cotizado, sobre todo en los países orientales. Japón, Corea, Taiwán, China son los que consumen el producto marino. "Para ellos el abalón es un producto caro", argumentó Jaime Sanzana.

La escasez de semillas en la zona es lo que complica el cultivo de esta nueva apuesta de la industria, es por esto que un grupo de empresarios está buscando la forma de proveer de producto a quienes se dedican a cultivar abalones en Chiloé.

"Un grupo de personas entre las que se encontraban Héctor Arriagada, Eduardo Vergara, Leonidas Mansilla, Carlos Rojas y yo fuimos los que se atrevieron a empezar a funcionar de forma experimental con los abalones, cerca de 1991", aseveró uno de los precursores de la mitilicultura en la Isla, Mario Cerna.

Hoy, a través de un Proyecto Asociativo de Fomento (Profo), apoyado por la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo) cuatro personas trabajan en un hatchery para la producción de semillas en el sector de Teupa. Son cerca de 120 mil semillas al año las que produce esta apuesta experimental con el fin de dotar a los integrantes del Profo de las simientes para su propio cultivo.

"El abalón es una muy buena opción porque se compatibiliza muy buen con la producción de choritos, ya que nuestras líneas proveen las algas que sirven como alimento para el haliotis", explicó el mitilicultor. Además, comentó que "el problema es que hay pocas semillas y pocos productores, que no son suficientes para abastecer la demanda internacional que ya estamos teniendo".