Fuente: Fish Information Services, FIS

Brasil - Explotacion excesiva amenaza al sector pesquero

martes 25 de junio de 2002

La pesca desordenada podría tener un efecto devastador sobre el país,
llevando a la extinción de peces como la sardina, la chernia, el camarón
rosa y el pez sapo, y a la pérdida de puestos de trabajo de mucha gente
vinculada al sector, señala el diario Jornal do Brasil.

El periódico destaca la preocupación de los pescadores locales, quienes se
están alarmando por la disminución de sus capturas y temen por el futuro de
sus actividades.

Celso de Olivera, capitán del buque atunero Akira, del puerto Santa
Catarina, asegura que "de continuar esta situación bastará uno o dos años
para acabar con nuestros peces. No vamos a tener más chernia, merluza ni
brótola, los peces más populares".

"Hace un año, nuestros barcos volvían de viaje con 15 toneladas de chernia.
Hoy no traen ni tres toneladas", añade el presidente del Sindicato de
Industrias de Pesca de Itajaí, Antonio Momm.

Ambos, como muchos otros empresarios y pescadores del sector, culpan de este
problema a los cerca de 90 barcos extranjeros que tienen concesión para
pescar en aguas brasileñas.

Según los pescadores, los buques extranjeros utilizan redes de hasta 60
kilómetros de extensión y ocupan grandes zonas en el mar, dificultando el
trabajo de las embarcaciones nacionales. Aseguran que, junto con las
especies objeto de captura, estos barcos traen toneladas de especies
acompañantes que no les interesan para comercializar, por lo que las vuelven
a tirar al mar. Estos buques son considerados como industrias flotantes que
procesan, congelan y embalan el producto y lo transfieren a otros cargueros
en alta mar.

Momm alerta sobre el impacto socioeconómico que podría causar esta
disminución de los cardúmenes: "Nosotros industrializamos el producto en
tierra. Si no llega la materia prima, los empleos se acaban". También señala
que esta situación amenaza diversas actividades que están ligadas a la
pesca, como son la industria de la harina de pescado, la producción de
diesel para los barcos, las redes y las fábricas de hielo.

En la actualidad, 12 embarcaciones extranjeras están dedicadas a la pesca
del pez sapo, especie recientemente descubierta y de alto valor en el
mercado. Un estudio de la Universidad de Vale do Itajaí, realizado en el
marco de un convenio con el Departamente de Pesca y Acuicultura del
Ministerio de Agricultura, revela que "fueron desembarcadas 8.649 toneladas
de pez sapo en el sudoeste y sur de Brasil, lo que generó un movimiento de
USD 20,8 millones".

El oceanógrafo Angel Perez, coordinador del programa, indica que "hubo una
reducción del 60% de la biomasa con respecto al año anterior" y afirma que
los barcos nacionales que realizan la pesca de arrastre tienen gran parte de
responsabilidad. Considera que de mantenerse este ritmo de captura, la
especie corre un serio riesgo a corto plazo, por lo que recomienda una
captura máxima de 2.500 toneladas para este año, es decir, un 29% del total
capturado en 2001.

Por FIS Latino