Fuente: Fish Information Services, FIS
Australia - La Gran Barrera se enfrenta a un posible El Niño catastrofico
jueves 25 de abril de 2002
Los científicos temen que un posible evento meteorológico de efectos
devastadores conocido como El Niño haga estragos en la Gran Barrera de
Arrecifes de Coral australiana, una de las maravillas naturales del mundo.
El calentamiento de las aguas del Pacífico, inundaciones en Ecuador y Perú y
otros indicios señalaron la llegada del primer El Niño en 1997, según
alertaba el Programa Mundial de Investigación Climática, con sede en
Ginebra, el mes pasado.
La amenaza es muy grave ahora que los arrecifes se están recuperando de la
arremetida de El Niño de 1997 y 1998 y la Gran Barrera está siendo
erosionada por los millones de toneladas de sedimentos y productos químicos
de las actividades agropecuarias -la ganadería y el cultivo de caña- que se
vierten en la laguna del arrecife cada año.
Al respecto, Hugo Sweatman, científico del Instituto Australiano de Ciencias
del Mar (AIMS), señalaba que la decoloración de 1998 provocó una grave
destrucción. "A las formaciones coralinas les cuesta por lo menos una década
recuperarse", señalaba en declaraciones a AFP. La decoloración, provocada
por una subida de las temperaturas del mar inhabitual, provocó que el coral
perdiera el alga que le proporciona energía, con lo que se emblanqueció y,
en algunos casos, murió. El coral decolorado suele recuperarse con la
próxima estación fría, pero si se pierde toda el alga, se muere y los
arrecifes se desmoronan.
El arrastre de fondo, que está permitido en el 50% de la Gran Barrera, ha
sido condenado por ser una actividad altamente destructiva, comparada con la
apertura de tierras ejercida bajo el agua. El arrastre de fondo de
langostino implica el dragado de formaciones que se enganchan a las redes
cuando se arrastran por todo el fondo marino. Este arte de pesca puede
desnudar todo el fondo marino, matando formaciones coralinas, esponjas,
peces y otras formas de vida marina. "Esto daña el fondo marino y destruye
la vida marina vital para la supervivencia del arrecife", denunciaba Simon
Cripps, de WWF.
Otras pesquerías de langostino de otros lugares del mundo se basan en la
pesca con trampas, que es mucho más respetuosa con el medio ambiente. En
este sentido, los resultados de un experimento con redes del arrastre
llevados a cabo por la Organización de Investigaciones Industriales y
Científicas de la Commonwealth, financiada por el Gobierno federal, y el
Ministerio del Sector Primario de Queensland demostró que, de promedio, una
única pasada de una red del arrastre puede extraer entre el 5% y el 25% de
los seres epibentaicos o animales que habitan en el fondo marino. Siete
pasadas de una red de arrastre en una misma zona acaban con el 90% de la
vida marina. El estudio mostró que, durante los últimos veinte años, el
arrastre de fondo ha reducido dramáticamente la población de esponjas,
corales y otras especies vulnerables del fondo marino.
Vanessa Atkinson, de la organización ecologista Wilderness Society,
comentaba: "El arrastre es un arte pesquero no selectivo que cosecha y mata
miles de toneladas de vida marina cada año, incluyendo peces, mantas,
tiburones y tortugas que se descartan como capturas incidentales". Proseguía
señalando que por cada kilo de langostino pescado que se destina a la venta,
se capturan entre 9 y 12 kilos de fauna marina que se clasifica y echa por
la borda del pesquero. La mayoría de animales no sobreviven.
Esta falta de consideración por la vida marina hace que los científicos se
preocupen por el hecho de si la Gran Barrera, debilitada por el egoísmo de
la humanidad, sobrevivirá o no a otro El Niño. La Gran Barrera de Arrecifes
de Coral, el organismo vivo más grande del mundo que se calcula que tiene
veinte millones de años de edad, se extiende unos 2.000 kilómetros (1.200
millas) desde Papúa Nueva-Guinea hasta el sur del Trópico de Capricornio.
Por AFP