Fuente: La Capital, Mar del Plata
Argentina - La pesca de anchoita arranca con dificultades para la flota amarilla
Bajo precio y mucho esfuerzo por conseguir el recurso
lunes 29 de septiembre de 2003
A esta altura del año la flota de mayor porte ya desembarcó toneladas de anchoíta en el puerto. Las lanchitas amarillas arrancan su temporada con un precio bajo y teniendo que buscar el recurso más lejos que lo habitual.
La zafra de la anchoíta, que se extiende desde los primeros días de septiembre hasta finales de año, arranca con ciertas dificultades y un alto grado de incertidumbre para los pescadores artesanales de Mar del Plata.
Sucede que en los últimos años la participación de las lanchitas amarillas en la captura de este recurso tiende a decrecer debido a que los buques de mayor porte se encargan de pescar antes que ellos grandes volúmenes de esta especie que es, junto a la caballa, uno de los principales pilares del sector.
Según dijo el presidente de la Sociedad de Patrones de Pescadores, Luis Ignoto, a finales del mes de agosto las grandes embarcaciones ya habían pescado y procesado alrededor de 300 mil cajones de anchoíta y esto tiene varias consecuencias negativas para la industria artesanal.
La primera es que cuando las lanchitas empezaron a hacer sus desembarques se encontraron con un mercado "sobrestockeado" en el que por la abundancia de pescado el precio del producto ya encontró a un piso. "Las capturas que se hicieron en mayo fueron pagadas a un peso y hoy valen sólo 50 centavos", explicó Ignoto.
Pero la baja rentabilidad no es el único problema con el que tiene que lidiar el sector desde hace varias temporadas. Además, desde hace dos o tres años, los pescadores deben esforzarse más para llegar hasta donde está la anchoíta por el simple hecho de que este recurso se encuentra cada vez más lejos de la costa marplatense.
Si bien no está comprobado de manera definitiva, son muchos los que sospechan que esto es consecuencia del esfuerzo que está ejerciendo la flota de altura que con su presencia provocaría cambios los hábitos de la especie.
El hecho de que la anchoíta esté hoy más lejos que antes obliga a las lanchitas a realizar más salidas, hacer viajes más largos y a gastar más combustible, lo que pone en serio riesgo su ecuación económica.
Estos problemas empezaron a aparecer hace pocos años, en la misma época en la que la pesquería de merluza entró en crisis y las embarcaciones más grandes comenzaron a dirigir su atención hacia la caballa y la anchoíta para completar sus bodegas. En ese contexto las lanchitas amarillas comenzaron a tener una participación cada vez menor en las capturas totales de estos recursos.
Según datos oficiales, a partir de 1997 se advierte un crecimiento de la pesca de anchoíta por parte de las flotas fresquera y congeladora, y a la par se observa una caída en el caso de la la flota de rada. Por ejemplo en
1996 de las 21 mil toneladas que se pescaron en total, el 37,7% correspondió a las lanchitas y el 20,63% a los buques fresqueros. Pero al año siguiente la relación se invirtió: las lanchitas pescaron el 23% y los barcos de altura se llevaron casi el 43% de las capturas. "Ante la falta de merluza las embarcaciones mayores tienen que completar sus bodegas con anchoíta, variado o caballa. Así se produce un efecto dominó. Si la merluza se mantuviera, a los barcos grandes les convendría dedicarse sólo a ella porque es más rentable y no nos perjudicarían a nosotros", comentó Ignoto.
A esta altura, la temporada de la anchoíta ya empezó y no viene dando un muy buen resultado para las lanchitas amarillas. "La zafra tradicionalmente va desde el 10 septiembre hasta el 15 de diciembre. Pero en los últimos años ha habido solamente unos 40 días de pesca intensiva", comentó Ignoto.