Tratando de entender nuestra ética pesquera

Autor: Francisco J. Miranda Avalos - Presidente de la Junta Directiva de Oannes

sábado 24 de enero de 2015

A veces cuando estoy perdido en mis pensamientos, sobre lo correcto y lo incorrecto, acudo a las enseñanzas de mis maestros de filosofía. Una materia que no se enseña en las carreras de ciencias del mar, pero que comencé a comprender en los claustros universitarios de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP).

Les voy a contar una historia personal, que quizá pueda ser aburrida para algunos pero que definió mi vida hasta mis hoy 55 años de edad. Vividos como muchos adictos a la adrenalina seguramente envidiarían, pero de los que no me arrepiento ni un segundo, a pesar de mis errores y atrevimientos juveniles que hicieron que tenga un record de 7 accidentes muy graves y la nunca imaginada sobrevivencia a un cáncer. Por ello siempre digo a mis amigos, “todo lo que vivo hoy es yapa; y si ahora estoy aquí con ustedes debe ser por nadie me quiere ni arriba o abajo y seguramente algo importante me falta hacer por aquí”. Por supuesto que quisiera que eso importante fuese algo positivo y trascendente.

Ingrese a la PUCP a mis 16 años de edad por error, creyendo que debía estudiar Psicología Humana, para luego irme al extranjero al estudiar una maestría en “Psicologia animal”, mi romántico cariño por los mamíferos marinos y las apasionantes investigaciones del Dr. John C Lilly y Jacques Cousteau despertaron en mi una curiosidad irresistible por la inteligencia animal y por el mar.

Por esas cosas del destino, mi padre resulto ser buen amigo de uno de los mas grandes profesores de lengua y lingüística que ha tenido el Perú, el Dr. Luis Jaime Cisneros. Fue mi profesor de varios cursos durante aturdidos mis años en la PUCP a los que asistía por obligación de la carrera o libremente por su apasionante cátedra.

Un día durante mi segundo año en la PUCP, Luis Jaime me llamo a su oficina a conversar (mi padre se lo había pedido). Me había visto muchas veces en la extraordinaria y excepcional biblioteca que tiene la universidad, que realmente me cautivaba. Así que pidió una relación de todos los libros que había pedido allí durante mi estancia universitaria. Si bien estaba incluida en ella todos los libros que los cursos me pedían, había una increíble y exagerada lista de libros sobre las ciencias del mar, los animales marinos, la biología marina, el buceo, etc.

Luis Jaime fue directo a la yugular: ¿Panchito, qué diablos haces aquí estudiando psicología?. Al escuchar mi respuesta, se rio discretamente y me dijo: No necesito ser un orientador vocacional para decirte que estas terriblemente equivocado; esta no es la universidad donde debes estudiar. Busca una donde te desarrolles en las ciencias del mar.

Con el pasar de los años, y después de todo lo vivido; creo que su consejo fue acertado, pero los años que pase en la PUCP fueron muy útiles para mi formacion, no solo por lo que leí en la biblioteca y por que fue durante ese tiempo que me dedique a bucear por toda la costa peruana, haciendo mi primer periplo costero de Tumbes a Tacna. Sino por lo que aprendí de ciencias sociales como la historia, filosofía y las letras. Cursos que creo deberían ser obligatorios para un estudiante de ciencias del mar.

La ética es importantísima en las normas de conducta de una sociedad. Por que por ejemplo, es ético que alguien consuma pescado o mariscos porque “a priori” no se está incumpliendo ninguna norma social. Mientras que la moral incide en las normas de conducta de las personas. Ya que para una sociedad puede parecer ético pescar o cazar animales, mientras que para otros individuos es inmoral, por que esta práctica atenta contra la vida animal.

Debemos comprender la diferencia entre ética y moral, de manera muy clara y contundente. Ya que mientras que la moral es un conjunto de normas establecidas por nosotros mismos que rigen la conducta de un grupo social, es decir, lo que es correcto hacer o no. La ética supone un conjunto de leyes naturales que definen las prácticas naturales de las personas o la sociedad.

Una diferencia importante es que mientras la moral dicta normas y criterios de actuación, la ética busca el fundamento racional de esas normas. Dentro de ese criterio o pensamiento; es moral estudiar un curso en particular simplemente porque es obligatorio, mientras que la razón ética es que el aprendizaje de ese curso o disciplina sirve para que el individuo se forme y tenga un futuro provechoso.

Por eso incido siempre entre la diferencia que existe entre un profesional de ciencias del mar que tiene una línea de pensamiento “proteccionista” y quien tiene una línea de pensamiento “conservacionista”. Como siempre digo, el primero protegerá la vida animal incluso si la gente se muere de hambre, por que su moral lo rige, mientras que el segundo buscara éticamente la forma de permitir la sustentabilidad de un recurso en el tiempo, para poder explotarlo conscientemente y que la gente se alimente gracias a su disponibilidad. Ambos pensamientos se oponen claramente a la depredación irresponsable de los recursos.

Lo recogido por OANNES en las cientos de entrevistas realizadas a dirigentes de la pesca y acuicultura nacional durante el 2013, y los talleres multisectoriales y regionales piloto que realizamos durante el 2014, con las universidades de Piura, Ancash y Moquegua, nos ha permitido confirmar ciertos consensos que ya percibíamos a través de los diálogos que la LISTA OANNES ha auspiciado desde hace 18 años. Esto define claramente nuestra posición ante la comunidad pesquera y acuícola nacional.

Esta muy claro para nosotros que la matriz pesquera nacional esta invertida respecto a un concepto ético de explotación de recursos ya que hacemos harina y aceite de “pescado entero”, básicamente con la anchoveta. Pero los peruanos debemos comprender que el proceso de reducción en harina y aceite, es un proceso complementario para el industrial pesquero, es parte de un todo. Es muy útil para obtener rentabilidad básicamente de los residuos o de la materia prima que no puedo procesar para el mercado del consumo humano; como es el caso de la anchoveta, donde los enormes volúmenes de pesca, aun en periodos malos, sobrepasan con creces y de manera excepcional la demanda del consumo humano.

Algunos estudiosos de ciencias del mar, creen que al determinarse las cuotas de captura permisible de la anchoveta, sobre la base de la estimación de la biomasa total, no se esta tomando en cuenta, el forraje de los animales mayores, que se alimentan de este pelágico. El Instituto del Mar del Perú (IMARPE) ha insistido muchas veces que si se toma en cuenta. Y nosotros le creemos en esto al IMARPE, por que es una institución con muchos años de experiencia con la anchoveta. Su manejo hasta hoy, ha permitido la sustentabilidad de este recurso en el tiempo y a pesar de sus errores. La historia nos demuestra que es esta pesquería, incluso con sus altibajos, la que ha sostenido el desarrollo pesquero nacional a través de los años, construyendo fortunas, dando trabajo, financiando investigaciones y formando profesionales especializados.

Hoy nos damos cuenta que nuestra matriz esta invertida. La desarrollamos así, por que no sabíamos, ni conocíamos otra forma de hacerlo. Y fundamentalmente por que los intereses, la ignorancia o una errada “moral pesquera”, como las “alas de una mariposa que genera una tormenta”, nos hicieron creer que no podíamos hacer otra cosa con la anchoveta.

Fue gracias instituciones como el tontamente desaparecido o transformado Instituto Tecnológico Pesquero (ITP), creado por la cooperación japonesa y la misma industria pesquera nacional; que descubrimos que todo aquello que creíamos sobre la anchoveta no era del todo cierto.

Los pesqueros peruanos unidos podemos revertir con un buen plan, esta situación en el tiempo, por que existe un mercado hoy en día que podría absorber alrededor de unas 500,000 TM de anchoveta para consumo humano, en conservas o en congelados. Es una estimación “a priori” pero por el momento es lo que hay.

Con una política agresiva, apoyada decididamente por el estado se puede contribuir a incrementar este mercado, a nivel nacional e internacional, estableciendo cuotas objetivo de incremento anual, que nos lleven a revertir esta matriz pesquera que hoy esta invertida, y que nos hace procesar harina y aceite de anchoveta “entera”.

Como ya he dicho muchas veces, la industria de la reducción nunca desaparecerá, negarla o atacarla es como querer apagar el sol. Debemos vivir con ella por mucho tiempo mas y además debemos comprenderla. Por que así podamos utilizar el 100% de la anchoveta para el consumo humano, siempre quedara un importante porcentaje de residuos que deberán transformarse en harina y aceite. Productos que además con la debida tecnología, pueden destinarse también a la alimentación o complementación alimentaria humana.

La tendencia mundial en la alimentación animal es sustituir las proteínas del mar, por otras de igual valor nutricional que den rentabilidad a la crianza de animales marinos o terrestres. Muchos dicen que esto es imposible, por que los ácidos grasos de la proteína marina son insustituibles. Tal vez, pero esta claro que el porcentaje de proteína marina de la formulación del alimento para animales, busca cada día reducir este insumo, por su alto costo. Es la tendencia, y por eso vemos todos los días artículos del extranjero de gente que busca alimentar a los animales con harinas de lombrices o moscas. La inventiva humana es inacabable. Algún día alguien encontrara el sustituto adecuado, y los amigos de la IFFO deberán concentrarse en la alimentación humana, cosa que también es una tendencia.

La frase: "Una tormenta puede generarse con el aleteo de una mariposa” describe en gran medida la importancia de respetar el contenido ético de educar a una población sobre los temas de mar de manera correcta. Por que ese simple aleteo inocente es el mayor creador de mitos de la historia pesquera nacional, una historia distorsionada por una “moral errada” que hoy permite que en el país que puede ser la primera potencia mundial de abastecimiento de proteínas del mar, exista aun desnutrición y malnutrición de madres gestantes, niños y adultos mayores.

Muchos mitos de esta naturaleza, siguen existiendo por que nadie se preocupo de desterrarlos, y ese silencio inocente cómplice nos han llevado hoy a la pesquería caótica que tenemos.

El viernes por ejemplo se dijo en un canal de televisión que “las naves industriales pueden separar la anchoveta de la superficie de la bodega para consumo humano directo (CHD) y solo se usa la del fondo de la bodega para consumo humano indirecto (CHI)”. Cuando todos sabemos que las naves de la flota industrial peruana no pueden destinar su pesca a otra cosa que no sea la producción de harina y aceite de pescado sencillamente por que esta prohibido, incluso de su misma cuota asignada. Las naves de la flota industrial solo están autorizadas para pescar para CHI. Es decir el estado peruano con su errada moral pesquera, le dice al empresario que debe hacer con su materia prima.

Este es un reclamo que se ha hecho publico por dignos representantes del sector a través de muchos medios de prensa alegando además que el estado peruano es el único en el mundo que obliga a sus empresarios a ello. ¿Como pueden entonces los industriales hacer conservas o congelados de anchoveta, si no pueden usar su propia pesca?...algunos lo hacen; comprándole a terceros que si tengan autorización para destinar su pesca a CHD. Lo malo es que irónicamente la anchoveta provista por estos botes, puede ser muy buena para la conserva o el anchoado, pero no tiene la calidad suficiente para hacer una anchoveta congelada en corte mariposa. Cuando técnicamente, la pesca de la parte superior de una bodega refrigerada de muchos barcos de la flota industrial, separada en dinos o contenedores, puede proveer una anchoveta de optima calidad, mucho mejor que la que proveen los botes autorizados para esta pesquería de CHD.

Estas contradicciones entre los aspectos técnicos y políticos generados “por aleteos de mariposas”, hacen que nuestra pesquería no se desarrolle como debería, dando trabajo a miles de personas y generando riqueza para todos los peruanos, que somos dueños del mar que baña nuestras costas y que románticamente llamamos “El mar de Grau”…tal vez deberíamos honrar el sacrificio de nuestro héroe de otra forma.

Estos “aleteos de mariposas” son creados por gente que tiene una “moral pesquera equivocada” o tal vez interesada. Pero le hacen daño al conocimiento que sobre asuntos del mar debemos tener los peruanos. Esta gente tiene accesos a los medios de prensa, sin que este “cuarto poder” se percate de los trágicos efectos en el tiempo que tienen sus declaraciones en la conciencia de la opinión publica.

Mas aun cuando la historia de la pesca y acuicultura nacional esta plagada de administradores que han ocupado los mas altos cargos del sector, nombrados políticamente, sin tener un conocimiento especializado en pesca y acuicultura, y peor aun, sin el mas mínimo criterio para escuchar a los que saben, como fue el caso de la anterior ex ministra y su innombrable ex vice ministro.

A ellos que no saben nada respecto al sector, se les queda grabado en su inconsciente, todos los mitos creados por estos “aleteos de mariposas”, que nunca fueron desmentidos, y llegan al poder cargados de pre-juicios totalmente equivocados, que no les permiten comprender la realidad pesquera y acuícola nacional.

Para nosotros, la solución la gran mayoría de nuestro problemas en la pesca y acuicultura nacional, debe surgir de las bases regionales, por que ahora el país esta regionalizado, y la realidad costera es muy distinta de una región a otra, aunque tengamos aspectos en común.

Por eso creemos firmemente que debemos activar el trabajo de las universidades nacionales que tienen ciencias del mar. Que además son 11 en cada una de las 11 regiones costeras del Perú. Las universidades han permanecido ajenas a nuestra realidad, viviendo en islas, donde su esfuerzo educativo no tiene una dirección orientada a nuestro desarrollo. Su equivocada moral educativa, no cumple con la ética de nuestras necesidades. Sin embargo, tienen las capacidades suficientes para asumir retos importantes, con una correcta orientación. Eso es algo que ya OANNES probo el 19 de noviembre del 2014.

Dentro de nuestra concepción de dialogo para el desarrollo de la pesca y acuicultura costera nacional, un concepto que esta incluido dentro del desarrollo costero. Debe formarse en cada región mesas de dialogo donde participen todos estos actores:

•Académicos: Profesores universitarios, Colegios Profesionales, ONGs. y ODPs. Como IMARPE, FONDEPES, ITP, SANIPES, institutos superiores especializados.
•Autoridades: Policía Nacional, Capitanías de Puerto y Autoridad Portuaria, ANA, OEFA.
•Gobierno: Gobierno Central, Gobierno Regional, Municipalidades, Servicios de agua y desagüe.
•Empresas: Asociación de Conserveros, SNP, SIN, ADEX, Cámaras de Comercio, empresas pesqueras, acuícolas y de turismo costero, empresas de servicios.
•Prensa: Colegios y Asociaciones de Periodistas, TV, Radio, medios Impresos.
•Pescadores y Acuicultores: FIUPAP, OSPAS, pesca industrial, pesquería mediana escala, otros.

Y este dialogo, debe ser liderado por las universidades nacionales con profesiones de ciencias del mar. Para llevar a un nivel académico la discusión de nuestros problemas y posibilidades de solución.

Como se habrán dado cuenta; pensamos que ese “cuarto poder” que se atribuye la prensa como representante de la comunidad debe participar muy activamente, no solo como documentador histórico del evento, sino activamente en las mesas, por que esta claro que no tienen un conocimiento especializado de la materia difundiendo mitos, creados por gente que por intereses o una moral pesquera equivocada, comienzan como un inocente aleteo de mariposa y terminan en una tormenta destructiva y generadora de caos y desunión en el sector.

Tal vez, luego de este ejercicio que las universidades están obligadas a realizar, podamos tener una “hoja de ruta” (termino que le encanta a este gobierno) que defina claramente las políticas a seguir en el sector en los 100 años próximos, para permitir un desarrollo real basado en conceptos éticos, que construyan una nueva moral pesquera.