La maternidad está en el borde costero y eso es lo que debemos proteger

Autor: Francisco J. Miranda Avalos, Presidente de la J. Directiva de Oannes

viernes 21 de febrero de 2025

La maternidad está en el borde costero y eso es lo que debemos proteger

Un veterano pescador de Pucusana me dijo una vez: “Si quieres que todos los caladeros de pesca de Pucusana se recuperen, prohíbe la pesca en la isla Galápagos, y el que quiera pescar que vaya a Grano de Oro, Punta Lobos, al Carbón o al Gallinazo. Galápagos protegido de la pesca, alimentará los demás caladeros”. Los fondos de la isla Galápagos en Pucusana, son muy diversos y llegan hasta los 20 metros de profundidad, donde hay arena, fondos rocosos cavernosos, praderas de algas y una gran biodiversidad favorecida por la existencia de diversos hábitats.


La idea de prohibir la pesca en un lugar para que alimente a otros caladeros es vieja y funciona. No significa proteger por proteger con grandes extensiones. Significa ser eficiente al proteger áreas “clave”, donde la biodiversidad tiene mejores opciones por las corrientes o la morfología de los fondos que le son favorables. 


Lo que hoy sabemos sobre los diversos ecosistemas marinos, sus comunidades vitales, su biodiversidad y su interacción con los diversos fondos marinos es mucho más que lo que sabíamos hace 50 años.


Los fondos marinos son diversos, dependen de la geología de la zona de contacto entre el mar y la tierra. Eso determina si son áreas que proporcionarán hábitats seguros para la reproducción y el crecimiento de diversas especies marinas que viven ahí de manera sedentaria, o darán refugio a juveniles de especies pelágicas que acuden al borde costero para crecer lejos de depredadores.


Hemos aprendido que en la costa peruana, la mayor concentración de biodiversidad marina se da entre los 0 y 30 metros de profundidad, según sean sus fondos marinos; rocosos cavernosos, rocosos con praderas de algas o fangosos. Y estos medioambientes son “clave” para la protección de la biodiversidad del borde costero y de los juveniles de muchas especies oceánicas.


La agenda 2030 de las Naciones Unidas (NU), establece diversos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), uno de ellos el ODS-14 (Vida Submarina) que busca conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos. Pero también existe el ODS-2  (Hambre Cero), y la productividad marina con todos sus recursos son fuente de alimento y seguridad alimentaria. Por lo que debe haber un balance entre ambas ODS con políticas eficientes de protección de recursos, que ofrezcan sostenibilidad en el abastecimiento de alimentos marinos.


Desde hace muchos años que, desde Oannes, promovemos el establecimiento de una “Zona de protección para la reproducción y crecimiento de juveniles” que no debe establecerse exclusivamente con el criterio de distancia a la costa, como hemos hecho en Perú con las 5 millas, por decisión política. Si no también con el criterio de profundidad y tipo de fondo, que es mucho más técnico y completo. En esta zona de protección, un pescador artesanal educado en sostenibilidad y con un bajo impacto en su esfuerzo pesquero, puede desarrollar diversas pesquerías o actividades acuícolas, sin afectar el cuidado del medio ambiente. Nunca está demás agregar que el pescador artesanal que aproveche estas pesquerías, debe ser un actor clave en la lucha contra las diferentes malas prácticas pesqueras existentes que deben ser erradicadas (pesca con explosivos, destrucción de praderas de algas, irrespeto a las tallas mínimas, uso adecuado de las medidas de las mallas o la pesca nocturna, entre otras)


La determinación técnica de esta “Maternidad” o “Zona de protección para la reproducción y crecimiento de juveniles” sobre la base de ambos criterios (distancia a la costa y, profundidad y tipo de fondo), podría crear una gran zona o Área Marina Protegida (AMP) muy eficiente, que reformule, con base en un enfoque más eficiente, la forma en la que venimos creando reservas y áreas naturales desde la década del 70. Algo a tomar en consideración, porque algunas AMP de las reservas existentes podrían estar abarcando espacios que, de ser usados por actividades comerciales que manejen enfoques sostenibles, suman al fortalecimiento de las economías de la zona e incluso a las acciones de protección y vigilancia de las áreas de maternidad.


El uso de criterios más técnicos, permitiría la creación de Zonas Especiales de Pesca (ZEP) en lugares donde la profundidad cercana a la costa, cambia las variables del hábitat de especies pelágicas como la anchoveta del sur del Perú (Compartida con Chile), cuyo manejo bajo el criterio de distancia a la costa, no se ajusta a la realidad de la geografía y morfología de los fondos costeros, impidiendo que las empresas peruanas puedan pescar un recurso que se mueve dentro de las 5 millas marinas y utiliza una contra corriente costera, para retornar a Chile, cayendo en las fauces de una industria pesquera Chilena que utiliza otro concepto de manejo de recursos y que sí pesca dentro de las 5 millas. 


Todo esto ya ha sido confirmado con las estadísticas anuales de captura de anchoveta del stock sur, que son muy superiores por parte de pesqueros chilenos, desde que el Perú, prohibió pescar a sus pesqueros dentro de las 5 millas en todo el litoral. Con un criterio de distancia a la costa que es inadecuado para la costa sur. 


La determinación de las cinco millas para la protección de la reproducción y crecimiento de juveniles en la zona sur,  esconde más otros fines que no son necesariamente ecologistas. Además, esto ha ocasionado  la reducción de la industria pesquera en la zona, donde hoy solo existen 3 de las 12 plantas procesadoras que siempre estuvieron ahí, afectando la posibilidad de estas de generar puestos de trabajo y dinamismo en las economías de la zona.


La pesca artesanal, definida por la actual ley, comprende a 3 principales grupos de pescadores, de los cuales solo uno, el “pescador artesanal de orilla” o “pescador selectivo” es el único que desarrolla sus capturas en los medioambientes costeros más biodiversos, generando pequeñas pesquerías de menor cuantía y alto valor, que pueden ser sostenibles, en la medida que la ciencia comprenda la biología de cada especie y sea capaz de recomendar medidas de manejo, en función a su abundancia y etapas de reproducción.


La posibilidad de reformular las Reservas de la costa y las AMP existentes es una idea que proponemos para el debate. Sabemos que no será una conversación fácil, pues tiene una serie de implicancias, además  que requiere de un diálogo serio entre las partes interesadas, en el que deben considerarse muchos de los conocimientos adquiridos sobre nuestro mar, desde hace 50 años. Esto debe permitir la coexistencia y desarrollo pacífico de diferentes niveles y escalas de actividades pesqueras y acuícolas, siempre que estás puedan demostrar su capacidad para hacerlo de manera sostenible.