La cuestión china y la pesca peruana en alta mar

Autor: Francisco J. Miranda Avalos, Presidente de la J. Directiva de la ONG Oannes

lunes 24 de junio de 2024

La cuestión china y la pesca peruana en alta mar

No hay peor gestión que la que no se hace. La presidenta Dina Boluarte viajará a China y se entrevistará con el presidente Xi Jinping, lo que representa una extraordinaria oportunidad. ¿Habrá puesto cancillería en su agenda tratar el tema de la pesca China en aguas adyacentes a las 200 millas Peruanas?


China envía barcos a pescar a 17,000 Km de sus costas, con todas las complicaciones logísticas, subvenciones económicas y avatares políticos que implica este esfuerzo, porque requiere un abastecimiento continuo de una materia prima que alimenta muchas de sus fábricas de productos alimenticios basados en calamares.


La flota nacional China le provee a su pais, un promedio de 350 mil toneladas de calamar gigante (Pota), registrados históricamente ante la Organización Regional de Ordenamiento Pesquero del Pacífico Sur (OROP PS). Y los países ribereños, como Perú, Chile, Ecuador y México, que no tienen barcos calamareros de altura, ni un importante esfuerzo pesquero en esos caladeros de alta mar, le proveen a China el resto; casi 1 millón de toneladas, de las cuales solo Perú proporciona más del 60%.


¿Cancillería ha pensado por ejemplo, que China podría darnos una gentil muestra de cooperación con Perú, donando o vendiendo algunos de esos barcos (si no todos), a pescadores peruanos, con financiamiento chino, brindando además la capacitación técnica para su operación, así como la reducción de aranceles para la importación China de calamar gigante peruano a niveles competitivos?


Haciendo esto, China, además de ganar un buen amigo, se evitaría una “super operación” pesquera a 17,000 Km de sus costas y obtendría lo que quiere, el calamar gigante; pero capturado por peruanos en su “Mar presencial”. Si no se propone, nunca sabremos si los chinos están dispuestos a aceptarlo o negociar al respecto.


Lamentablemente, el Perú como nación no visualiza el concepto: “Mar presencial”, ese espacio marítimo adyacente, pero más allá de las 200 millas, sobre el que podemos tener influencia en función a nuestros diversos intereses nacionales, debido principalmente a la cercanía relativa a nuestras costas. Si no pescamos ahí, es porque no tenemos la visión correcta de lo que significa explotar un “Mar presencial”.


Por más que las embarcaciones artesanales peruanas tengan sistemas de control satelital para ser reconocidas en la OROP PS, y obtener así un registro histórico de sus capturas en alta mar. El objetivo difícilmente se logrará. Porque la captura de calamar gigante es realizada exclusivamente por barcos artesanales peruanos. Que según la ley actual, no pueden tener más de 15 metros de eslora, 32,6 M3 de capacidad de bodega y predominio de maniobra manual en la captura. Son barcos pequeños que no pueden competir operativamente con la presencia de una flota pesquera extranjera de altura, que tiene barcos de gran eslora, autonomía, habitabilidad, condiciones sanitarias, capacidad de congelación y almacenamiento en frío, alto bordo, navegabilidad adecuada, y muchos de ellos, combustible subvencionado.


Se estima que hay más de 500 barcos operando frente a nuestras 200 millas. No todos son chinos, hay también españoles, noruegos, chilenos, rusos y no solo pescan calamar gigante, también jurel, caballa, aceitoso, pez espada, mahi mahi, langosta enana, atún, etc. 


La gran mayoría de esos barcos extranjeros que pescan fuera de nuestras 200 millas, digamos un 80%, son chinos. Pero no todos son pesqueros de calamar gigante, también hay arrastreros, tramperos, madrinas, congeladores, etc.  


El 98% de los barcos que operan en las zonas pesqueras FAO 87, 81 y 77, son legales. Y muchos de estos barcos son chinos, sobre todo calamareros, que operan también en la zona pesquera FAO 41, frente a Argentina. (Pescan un tipo de calamar una temporada frente al Perú y otro tipo de calamares frente a la costa Argentina, en otra temporada)


¿Pero por qué vienen de tan lejos a pescar ahí? ¿Por qué los peruanos no somos capaces de explotar nuestro “Mar presencial”? Quizá la respuesta no está solo en las malas regulaciones o falta de visión, tal vez se deba a que nuestras 200 millas son muy ricas y caemos en el “mal de abundancia”, sin pensar en el futuro.


La definición de lo que se denomina “pesca artesanal” en nuestra ley, es sin duda parte de nuestro problema, ya que en Perú la ley vigente define al pescador artesanal por su embarcación y también alimenta equivocadamente su enfoque e idiosincrasia, que limita la visión de como explotar su “Mar presencial”.


Sobre la base de esta definición, todo pescador o dueño de este tipo de embarcación litoral puede ser considerado como pescador artesanal y de muchas maneras verse beneficiado por un sistema laxo que no tiene tantas regulaciones como los otros regímenes pesqueros. Como el industrial anchovetero, por ejemplo, que tiene todo tipo de regulaciones, pagos de derechos y control.


A largo de los 27 años de existencia, con varios libros y artículos publicados; Oannes identifica tres tipos de pescadores artesanales, y creemos que solo uno de los tres grupos (Al que llamamos “pescador artesanal de orilla, embarcado y no embarcado”) deben ser considerados como pescadores artesanales, ya que finalmente abastecen a una red de consumo doméstico y a la red de hoteles, restaurantes o catering (HORECA). Pero esto no sucede con los otros dos grupos, uno de ellos, los poteros y periqueros. Estos dos grupos deberían ser considerados como industriales, porque finalmente los productos de sus capturas terminan vendiéndose en terminales pesqueros o abasteciendo plantas congeladoras, proveedoras del mercado nacional o internacional.


Estos cambios, que deberían hacerse en las regulaciones nacionales, permitirían, por ejemplo, que la cantidad de pescadores artesanales administrados por las regiones, sea sustancialmente menor y viable de ser administrada por los Gobiernos Regionales. Además, esta nueva clasificación podría favorecer especialmente a los poteros y periqueros, que deberían pensar en otro tipo de embarcaciones, capaces de ser totalmente operativas en alta mar, como los barcos pesqueros extranjeros que operan en nuestro “mar presencial”.


¿Por qué un empresario pesquero artesanal tiene miedo a un régimen formal más estricto? La razón es simple, las capturas son aleatorias, dependen de las condiciones del mar y de la presencia del recurso, más de una vez los barcos regresan sin pesca, pero la sobre regulación, así como las cargas económicas que implican impuestos y pagos de derechos, son permanentes, restando posibilidades de rentabilidad a la inversión. Pero ¿Por qué no podría crearse un régimen especial promotor de la pesquería de altura?


Creemos que las normas que algunas organizaciones están proponiendo para la solución a la cuestión China y la pesca peruana en alta mar, son superficiales, no tienen inventiva, y finalmente no solucionan el problema, condenando a la pesquería de altura peruana a mantenerse en un régimen artesanal irreal, y a pescar exclusivamente dentro de sus 200 millas, con sus pequeños barcos sin las capacidades operativas necesarias para una pesquería de altura moderna.


Si no pescamos en alta mar, con herramientas adecuadas para competir con flotas extranjeras, es solo porque no tenemos la visión suficiente para explotar nuestro “Mar presencial”.