Investigación o desvío: La necesidad de controlar los fondos de Derechos de Pesca en Perú

Autor: Francisco J. Miranda Avalos, Presidente de la J. Directiva de la ONG Oannes

jueves 31 de octubre de 2024

Investigación o desvío: La necesidad de controlar los fondos de Derechos de Pesca en Perú

En el Perú existen normativas que estipulan que los derechos de pesca deben ser utilizados para fines de investigación científica y tecnológica. Sin embargo, parafraseando la vieja canción de Álvaro Arroyo, “Mis Zapatos blancos”, que hizo popular el grupo “The Latín Brothers”, hoy nos toca preguntarnos, con ritmo de salsa: ¿Dónde están los derechos de pesca?… ¿Dónde están?


La Ley General de Pesca (Decreto Ley Nro. 25977) establece que los derechos de pesca son una retribución económica que los pescadores deben pagar por el acceso a los recursos hidrobiológicos. Según el artículo 17 de esta ley, el Ministerio de la Producción debe destinar parte de estos recursos a "fines de investigación científica, tecnológica y capacitación"


También el Reglamento de la Ley General de Pesca (Decreto Supremo Nro. 012-2001-PE) que complementa la ley, especifica que los gastos que el Estado incurre para garantizar la conservación y aprovechamiento responsable de los recursos hidrobiológicos, incluidos los costos de investigación, vigilancia y control, son considerados parte de los costos de explotación. Estos costos deben ser cubiertos con el pago de los derechos de pesca.


Finalmente, El Decreto Supremo Nro. 007-2019-PRODUCE establece que parte de los ingresos generados por el pago de derechos de pesca se destinarán específicamente a la investigación y al desarrollo sostenible del sector pesquero. 


No quiero extenderme más en lo legal, no soy abogado, pero en resumen, la normativa peruana no solo establece la obligación del pago por derechos de pesca, sino que también garantiza que estos recursos serán utilizados para la investigación científica y tecnológica, contribuyendo así a la sostenibilidad y manejo adecuado de las pesquerías en el país.


Lo cierto es que históricamente la pesquería de anchoveta es la que más ha aportado en derechos de pesca, e incluso el 2022 se incrementaron estos derechos de pesca en un 32%. Otras pesquerías (no todas) también pagan derechos, pero inferiores en comparación con los que paga la pesquería de anchoveta. 


La pesquería de anchoveta a lo largo de su historia ha aportado millones de soles en derechos de pesca, que muchos anti pesca siempre quieren desconocer o minimizar, y su uso ha servido, entre otras cosas, para que el Instituto del Mar del Perú, realice cruceros de investigación del calamar gigante, por ejemplo. El último que recuerdo, fue entre el 2011 y el 2013, durante la gestión del ex viceministro de Pesca y Acuicultura, Sr. Hector Soldi Soldi. En aquellos años, la pesquería del calamar gigante, la segunda pesquería del país, exporto: entre el 2011 y el 2013, US$547.5 Millones.


En los últimos 4 años, la pesquería del calamar gigante, ha exportado, en el 2020 y el primer cuatrimestre del 2023, US$1,418.7 Millones. ¿Alguien sabe cuanto pagan por derechos de pesca, la pesquería del calamar gigante o la del perico? ¿Podrían pagar la investigación para su sostenibilidad?


Hoy, en el 2024, la pesquería de calamar gigante está en crisis. Desde mi humilde opinión, debido a una falta absoluta de visión pesquera, ya que se ha favorecido de manera populista el desarrollo de una pesquería artesanal, con cerca de 6 mil embarcaciones, de las cuales cerca de 2 mil son ilegales o informales. Ya he hablado mucho de esto, y tengo claro, que no podemos comparar la flota artesanal, potera y periquera con la flota extranjera de muchos países (no solo China) que operan más allá de nuestras 200 millas. 


Las diferencias en capacidad de navegación, autonomía, habitabilidad, refrigeración o congelación, automatización de pesca, energía para las luces de atracción, etc, ¡Son tan evidentes! Que resulta fácil entender por qué la flota calamarera China tiene los niveles de captura que tiene y lo más importante, al operar como opera, se mantiene todo el tiempo sobre el cardumen de la pota, siguiéndolo de norte a sur, todo el año.


Hoy se quiere un crucero para investigar al calamar gigante, pero nuevamente surge la pregunta: ¿Dónde están los derechos de pesca?… ¿Dónde están? Bueno, la respuesta es fácil, el Ministerio de Economía y Finanzas se los quito al Ministerio de la Producción, y hoy están en el hoyo negro de la caja del estado, de donde parece que nadie tiene interés en pedirlos o devolverlos.


Ahora puedo entender, porque un exministro de la Producción muy populista, pretendió destinar estos fondos para generar un bono de ayuda a los pescadores artesanales perjudicados por el COVID, olvidando por completo que la finalidad de esos fondos no es otra que la investigación científica, tecnológica y capacitación.


Entre los quejosos pescadores de pota y perico que piden cruceros de investigación del calamar gigante, que no sabemos cuanto aportan en derechos de pesca por el usufructo de su pesquería, y los que se quejan porque dicen que los barcos chinos depredan el calamar gigante, que no son capaces de ir a buscarlo con un mejor barco, que uno de 15 metros de eslora, está la incompetencia de un gobierno que desvía los derechos de pesca de la anchoveta, a un uso en contra de lo establecido en las normas.


Peor aún, en un año, donde la pesquería peruana de anchoveta, aportara importantes derechos de pesca, con una captura anual estimada, cercana a los 5 millones de toneladas. Es decir, ni siquiera los derechos de pesca de la anchoveta podrán salir al rescate de la investigación de los otros recursos. 


Porque valgan verdades, así el Congreso de la República, apruebe medidas presupuestales para fortalecer la capacidad científica del Instituto del Mar del Perú, esto sigue siendo insuficiente. En un sector donde la ciencia y la tecnología, son fundamentales para un manejo sostenible y eficiente de los recursos pesqueros,  el gobierno peruano, con su magia y brujería, desvía los fondos de los derechos de pesca a otros usos, que no son los que estipulan las leyes. ¡Happy Halloween!