Fake News en la Pesca y Acuicultura: un pernicioso mal que hay que combatir

Autor: Francisco J. Miranda Avalos, Presidente de la J. Directiva de la ONG Oannes

martes 13 de agosto de 2024

Fake News en la Pesca y Acuicultura: un pernicioso mal que hay que combatir

Las fake news en el ámbito de la pesca y la acuicultura suelen originarse de una combinación de inexactitudes científicas, interpretaciones erróneas de datos y, en más de una ocasión, son producto de agendas políticas o comerciales, claramente malintencionadas.


La pesca y la acuicultura son fundamentales para la seguridad alimentaria mundial, la salud y el bienestar económico de millones de personas. Por lo que la proliferación de fake news o noticias falsas en estos ámbitos ha puesto en riesgo tanto las políticas de conservación como la industria pesquera y acuícola de muchos países. 


Hace unos días Ana Parma, Doug Butterworth, Éva Plagányi, Kevern Cochrane; Michael Sissenwine y Ray Hilborn, prestigiosos investigadores internacionales, publicaron un duro artículo sobre los documentos con información errónea que publican los medios y las revistas científicas a nivel mundial, generando tomas de decisiones dañinas para la sociedad y el ambiente.


Muchas afirmaciones sobre la sobreexplotación de pesquerías y prácticas insostenibles en la acuicultura a menudo no se sustentan en investigaciones científicas sólidas. Ya que un estudio puede mostrar una tendencia negativa en una población específica, pero este mismo estudio puede no reflejar la complejidad del ecosistema en general o ignorar el contexto geográfico y temporal del análisis.


Uno de los ejemplos más comunes de fake news en la pesca, es la afirmación de que "todas las pesquerías del mundo están sobreexplotadas". Lo cierto es que si bien hay casos de sobreexplotación en ciertas áreas, el panorama global es mucho más matizado. En realidad, un porcentaje significativo de las pesquerías se encuentra en estado saludable o pueden recuperarse con una gestión adecuada. Una visión simplista de estas circunstancias crea un alarmismo innecesario y a menudo, contraproducente.


En el ámbito de la acuicultura, el principal mito extendido es que esta práctica resulta intrínsecamente dañina para el medio ambiente. Aunque hay ciertos métodos de acuicultura que pueden ser perjudiciales y que deben corregirse, muchas granjas acuícolas adoptan prácticas sostenibles, minimizando su impacto ecológico. La negativa a reconocer los avances en la acuicultura, perpetúa una narrativa destructiva.


Los exagerados beneficios de las Áreas Marinas Protegidas, la nocividad de la pesca de arrastre, el impacto negativo de la actividad pesquera en la liberación de carbono al ambiente y en los ecosistemas, son los frecuentes temas abordados por este tipo de artículos que a menudo están acompañados de campañas mediáticas. Y aunque la ciencia se corrige a sí misma, esto resulta muy lento para prevenir percepciones y políticas erróneas.


Los efectos de las fake news son especialmente perniciosos en el contexto de la política pesquera o acuícola. La gestión y políticas implementadas en estos sectores deben basarse en una comprensión precisa y científica de los ecosistemas marinos, pero cuando la información errónea influye en la percepción pública, se generan presiones sobre los responsables políticos para que tomen decisiones basadas en miedo y desinformación en lugar de datos fiables.


Hace unos días, las universidades de Yale y Columbia, presentaron la publicación del Environmental Performance Index 2024 (EPI 2024), en español Índice de Desempeño Ambiental, elaborado por los centros científicos de estas casas de estudios con el apoyo de McCall MacBain Foundation, quienes reconocieron al Perú como uno de los países con mejor producción pesquera a nivel mundial.


El estudio presenta al Perú como líder entre los grandes países pesqueros del mundo y este éxito se debe en gran medida al manejo de su población de anchoveta, un logro que corresponde a las recomendaciones de una de sus mejores instituciones científicas, el Instituto del Mar del Perú. Desde el 2009, el gobierno peruano implementó una política audaz de cambios para mejorar la sostenibilidad de su pesquería de anchoveta, como la adopción de un enfoque basado en derechos que asignaba cuotas de pesca a varias empresas e incluso el desmantelamiento de alrededor de una cuarta parte de la flota pesquera peruana.


Hoy, a pesar de los detractores, algunos de ellos fabricantes de fake news, la pesquería de anchoveta peruana se gestiona de forma sostenible, y su población se ha recuperado, aunque está siempre sometida a la única constante de su mar; su variabilidad. 


No hacer caso a las recomendaciones de las instituciones científicas serias, que han logrado construir nutridas bases de datos a lo largo los años, así como imponer cuotas de pesca excesivamente restrictivas o prohibiciones que no consideran la capacidad de recuperación de las poblaciones de peces, solo perjudican a las comunidades pesqueras y pueden llevar a un aumento no regulado en la pesca ilegal y no reportada, empeorando la situación que se pretende resolver.


La desinformación se convierte entonces en un problema que el sector pesquero y acuícola deben enfrentar, con una mejor comunicación científica en términos comprensibles y atractivos, para que el público general y los formuladores de políticas, entiendan mejor su trabajo y conclusiones.


Promover un diálogo abierto y accesible sobre las prácticas pesqueras y acuícolas, que incluya a los pescadores, consumidores y científicos, es esencial para construir confianza y comprensión. Este enfoque no solo ayuda a desmantelar mitos, sino que también empodera a las comunidades para que participen activamente en la gestión sostenible de los recursos marinos.


La educación y sensibilización, el fomento de la transparencia, la colaboración sectorial y multisectorial, y una decidida inversión en la investigación, son las mejores armas para un estado que busca la sostenibilidad de sus recursos, pesquerías estables y el desarrollo de la acuicultura como una herramienta para dar seguridad alimentaria y cientos de puestos de trabajo que significan el desarrollo de la comunidad.


Una pesquería peruana de anchoveta sostenible es fundamental para el desarrollo de la acuicultura mundial, que hoy en cifras supera a la producción pesquera alrededor del mundo. Las personas parecen desconocer la enorme contribución de la harina y aceite de pescado hecho de anchoveta, para la producción de alimentos en las últimas décadas, hoy este poderoso ingrediente marino tiene tal demanda que los formuladores de alimentos se esfuerzan por todo el mundo para encontrar sustitutos, experimentando con insectos y sus larvas o algas marinas, con éxitos esperanzadores, pero aún relativos.


Concluir que el combate a las fake news, debe ser anticipado y permanente, porque estos artículos, que suelen contener enunciados impactantes, se cuelan rápidamente en grandes medios de comunicación y el error se riega como pólvora encendida, es fundamental. Porque refutarlos con datos científicos, en los diversos medios o en las mismas revistas científicas, resulta demasiado tarde cuando el tema ya se ha instalado en la conciencia de la sociedad y las correcciones nunca tienen el mismo nivel de difusión que tuvieron los documentos erróneos.