Reflexion de semana santa

Autor: Marcos Kisner

lunes 17 de abril de 2006

REFLEXION DE SEMANA SANTA


Muchas justificaciones hay para establecer la necesidad de una política pesquera de largo plazo.

La pesquería peruana vive en una crisis crónica. Algunas de las razones son:

La mala gestión empresarial, el sobredimensionamiento de la flota y plantas, el mecanismo de libre acceso, la insolvencia técnica y moral de ciertas administraciones pesqueras, la crisis de mercado, las anomalías oceanográficas, la incompetencia del sistema financiero para calificar los riesgos, el exceso de confianza, la falta de visión de futuro etc.

Puede parecer inapropiado usar el término crisis tras años de escuchar sobre las virtudes ilimitadas del mar peruano, y del honor de ser el primer productor de harina del mundo y de la cantidad de divisas que nos procura.

Pero no hay justificación alguna para el deplorable estado de las bahías pesqueras; de la miseria a la que se ha conducido al pescador costero de todo el litoral; de la falta de pescado destinable al consumo humano, por auspiciar la desnaturalización las prácticas pesqueras, por haber erosionado el respeto por la naturaleza, por seguir acosando un recurso que no alcanza talla legal con la argucia de la pesca exploratoria y a sabiendas de su impacto sobre las especies dependientes de la anchoveta en la cadena trófica.

La explotación de recursos naturales es un privilegio y debe ser administrado con propiedad por la sustentabilidad de todos los recursos y en beneficio de la sociedad.

No hay industria en el Perú a la que le toleren tanto daño a la ecología como a la pesca.

Si analizamos cuidadosamente la situación, llegaremos a la penosa conclusión que en los planes de gobierno, específicamente los referidos al sector pesquero, ha imperado la improvisación y el desinterés.

El desorden político es de tal magnitud, que todos se creen con derecho a pretender gobernar el país. Basados en el liderazgo y protagonismo de sus líderes más que en programas, somos una democracia que vota emocionalmente.

El protagonismo del líder acapara la atención, y olvidamos que el Presidente finalmente es solo eso, un líder. No gobierna solo. Necesita un equipo de personas que lleve a cabo lo que prometió en la campaña a través de un programa de gobierno.

Superada la primera vuelta, lo recomendable sería que en la mini campaña para la segunda vuelta se confronten los programas, pero expuestos y sustentados por los equipos que tomarán las riendas del gobierno.

El país está totalmente intoxicado de palabrería y mediocridad. La forma de poder curarlo, es recurriendo a la confrontación de programas y a la confrontación de equipos de gobierno.

Al Gobierno no se puede llegar con carteles ni pintas que solo asfixian y que no llenan las expectativas de todo un pueblo. Al ejercicio de cargos públicos deben llegar aquellos capaces de interpretar la voluntad de su líder, capaces de interpretar y ejecutar la doctrina partidaria, capaces de poner en práctica políticas de largo plazo, y trazar planes estratégicos con visión de futuro. El Presidente debe dejar de ser un político y convertirse en un estadista que mira el futuro de las próximas generaciones.

Esto supone necesaria la pre existencia de una filosofía y una doctrina política con la cual deben sentirse identificados todos aquellos que la representarán en el ejercicio de cargos públicos.
Esa doctrina es la que genera planes de gobierno con el cual se identifican todos los funcionarios que asumirán la conducción del país. Les corresponde a ellos exponerlos al país para que se pueda evaluar la calidad y viabilidad de los mismos.

El liderazgo es el proceso de influir sobre el grupo o la organización, a través de los procesos de comunicación, toma de decisiones y despliegue del potencial, para obtener un resultado útil. El liderazgo para la acción es el ejercicio de influencia y guía en la administración de planes y coordinación de acciones, hasta lograr los propósitos establecidos

La gerencia es el proceso de coordinar acciones, administrando planes para transformarlos en políticas de Estado. Este proceso se da en una organización concebida como una red de personas. El Ministro, el director, son gerentes finalmente.

Gerencia es sinónimo de coordinación de la acción efectiva.

Los nuevos retos que debe enfrentar este gerente exigen la combinación de conocimientos, destrezas y habilidades para generar soluciones eficaces, eficientes y efectivas.

Requiere de habilidades para coordinar acciones, orientar y retroalimentar consejos, comités y grupos de trabajos.

La administración del plan de gobierno supone una organización de una red de personas y actos que se coordinan para transformar ideas en resultados útiles.

En el Estado moderno, el líder y sus partidarios ya no se influyen recíprocamente de forma directa sino que se relacionan indirectamente a través de una serie de personas que desempeñan diferentes cargos en el sistema político. Así entendido el liderazgo ejecutivo moderno se concibe como un proceso organizativo en el cual, aunque el líder pueda seguir siendo un individuo, en realidad su liderazgo es el producto colectivo de una organización.

La habilidades para develar quiebres y diseñar futuros y anticipar escenarios demanda pensamiento analítico ( en la formulación de diagnósticos ) y conceptual en la anticipación de escenarios (del pensamiento estratégico) .

La creación de un nuevo modelo de política pesquera conlleva a la reestructuración del sistema.

Esto no puede surgir de una simple enumeración de objetivos parciales y deseos para mejorar la pesquería propuestos por una o dos personas con mayor o menor conocimiento de la problemática del sector, sino de un equipo multidisciplinario con experiencia.

La formulación de la nueva política pesquera nace de una concepción doctrinaria y filosófica del partido que la elabora y tiene que ser coherente con las propuestas de política de los otros sectores. El país requiere de una nueva política integral de largo plazo basada en un planeamiento estratégico para el futuro. No tan solo para cinco años. Esto lleva implícita la necesidad de un presidente con calidad de estadista y visión de futuro que pueda articular programas que serán, en su esencia, continuados por los próximos gobiernos.

Los gobiernos pasan, pero el país queda. Esa es la meta. Hacer un país, no hacer un gobierno de 5 años.

La pesquería, dado que maneja recursos naturales que, si bien es cierto son renovables no son infinitos, constituye un sector estratégico porque:

1. Proporciona alimentación, y siendo la desnutrición un problema serio en el país, tiene repercusión en el sector educación por cuanto una niñez mal alimentada difícilmente podrá asimilar una educación por más buena que esta sea. Un país sin educación no tiene futuro.
2. El Perú es una reserva mundial de alimentos. Satisfechas las necesidades de la población nacional, el excedente que puede alimentar a otros países constituye una posibilidad de negociación y de ingresos importantes para el país, en la medida que generemos el máximo posible de valor agregado en un mundo cada vez más necesitado de alimentos.
3. Los efectos del cambio climático que están afectando al mundo tendrán repercusiones sobre las poblaciones de peces, que deben ser administradas con criterio de ecosistema y de enfoque precautorio para conservar ese potencial.
4. La biomasa existente frente a nuestra costa es sumamente sensible a variaciones de clima y a los efectos de las capturas. Estas variables pueden modificar sustantivamente el volumen de la misma pudiendo perderse nuestra condición de potencia pesquera y reserva mundial de alimentos.

Tan solo estos cuatro elementos constituyen razón suficiente para establecer que el sector necesita de un reordenamiento y de una política de largo plazo.

Una política de largo plazo para una problemática tan amplia y compleja, impone la necesidad de un equipo de personas que compartan esa visión de futuro y que compartan una misma filosofía, bajo la conducción de un líder con visión de futuro y capacidad de estadista.

Para la próxima votación deberíamos concentrarnos en el análisis de las propuestas de política pesquera y en las personas que la llevarán a cabo. El caudillismo y el carisma de los líderes de las agrupaciones políticas no son garantías suficientes para asegurar el éxito.