RAZONES PARA INNOVAR EL MODELO

Autor: Marcos Kisner

viernes 30 de mayo de 2008

RAZONES PARA INNOVAR EL MODELO DE GESTION PESQUERA

REFLEXIONES

Los peces constituyen un recurso natural, biológico, móvil y renovable. Su reproducción no requiere la intervención humana ni implica ningún costo. La pesca está sujeta a la disponibilidad de los recursos. La existencia de demasiadas embarcaciones pesqueras acarrea la sobreexplotación y la disminución de las poblaciones. La reducción de la flota debe ser un objetivo fundamental de la política pesquera.

No es posible aprovechar un pez si no se le ha extraído previamente. Para extraerlo se requiere de una inversión, mayor o menor pero hay que invertir. Luego viene el riesgo de salir a pescar sin garantía alguna de una faena exitosa comercial y financieramente. Eso es lo apasionante de la pesca. Es como el poker: se paga por ver.

Cada pez capturado deja de estar disponible para los demás pescadores. Cada pescador se ve afectado por la actividad de los demás pescadores, artesanales o industriales. Por tanto, a mayor cantidad de pescadores, menos capturas para cada uno, sobre todo en un escenario de pesquerías plenamente explotadas. Por tanto, la pesquería no debe admitir más participantes. Las poblaciones de peces no se reproducen con la celeridad y en los volúmenes necesarios para permitir que intervengan nuevos pescadores, sean artesanales o industriales. La dependencia y vulnerabilidad de los pescadores respecto de las actividades de los demás pescadores actuales es inevitable. Con mayor razón si entran nuevos.

La pesca de arrastre no califica de artesanal. Consentirlo impulsa que empresarios se disfracen de artesanales para incluirse como nuevos participes.

La pesca ilegal debe ser combatida y confiscados los aparejos (la red y el winche en caso de arrastre en el caso de la flota de madera de Paita p.e.)

Lo prudente sería evaluar la magnitud de las biomasas explotables y valorizarlas, deducir el costo de extracción y conocer la renta neta a que pueden aspirar los que pretenden emprender la aventura de pescar. De este análisis resultará una primera información útil que les permita evaluar si salir a pescar es negocio o si ya dejó de serlo hace mucho tiempo debido a que los recursos pesqueros van disminuyendo en la medida que el esfuerzo pesquero se va incrementando.

La pesca no puede ser de libre acceso. Para evitarlo es necesario establecer cuotas anuales y cuotas individuales, así como el pago de derechos de pesca según el tipo de embarcación que posea el pescador, la capacidad de pesca del mismo y la especie a pescar. Esto quiere decir que:
-Las especies en mayor peligro, como la anchoveta y la merluza, serán un poco más costosas.
-Una embarcación de alta tecnología, que posea un gran volumen de pesca, debe pagar una cuota mayor a la que pagaría un pescador artesanal, con un volumen menor de pesca.
La idea es que los pescadores artesanales, paguen un valor, aunque sea simbólico, mientras los demás pesqueros paguen un valor significativo. Tampoco se quiere encarecer el producto en el mercado, sólo controlar el acceso a la pesca y a ciertas especies, mientras se trata de normalizar la población de cada una de ellas.

Adicionalmente, es necesario reforzar la labor la Dirección de Capitanías y Guardacostas en sus tareas de control marítimo y de la autoridad de pesquería que debe controla que cada pescador cumpla con la cuota asignada. En caso de que un pescador, llegará a capturar más de lo debido o pescara algún recurso que no haya sido asignado, se le sancionará fuertemente. Además, la Dirección de Capitanías y Guardacostas debe detectar cualquier embarcación extranjera o local, que no posea los papeles o el permiso necesario para la pesca.

Los pescadores artesanales y los pescadores industriales están compitiendo, por obtener el derecho a la pesca a través del uso de mayor tecnología, rapidez y posible conocimiento del mar y de sus peces. En una competencia, donde todos los pescadores entran a pescar libremente, los más perjudicados serían los actuales pescadores, tanto artesanales como industriales porque cada vez tendrían menos recursos para extraer y menos días de pesca.

Los pescadores artesanales realizan capturas sin pagar ningún derecho de pesca, y los industriales pagan muy poco, lo que afecta considerablemente el manejo y la administración de los recursos pesqueros.

UNA PESQUERIA SUSTENTABLE

Las poblaciones de peces son un recurso común, que forma parte de un patrimonio común que debe gestionarse colectivamente. Para garantizar una pesquería sustentable, cuidadosa del medio ambiente y responsable con el ecosistema, hay que tener en cuenta no sólo el volumen de extracción, sino también las tallas, el tipo de especie, las técnicas de captura utilizadas y las zonas de extracción.

La abundancia de las poblaciones de peces varía en función de factores que aún no se conocen suficientemente. Por tanto, es válido aplicar un enfoque precautorio a la hora de determinar cuotas de pesca y asignar permisos de pesca.

La pesca tiene repercusiones medioambientales inmediatas en las poblaciones comerciales de peces, crustáceos y moluscos capturadas, pero los artes de pesca afectan también a aves, mamíferos marinos, reptiles (tortugas) y organismos que viven en el mar.

Las medidas que inciden en la abundancia de las poblaciones de peces no sólo repercuten en las especies que se pescan sino también en sus depredadores (los peces que se alimentan de ellas), en las especies que compiten con ellas y en sus presas.

Estos cambios pueden influir a su vez en la reproducción de las aves y de los mamíferos marinos si el alimento de que disponen sufre una reducción demasiado drástica.

La única garantía de una pesquería sustentable es:
Aplicar un enfoque precautorio en la asignación de cuotas anuales de captura, profundizar la investigación para que las propuestas técnicas de volumen de la cuota sea lo más acertada posible y cerrar totalmente el acceso a las pesquerías impidiendo el ingreso de nuevos pescadores.
Aplicar al entorno marino un "enfoque de ecosistema" basado en:
· la necesidad de tener en cuenta la interacción entre las cadenas alimentarias;
· la protección del entorno químico, físico y biológico necesario para la buena salud de los ecosistemas.

UN PRODUCTO DE CALIDAD

La autoridad debe establecer normas de salud y protección de los consumidores con respecto a los productos de la pesca.

El sector pesquero necesita instalaciones adecuadas para los desembarques y el mantenimiento de las embarcaciones, desembarcaderos pesqueros y tratamiento de pescado que deben estar sujetas a estrictas condiciones de higiene. El sector extractivo no puede sobrevivir sin inversiones en estas áreas del negocio.
La modernización de la flota es necesaria para aumentar la seguridad, mejorar las condiciones de higiene a bordo de las embarcaciones pesqueras y facilitar la adopción de métodos de pesca selectivos.
Independientemente de que procedan de las capturas en el mar o de la acuicultura, el pescado y el marisco tienen que ser manipulados, preparados y transformados para su comercialización. La transformación incluye operaciones tan diversas como la congelación, el fileteado, el salado, el secado, el ahumado, o el enlatado.
La comercialización del pescado requiere unas estructuras especiales, entre las que se cuentan los desembarcaderos, los almacenes frigoríficos, los mercados al por mayor y los puntos de Vesta minorista.
Los desembarcaderos pesqueros tienen que reformarse con objeto de que las operaciones de desembarque, manipulación y comercialización del pescado se efectúen en las mejores condiciones posibles, especialmente sanitarias. Además, las embarcaciones precisan una gama de servicios cada vez mayor en los puertos. Para hacer frente a estas necesidades, se requiere un importante volumen de inversiones.

La política pesquera debe orientar actividades de promoción con objeto de estimular el consumo de pescados y mariscos que no están sobreexplotados o que el público no conoce bien. Se han emprendido campañas para exponer los beneficios que puede aportar la introducción del pescado. Pero falta articular debidamente las acciones para crear una oferta de pescado sostenida que permita la creación de microempresas comercializadoras a todo lo largo del país. Puede implementarse asistencia financiera para la implementación de micro empresas, participación en ferias y exhibiciones comerciales, en programas de certificación de la calidad y en estudios de mercado.

De igual forma, pueden concederse ayudas para las medidas que emprendan las organizaciones de pescadores con objeto de promover la calidad de los productos pesqueros o de mejorar la gestión.

EL PAPEL DE LA INVESTIGACIÓN

El primer paso será incorporar una dimensión medioambiental a la política potenciando la investigación y la recopilación de datos, profundizando la investigación de los ecosistemas marinos en su conjunto. Aunque durante años se han recopilado datos sobre las pesquerías comerciales, casi no se dispone de información sobre las especies no comerciales debido al costo y a la complejidad de las operaciones necesarias. Los datos científicos sobre la situación de los hábitats y sobre los efectos de la pesca en los demás organismos vivos son desiguales, ya que sólo se cuenta con datos recabados para investigaciones científicas específicas y orientadas a las principales especies.

La amplitud de visión de los investigadores debe permitir estudiar y evaluar los volúmenes de forraje necesarios para asegurar el sostenimiento de los predadores superiores.
La investigación desempeñará un papel fundamental para mejorar nuestro conocimiento de los ecosistemas. Deben fomentarse las medidas destinadas a prevenir o corregir las repercusiones de la actividad humana en el medio ambiente aun cuando no existan pruebas científicas de tales repercusiones o dichas pruebas sean incompletas. Ello significa que no se pueden rechazar esas medidas sólo porque quienes las proponen no hayan proporcionado todas las pruebas necesarias.

LA PESCA RESPONSABLE

La pesca responsable es un objetivo que nos atañe a todos. También los consumidores deben contribuir a lograr una pesca responsable asegurándose, por ejemplo, de que el pescado que compran cumple las tallas mínimas autorizadas.

Pero ¿cómo pueden estar seguros de que el producto que compran no proviene de pescado capturado infringiendo las reglas por las que se rige la pesca de la especie en cuestión? ¿Qué posibilidades hay de crear un sistema que permita a los consumidores elegir entre los productos procedentes de fuentes que practican una pesca sostenible y los demás?
Elaborando sistemas de certificación para otorgar una identificación específica o una etiqueta al pescado capturado mediante técnicas que no dañen el medio ambiente o producido según métodos acuícolas responsables y desarrollando campañas de educación e información al consumidor.

Esta actitud no debe aplicarse solamente a los peces capturados en aguas territoriales. La protección de las poblaciones de peces no debe tener fronteras. El consumidor no debe adquirir productos importados que no calificarían dentro de las normas nacionales. No debería permitirse la importación de recursos hidrobiológicos que no respetan tallas mínimas de acuerdo a los estándares biológicos.