Que significa una pesqueria sostenible
Autor: Marcos Kisner
domingo 30 de mayo de 2010
QUE SIGNIFICA UNA PESQUERIA SUSTENTABLE EN TERMINOS PRACTICOS
LA INVESTIGACION CIENTIFICA
La sostenibilidad y el ordenamiento de las pesquerías son los principales y primeros objetivos que debe proponerse la nueva administración de pesquería. Sin embargo no es suficiente hablar de sostenibilidad, es preciso hacer cosas concretas. No es suficiente hablar de enfoque ecosistémico, sino avanzar en pro de conseguirlo.
El discurso político no es suficiente. Es menester voluntad y decisión política.
Para ir hacia la sostenibilidad se necesita información científica amplia y sólida, no solamente de la anchoveta, sino de todos los recursos. Para obtenerla es necesario hacer investigación.
El país dispone del Instituto del Mar del Perú, ampliamente competente para hacer investigación, con un sólido prestigio internacional y con elevada capacidad científica y de investigación. Pero con serios problemas de orden presupuestal, no direccional.
El problema de fondo es la disponibilidad de recursos adecuados que le permitan renovar sus embarcaciones científicas, desarrollar programas de investigación y remunerar adecuadamente a sus técnicos y científicos.
El presupuesto que se le asigna es insuficiente siempre.
Es inaceptable que un país como el Perú, que desembarca los volúmenes más grandes de anchoveta del planeta y que exporta más de dos mil millones de dólares anuales no pueda disponer de un presupuesto adecuado para investigación.
Analizando las cifras de la comercialización de productos hidrobiológicos, es totalmente correcto presumir que el origen de fondos para el IMARPE puede y debe provenir del sector privado pesquero y el artesanal, quienes son finalmente los beneficiarios.
No es adecuado tener un Instituto de investigación postrado en la limitación de dinero escaso, buscando cooperación financiera internacional, lo cual debería ser vergonzoso cuando vemos los injustos e insuficientes aportes por impuesto a la renta y derechos de pesca provenientes de la actividad pesquera.
Para tener investigación adecuada y avanzar en el proceso de hacer sostenibles a nuestras pesquerías se tiene que actuar ampliando la contribución de todos los agentes del sector. No es admisible permitir que se continúe extrayendo recursos naturales a costos insignificantes o a costo cero por algunas pesquerías.
Con una mejor captación de recursos financieros proveniente de nuestras propias fuentes, podremos generar información científica para ordenar las pesquerías con un enfoque ecosistémico que las haga sustentables.
El siguiente paso debería ser dar al IMARPE la suficiente autonomía administrativa que le permita actuar con flexibilidad y sin la rigidez extrema de un sistema de administración pública ineficiente e inoperante basado en la presunción de desconfianza.
En ese orden de cosas la Institución podrá crecer, desarrollarse y establecer alianzas con las Universidades e institutos de investigación y convertirse en una organismo científico moderno, flexible y con capacidad de realizar la investigación que la pesquería peruana necesita y reclama.
El diseño de un nuevo modelo de gestión pesquera es y será posible solamente si la administración dispone de un ente científico sólido.
No se puede gobernar, administrar ni ordenar lo que no se conoce. Mientras no conozcamos a profundidad nuestros recursos pesqueros, sus biomasas, los límites máximos de extracción de cada recursos, y sus períodos de desove para fijar vedas, el ordenamiento seguirá siendo un componente más de las declaraciones líricas de los discursos políticos irrelevantes, ociosos, y parciales.
Un Instituto del Mar administrativamente autónomo y financieramente sólido será capaz de decirnos qué recursos pesqueros tenemos y cómo y cuando extraerlo. Incluyendo a la pesquería continental.
Si no tenemos eso...no tenemos nada. Solo incendios que nos vemos obligados a apagar constante-mente hasta que uno muy grande destruya toda la edificación.
Solamente se requiere de voluntad y decisión política.
En una coyuntura electoral en la que muchos lideres pelean por recibir el mandato del país para gobernarnos, no es suficiente enumerar o hacer una lista de objetivos para la implementación de un programa, o de una política para el sector pesquero. Es necesario ejecutar lo que se ofrece en forma técnica.
La sustentabilidad de las pesquerías es una necesidad, una aspiración y una obligación. Preservar todos los recursos pesqueros significa ampliar la posibilidad de su transformación y subsiguientes efectos económicos, laborales y alimentarios.
La exportación de productos pesqueros no debería suceder a expensas de la degradación de los ecosistemas, de las necesidades locales de consumo, ni debería provocar impactos sociales ni económicos adversos. La contribución del sector vía derechos de pesca e impuesto a la renta debe ser proporcional al impacto que causa sobre el ecosistema y el medio ambiente, y no solamente basarse en un impuesto a la renta aplicado sobre utilidades.
El problema de la gestión depende sobre todo de los políticos, que tienen un comportamiento poco previsor. En muchas ocasiones se toman decisiones que no solo van en contra de la opinión científica, sino incluso contra el sentido común. Nosotros los elegiremos el 2011.
¿Qué significa una pesquería sostenible en términos prácticos?
Significa que el tamaño de la industria extractiva y transformadora no puede ser de libre elección por el inversionista. La capacidad extractiva tiene que estar en función al tamaño de la biomasa susceptible de ser extraída. La investigación científica debe decir el tamaño total de cada una de las biomasas de las especies comercialmente explotables, determinar sus tallas mínimas de captura, épocas de desove para suspender la actividad durante ese período y la cuota anual global permisible de extracción reservando una parte para el mantenimiento poblacional y la que fuese necesaria desde el enfoque ecosistémico.
Esta información permitiría determinar si la actual capacidad de realizar esfuerzo pesquero proveniente de la flota artesanal e industrial es coherente con los límites admisibles. De ahí se derivarán acciones de reducción del esfuerzo o de fomento del mismo en aquellas pesquerías que lo admitan.
En función al tamaño posible de la materia prima susceptible de extraer se puede dimensionar correctamente la capacidad de transformación para la industria del CHD y del CHI, derivándose el mismo tipo de medidas aplicables a la actividad extractiva
Fomentar las inversiones en extracción o transformación sin disponer de la información mencionada anteriormente es inadecuado y puede llevar el esfuerzo pesquero a niveles inconvenientes para el inversionista y para la sostenibilidad del ecosistema.
Las reglas del mercado no operan en este escenario puesto que el recurso pesquero no aumenta en función a la demanda.
La información científica disponible que permite actuar razonablemente está centrada en la anchoveta, lo cual ha permitido gestionar su pesquería de forma aceptable. No podemos decir lo mismo de la pota, del perico, del jurel y la caballa que son las otras especies abundantes y disponibles. Menos información aún se dispone de los recursos capturados por la actividad artesanal como los bentónicos por ejemplo.
Será un tiempo largo el que tome llegar a estos niveles de información y de ordenamiento; pero debe constituir un objetivo político de largo plazo y aceptado por la comunidad pesquera como inevitable.
Además de definido como tal, tiene que proveerse de los recursos económicos necesarios para que la investigación se realice en las mejores condiciones posibles.