IMPACTO DE LA INDUSTRIA PESQUERA EN LA ECONOMIA PERUANA

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domingo 5 de junio de 2005

Este es un extracto del artículo que se indica, que resulta importante e ilustrativo para entender algunos aspectos de la pesquería peruana. Al final introduzco algunos comentarios.
http://www.lamolina.edu.pe/facultad/economia/sociologia/harina.htm
IMPACTO DE LA INDUSTRIA PESQUERA EN LA ECONOMIA PERUANA:
1940 - 1994
Oficina Académica de Investigación
Revisión Bibliográfica
Con la asistencia de JULIA VALVERDE YABAR
Publicado en Recursos Naturales. UL No 40- 1995
El mar peruano es uno de los de mayor diversidad hidrobiológica en el planeta. En él se encuentran 30 especies de mamíferos y por lo menos 700 especies de peces; y cuenta con una biomasa de 17 millones de Tm. Además, los 2500 Km de línea costera aproximadamente permiten no sólo, la captura de especies de mar abierto; sino que, también ofrecen lugares adecuados para la instalación de empresas de Acuicultura para el cultivo de moluscos y crustáceos.
Los recursos hidrobiológicos sobre los cuales se basa la actividad pesquera sufren continuas modificaciones; las cuales, dependen de las condiciones climatológicas, geológicas, biológicas, etc; ello se refleja en las crisis cíclicas de la pesca peruana.
En el Perú se ha alcanzado los primeros lugares en cuanto a volúmenes de captura a nivel mundial en base a la riqueza generada por sus aguas marinas en las cuales existe una gran biomasa; gracias a la presencia de la Corriente del Humbolt que induce a la creación de abundante fitoplancton. Otro factor, es la Corriente del Niño. Esta ocasionalmente tiene más fuerza de lo habitual; y, origina lo que se conoce como: EL FENOMENO DEL NIÑO, generando importantes consecuencias negativas como la disminución en la captura de determinadas especies, etc.
Entre las especies más abundantes de nuestra BIOMASA están la anchoveta (engraulies ringens), sardina, jurel, cabrilla y merluza. Estas son usadas principalmente para la elaboración de Harina y Aceite de pescado, producto en el cual el Perú recuperó a 1991 el primer lugar en el mundo como productor.
Algunas de estas especies como la merluza y el jurel y caballa son empleadas en la industria de pescado congelado, en conserva y seco - salado.
El potencial de desarrollo del sector pesquero es muy grande.
La Pesca para consumo humano directo está constituída por cuatro actividades diferentes: La industria conservera, de congelados, de pescado seco-salado y de pescado fresco. La pesca fresca es de gran importancia y representa alrededor del 80% del consumo total de pescado en el país.
La Pesca para consumo humano indirecto está constituída por la harina y aceite de pescado. La harina de pescado, está dirigida al mercado externo; y, su cotización se ve afectada por la tendencia del precio de la harina de soya, la cual es usada como su sustituta y se comercializa a precios inferiores.
Las primeras propuestas para el desarrollo industrial de la pesca en el Perú se hicieron en la década de 1920. A finales de la década de 1930 se encontraban produciendo tres o cuatro empresas:
El principal producto de éstas era el pescado en conserva. La harina y aceite de pescado se obtenían como subproductos sobre la base de residuos.
En 1947 y 1948 se establecieron muchas fábricas de conservas y; en 1950, incluso después de que varias de las empresas anteriormente establecidas habían fracasado, existían 49 empresas, de las que 15 podían ser consideradas grandes.
Hacia fines de la década de 1940, la industria pesquera se distinguió por ser la actividad de más rápida expansión junto con la minería de pequeña y mediana escala. Hasta mediados de la década del cincuenta el crecimiento de la industria pesquera estaba encabezado por la fabricación de productos de pescado comestible; en especial, enlatado. Sin embargo, pese a que éstos fueron exportados por primera vez durante la segunda guerra mundial; hasta mediados de la década del cincuenta su crecimiento fue bastante lento.
La harina de pescado, antes sólo utilizada como fertilizante se desarrollaría a fines de la década de 1950 gracias a una serie de factores:
1. Principalmente, la gran demanda de que fue objeto por la próspera industria de alimentos para animales (en especial para cerdos y aves de corral) que la empleaba como elemento proteínico junto con la harina de soya. Esta demanda permitió el incremento rápido de su precio sirviendo, entre otros factores, como estímulo a la inversión en este sector.
2. Las innovaciones tecnológicas. Se logró un gran avance al sustituirse las redes de algodón, que al mojarse se tornaban pesadas y se podrían a las pocas semanas de uso, por redes livianas de nylon en 1955. Esto posibilitó la construcción de un nuevo grupo de bolicheras.
3. Disponibilidad de bienes de capital de segunda mano, de buena calidad; y, muy baratos, que hubo durante los años cincuenta. Este equipo procedía de lo que había sido el área de pesca de sardinas de California, donde floreció una próspera industria de harina de pescado en la décadas de 1930 y 1940, que dejó de funcionar en 1952 con la desaparición de los peces. Gracias a este suceso, fábricas enteras fueron embarcadas y enviadas desde California y los nuevos productores peruanos pudieron empezar sus empresas con maquinaria moderna, eficiente y de bajo costo.
4. Apertura de la banca comercial para financiar nuevas empresas de harina de pescado mediante préstamos a corto plazo renovados anualmente. Las razones que tenían los bancos para financiar este nuevo sector hacia 1957 se vinculan al contexto que reinaba por aquella época en nuestro país. Los años 1957 y 1958 fueron años de recesión para la mayoría de los productos de exportación peruanos; mientras que, por el contrario, los precios de la harina de pescado subieron fuertemente en 1957, debido a la reducción de la oferta mundial por un mal año de pesca en Escandinavia y al crecimiento rápido de la demanda, como se explicó anteriormente. La producción peruana de harina de pescado fue tan rentable en esta etapa, que los productores pudieron cubrir holgadamente el alto interés del crédito a corto plazo que cobraban los bancos. Los precios mundiales de la harina de pescado variaban entre los 120 y 140 dólares por tonelada F.O.B; mientras los costos de producción peruanos no excedían los 60 dólares por tonelada dejando así un amplio margen para cubrir el servicio de los préstamos a corto plazo y proporcionar una buena utilidad.
Con el desarrollo de este producto, la industria pesquera, a mediados de los sesenta, se convirtió en el rubro de exportación principal, pues aportaba entre 25 % y 30 % de los ingresos totales de exportación. El Perú se colocó a la cabeza de las naciones pesqueras en lo que se refiere a volumen con el 18% de la pesca mundial total en 1964; y produjo alrededor del 40% de la oferta mundial total de harina de pescado.
Las las tres fases por las que atravesó el desarrollo de la industria de harina de pescado son:
1) Un desarrollo incipiente, eclipsado por la producción de conservas de pescado, caracterizado por el establecimiento de empresas pioneras.
2) Un veloz ascenso del sector, en la segunda mitad de la década del 50, que continuó con una tasa gradualmente decreciente hasta 1970 - 1971, cuando alcanzó su punto máximo.
3) Después de 1971, la producción de harina de pescado cayó dramáticamente debido a problemas ecológicos; en consecuencia, hubo un exceso de capacidad. Esta situación culminó con la expropiación de todas las empresas pesqueras privadas en 1973.
La mayoría de las empresas de harina de pescado tenían elevados endeudamientos que las hacían vulnerables durante los períodos cortos de caída del mercado; dado que, dependían de su rápido crecimiento para pagar sus deudas y obtener una ganancia. En 1963, entre un 60% y 80% de los activos fijos totales y capital de trabajo de la industria estaba financiado por préstamos;y, fue justamente en ese año que el sector atravesó una severa crisis; más por factores de índole local que por factores externos:
En diciembre de 1962, se estableció un impuesto de 25 soles por cada tonelada de pesca destinada a la industria, ante lo cual los dueños de la empresas pesqueras reaccionaron con un paro patronal en enero de 1963. Esto a su vez condujo a una huelga de las tripulaciones pesqueras que duró un mes; y, cuando se iniciaron nuevamente las actividades los mejores meses de pesca habían pasado y muchas de las compañías enfrentaban grandes dificultades en sus flujos de caja. En mayo de 1963, los bancos comerciales alarmados ante las perspectivas de un mal año para la industria, anunciaron restricciones en la disponibilidad futura de crédito para las compañías pesqueras. Luego, a mediados de año, este recorte crediticio coincidía con montos de pesca desacostumbradamente bajos; y en consecuencia, quebraron un gran número de firmas.
En 1964, la actividad pesquera reanudó su crecimiento; pero, el número total de plantas de harina de pescado se había estabilizado en unos 150; y, de 1967 en adelante, comenzó a bajar hasta llegar a alrededor de 100 en 1972 como se observa en el cuadro Nro. 2, presentado anteriormente.
Es necesario recalcar que si bien se logró continuar la expansión de la producción por medio de la introducción de un nuevo grupo de bolicheras grandes y de mejores técnicas en el proceso de elaboración de la harina de pescado; la producción de harina de pescado comenzó a hacer peligrar la población de peces de la corriente del Humboldt ya que ésta no era ilimitada y la captura máxima de peces que podía sostenerse a largo plazo estaba condicionada por la capacidad reproductiva de la anchoveta.
Muchos centros pesqueros mundiales ya habían sido destruídos por la sobre-explotación, pudiendo ocurrir en el Perú.
A mediados de los años sesenta aparecieron señales de sobre-pesca en el Norte y en el Centro del país y el crecimiento de la industria después de 1963 se concentró en las zonas pesqueras de la costa sur, que habían sido menos explotadas.
En 1965, debido a disturbios de las corrientes oceánicas, conocidos en el Perú como el fenómeno del Niño; se origina una severa mortalidad entre las aves marinas y una caída de la producción de harina de pescado.
Los biólogos del gobierno recomendaron limitar la captura anual de pescado a siete millones de toneladas mediante una temporada de veda y la imposición de cuotas limitadas en la captura total; sin embargo, en 1966 el gobierno; dada la intensa oposición de la industria, decretó sólo una veda de tres meses e indicó que la captura anual estaría restringida a menos de ocho millones de toneladas.
Por otro lado la industria, que tenía una capacidad suficiente para procesar no menos de 16 millones de toneladas anualmente, había invertido fuertemente en la compra de nuevos barcos pesqueros. Esta secuela de inversión deliberada, que producía un exceso de la capacidad pesquera; originó que hacia 1970 - 1971 la industria tenga una capacidad para capturar 30 millones de toneladas anuales (asumiendo un año de 300 días útiles).
El resultado fue la imposibilidad de mantener el límite de captura de los ocho millones de toneladas y el que los tres meses de veda fueran ineficaces como recurso para limitar la producción. En 1968, la captura anual alcanzó más de 10 millones de toneladas y la población de aves marinas, que ascendió a más de 15 millones a principios de los sesenta, había caído por debajo de los cinco millones.
Es así que, en 1970, una misión de la FAO advirtió que el promedio de la captura a largo plazo no podía sostenerse durante mucho tiempo en niveles superiores a las 9.5 millones de toneladas. Se decretó un límite oficial de 10 millones de toneladas. Sin embargo, la industria no respetó este tope y la captura durante este año ascendió a más de 12 millones de toneladas.
Es importante destacar aquí que, durante la década del 60, las mejoras técnicas en el procesamiento de la harina de pescado, lograron aumentar efectivamente el rendimiento. La cantidad de pescado crudo requerida para producir una tonelada de harina de pescado descendió de 5.41 toneladas en 1961 a 5.33 toneladas en 1968. Alrededor de 1972, aunque el rendimiento promedio para la industria no bajó más, las plantas más eficientes estaban logrando tasas de 4.5 toneladas de pescado crudo por tonelada de harina de Pescado.
Hacia fines de 1972; surge una nueva pertubación en las corrientes oceánicas, que originó la desaparición de la harina de pescado en la lista de los principales productos de exportación peruanos.
En conclusión, esta experiencia ha demostrado que la máxima extracción de recursos pesqueros no puede sobrepasar los ocho o nueve millones de toneladas anuales sin amenazar la extinción de la especie; de modo que la producción sólo puede continuar su expansión si el rendimiento de harina extraída del pescado puede elevarse.
Durante los años sesenta, la abundancia de la harina de pescado produjo continuamente un descenso de los precios; mientras que, el gobierno como la fuerza laboral daban pasos para aumentar su participación en el valor agregado de la industria.
Por otro lado, existe un rasgo notable de la lista de productores de harina de pescado y es la escasa presencia no sólo de figuras de la élite capitalista peruana; sino también, de grandes capitales foráneos. Entre las principales empresas de la década del cincuenta se puede identificar dos que eran controladas por figuras de la élite, y tres por empresas foráneas. Estas son: La Compañía Pesquera Coishco (Tomada a mediados de la década de 1950 por la STAR KIST de CALIFORNIA, Wilbur-Ellis, Westgate-California y la de Graña.
Sin embargo, ninguna de estas firmas disfrutaba de ventaja competitiva, es así que en 1963 dos de las firmas extranjeras liquidaron y una de las de la élite había quebrado, las razones es la aversión a entrar en una industria donde la competencia era fuerte y la construcción y exploración de posiciones monopólicas casi imposible.
En consecuencia, la élite económica del país no desempeñó un papel empresarial directo, prefirió participar indirectamente en los beneficios de la harina de pescado, proveyendo financiamiento a través del sistema bancario y dejando que el nuevo grupo de empresarios de clase media asumiera los riesgos.
Por consiguiente, la industria de la harina de pescado atravesó un período de mayor auge sin que hubiese intentos significativos de penetración por parte de las productoras multinacionales de alimentos, dejando campo libre a las principales empresas locales que alcanzaron rápidamente su madurez como productoras de gran escala. Así, a comienzos de la década del 70 ya había en el Perú un poderoso grupo de capitalistas de la harina de pescado. Entre las figuras sobresalientes del grupo se encuentran Banchero, Elguera, Madueño y del Río, que se convirtieron en agentes de importancia internacional en el negocio de la harina de pescado al formar en 1960 un cartel de comercialización (el consorcio pesquero) que controlaba más del 90% de la producción peruana.
Pero a finales de la década del sesenta seis firmas extranjeras grandes se retiraron de la industria de harina de pescado peruana. La desnacionalización no reflejó un debilitamiento de la inversión local; por el contrario, el capital local disponible para invertir en el sector era mayor de lo que la base del recurso natural podía permitir.
Cabe destacar que en esta actividad, importaba más resguardarse contra los riesgos locales, mediante la construcción de plantas en una serie de lugares distantes entre sí, que tratar de obtener ventajas de economías de escala en una sola localidad.
A fines de los años 50 y a lo largo del 60, la harina de pescado fue el producto principal para la expansión de la economía exportadora. El valor de retorno del sector era alto y creaba un encadenamiento hacia atrás en el sector local de bienes de capital. Su contribución al empleo también era significativa como su contribución a la generación de divisas.
Tenemos el caso de los astilleros. Esta era una actividad abierta al ingreso de empresarios de pequeña escala como la misma pesquería. Estos estaban protegidos por un arancel de 60% sobre las importaciones de embarcaciones pesqueras y beneficiados por las exoneraciones tributarias que otorgaba la Ley de Promoción Industrial de 1959.
En 1957, se construyeron 6 embarcaciones para la pesca de anchoveta; en 1960, la cifra de la producción fue de 305 y en 1963 alcanzó el máximo de 453. A partir de ese año el ritmo disminuyó y muchos de los productores de embarcaciones de menor escala dejaron el negocio originánose una firma líder local a fines de la década del 60: La de Luis Banchero; igualmente, esta empresa era líder en la elaboración de harina de pescado.
Con respecto a la fuerza laboral:
la industria de harina de pescado creó un nuevo sector de "aristocracia laboral": Los salarios de las tripulaciones eran altos.
Según Edmonds, para 1968, el total de la fuerza laboral en la extracción y procesado pesquero era de 38,000; además de unos 20000 empleados en actividades relacionadas con la harina de pescado. En dicho año, la tripulación de los barcos totalizaba de 23,000 a 28,000 hombres. Estos recibieron salarios por un monto de US$ 25 millones; que en promedio eran US$ 900 cada uno. Sin embargo, el promedio de salarios para los capitanes de las embarcaciones era de US$ 4800 cada uno.
Gran parte de la fuerza laboral estaba integrada por emigrados no calificados de la Sierra. La harina de pescado fue uno de los pocos factores que contribuyeron a amortiguar el impacto de la migración Sierra-Costa sobre Lima.
Con respecto a la balanza de pagos:
El crecimiento del valor de las exportaciones de harina de pescado fue el que mantuvo el equilibrio de la balanza de pagos. El auge de la harina de pescado sirvió a lo largo de los años intermedios de la década del sesenta, para cubrir la crisis que estaba perjudicando gradualmente la producción peruana para exportación.

II. LA INDUSTRIA PESQUERA EN LA DECADA DEL 80
Durante la década del ochenta, se observa una serie de fluctuaciones de la biomasa del sistema marítimo como se puede ver en el cuadro Nro 9. A fines de 1989, la biomasa del sistema marítimo fue de 12'095,000 Tm.
Entre las principales especies capturadas durante esta década fueron: el Jurel, Anchoveta, Caballa y Sardina; es decir, una ínfima parte de lo potencialmente extraíble.
EXTRACCION:
Dentro de la flota pesquera se puede distinguir :
La flota para consumo humano directo y la de consumo humano indirecto, cuya base de constitución fueron las embarcaciones que fueron vendidas por Pesca Perú en 1976. Dichas embarcaciones bajo la forma de "Pesqueras Empresas de Exterior Asociativas" (PEEAS) se destinaron a la pesca de consumo humano indirecto. Actualmente se encuentran obsoletas y generan mayores gastos por mantenimiento.
La flota de consumo humano directo es de dos tipos: la flota industrial y la flota artesanal. La primera abastece a las plantas que fabrican congelados, conservas y curados. La segunda abastece pescado fresco para el consumo directo de la población.
Las embarcaciones dedicadas a la pesca artesanal son pequeñas e incipientes y en su mayoría no utilizan preservantes a bordo; por lo que, no reúnen las mínimas condiciones de higiene.
En cuanto a la flota industrial vinculada a la pesca para consumo humano indirecto, que está conformada por embarcaciones para la pesca de Anchoveta, ésta no cuenta con equipos necesarios para aprovechar las nuevas especies que han ido apareciendo como consecuencia del cambio en el patrón ecológico creado al desaparecer la Anchoveta. Las nuevas especies que aparecieron sólo muestran un cambio ecológico más no la recuperación de la pesca industrial de consumo humano indirecto al no alcanzar los niveles obtenidos en los sesenta y principios de los setenta.
En los gobiernos de Belaúnde y de A. García no ha existido una política orientada a renovar o por lo menos rehabilitar la flota pesquera.
Durante 1985 y 1986 se estableció una liberalización arancelaria de insumos y repuestos para reequipar las embarcaciones; así como, para la adquisición de nuevas embarcaciones; pero, debido a la falta de un flujo de créditos oportunos, los armadores peruanos no pudieron acogerse a las liberalizaciones.
Del total de las embarcaciones pesqueras, son pocas las que abastecen a la industria con materia prima en buenas condiciones.
El desembarco de los recursos hidrobiológicos tienen dos destinos, para productos de consumo humano indirecto y consumo humano directo. En los años 1980 a 1989 la mayoría ha estado dirigida a la elaboración de productos de consumo indirecto; los cuales están orientadas principalmente al mercado externo.
La infraestructura de los complejos y terminales no tienen la capacidad suficiente para almacenar en los frigoríficos el pescado desembarcado; deteriorando así, la calidad del pescado y provocando que el pescado apto para el consumo humano directo sea utilizado para la fabricación de harina y aceite de pescado por la pésima condición del mismo.
TRANSFORMACION
El consumo directo está compuesto de productos en estado fresco, enlatado, congelado, seco salado, embutidos; y, el consumo indirecto compuesto de harina y aceite de pescado.
Respecto a la harina de pescado; este producto es el de mayor demanda mundial por su contenido proteíco de gran valor nutritivo. Se utiliza en la alimentación animal principalmente para aves, cerdos, ganado, etc.
Hacia 1979 y 1980 se inicia un boom muy corto en la industria de enlatados. Pesca Perú era el único productor de harina de pescado. A partir de ese período las conserveras, que poseían plantas productoras de harina, empiezan a producirlas en base a la materia prima no apta para el consumo humano directo.
Las plantas conserveras inician su producción a gran escala en 1980, llegando a producir un tercio del total.
Durante los últimos años de la década del ochenta, la producción de conservas ha caído principalmente por la transformación de conserveras en empresas productoras de harina de pescado. Desde 1985, el mayor volumen de harina de pescado es generado por las empresas privadas respecto a PESCAPERU. La caída de la producción de Pesca Perú se ha debido al ineficiente manejo por parte de Estado. Sin embargo, en 1983, tanto el sector privado como público disminuyeron su producción por la poca pesca que realizaron las PEEAS debido a la escasa disponibilidad de Anchoveta por el Fenómeno del Niño y los problemas laborales que se presentaron al interior de Pesca Perú. Todos estos factores hicieron que la producción disminuyera en un 62%.Posteriormente, la pesca para el consumo humano indirecto se recuperó gracias a la mayor disponibilidad de materia prima, así como por la tenaz decisión de las conserveras para producir harina de pescado.
En 1987, la producción de harina procesada cayó nuevamente por las fluctuaciones oceonográficas que originaron un menor abastecimiento.
En 1989 se logró el nivel más alto de pesca de 1'162,800 Tm, la mayor producción se realizó en Ancash, Lima y Piura. No obstante que, en la transformación de harina de pescado se genera poco valor agregado; ésta es de suma importancia por cuanto utiliza insumos nacionales en casi un 100%.Sólo requiere de un insumo importado.
La falta de control en el crecimiento de la industria en los años del boom durante la década del 70 es uno de los principales factores de la crisis de este sector; esto es, la existencia de una enorme capacidad de procesamiento no utilizada que excede a los niveles razonables de captura generando mayores costos.
Entre 1960 y 1972 esta industria contaba con las más avanzados adelantos de la tecnología existentes de ese época; pero luego, se volvieron obsoletos. Recién se han empezado a adquirir plantas evaporadoras; por lo tanto, aún se pierde el 20% de la materia prima.
Al analizar la década del ochenta, los mejores rendimientos pertenecieron al sector privado en contrapartida al sector público por el uso de maquinaria más completa.
COMERCIALIZACION
La comercialización de la producción pesquera para el mercado externo; a partir de las reformas del gobierno de Velasco, se venía realizando a través de dos entes: el sector privado y el Estado.
Hasta inicios de 1981 el sector privado solamente se dedicaba a la exportación de conservas y la industria de congelado; sólo después del 21 de Marzo de 1981, con la liberalización de la comercialización de Harina de pescado, se creó un canal privado paralelo al del Estado. Y a partir de ese entonces el sector privado tomó un rol más importante en la exportación de este producto como se observa en el cuadro Nro. 13.
La participación del Estado en la comercialización externa de los productos de la pesca tuvo mayor incidencia en la harina y aceite de pescado a través de EPCHAP (Empresa pública de comercialización de harina y aceite de pescado) y Pesca Perú.
En la década de los 80s la comercialización de los productos pesqueros a excepción de pescado fresco siguió estando dirigida al mercado externo. En 1981, 1982 y 1989 se dió mayor énfasis a la exportación, logrando una participación dentro del consumo total de 63%, 62% y 72% respectivamente.
La harina de pescado constituyó, como en épocas pasadas, el principal producto exportado tanto por la empresa Estatal Pesca Perú como por los agentes privados.
En los últimos años, se ha venido fomentando la exportación de congelado respecto a la de conservas por la menor competitividad de estas últimas en el mercado internacional.
Los principales mercados consumidores de harina de pescado son Alemania Accidental, Cuba, Japón, Yugoslavia, China.
La caída, en 1982, del volumen exportado de harina de pescado se debió a la mayor competencia de la harina soya, al incremento en la venta de harina de pescado por parte de Chile y a la baja en la demanda en el mercado mundial.
En 1983 se agudizó esta disminución, debido básicamente a dos factores:
Paralización de Pesca Perú por problemas laborales y financieros.
Menor disponibilidad de recursos de Anchoveta.
A partir de 1984, la comercialización externa se recuperó siguiendo una tendencia creciente en términos de volumen hasta 1989, año en el cual se logra exportar 1'190,700 Tm; es decir, un incremento de 147% y 157% respecto al año 1985 y 1980.
En cuanto a las conservas, son producidas sólo por empresas privadas, quienes a su vez se encargan de la comercialización externa.
La exportación de conservas se incrementa hasta 1982 luego tuvo una declinación del 64% en 1983 debido a la contracción del mercado Sudafricano y al efecto de las políticas proteccionistas adquiridas por Reino Unido y Sudafrica principalmente.
Otro factor que afectó, fue la menor producción por la preferencia de los empresarios privados por producir harina de pescado en vez de conservas.
Esta situación continuó durante el resto de la década, disminuyendo de 1'120,215 Tm comercializadas en 1981; a un mínimo de 16,669 Tm en 1986; vale decir, un decremento del 85%.
En relación al consumo externo de pescado congelado, éste es limitado a pesar que la demanda externa a nivel mundial es creciente. A pesar de la abundancia de especies aptas para el congelado y la creciente demanda en varios países como Alemania, Polonia, Filipinas, el pescado congelado mantiene un nivel bajo de exportación.
El consumo de curado procedente del Perú, es todavía más limitado que del congelado. La mayor cantidad de Tm exportables, durante la década pasada, fue de 3,628 Tm, sólo el 22% de las exportaciones no tradicionales pesqueras y el 1% del total exportado por este sector.
EMPLEO
El sector pesquero absorbe mano de obra tanto en la fase extractiva como en la transformación. Ha generado en promedio a lo largo de la década del ochenta 53,000 puestos de trabajo con una tasa de crecimiento anual de 2%.
El mayor número de empleados se encuentra en la fase extractiva para consumo humano directo; y, en relación a la transformación, la industria de enlatados es la que proporciona mayor empleo. Esta última origina empleo para las mujeres.
La actividad pesquera incide en el desenvolvimiento de otras industrias como la de envases de hojalata, metalmecánica así como una serie de actividades conexas; así como: las que proporcionan cajas de cartón, pasta de tomate, aceite vegetal, etc.
El efecto recae también sobre empresas comercializadoras y de servicios; en especial, las que se refieren a transporte marítimo y terrestre.
Los eslabonaminetos productivos generados se pueden apreciar con la producción de harina de pescado destinada al mercado interno; la cual conforma parte importante en la alimentación del producto de la industria avícola, la cual es fuente de carnes, huevos, etc. para el consumidor.
Por otro lado, la producción de aceite crudo de pescado constituye un insumo primario que posteriormente a través de la industria oleaginosa, llega al consumidor por medio del aceite y manteca compuesta.
FINANCIAMIENTO DEL SECTOR PESQUERO
Durante la década del ochenta el sector financiero nacional se encontraba en crisis y era difícil obtener créditos del exterior; debido a ello, los sectores productivos experimentaron una carencia de financiamiento. El sector pesquero se vió afectado debido a la urgente necesidad de renovar la flota de equipos y plantas, siendo muy obsoletos para su uso.
Las fuentes de financiamiento estaban constituídas por:
las líneas de créditos ofrecidas por la Banca Nacional e Internacional,
la generación de recursos propios de la actividad productiva,
el aporte del Estado
el crédito de proveedores y terceros
los agentes productivos dueños de la empresa.
En relación a los recursos otorgados por el Sistema Financiero, el Banco Industrial ha sido principalmente el que ha otorgado créditos al Sector Pesquero. Sin embargo, la participación de este sector dentro del total de colocaciones realizadas por dicho Banco es limitada.
Entre 1985 y 1988 fue de 31% aproximadamente. Su destino fue para financiar la elaboración de pescados, crustáceos y otros productos marinos. En segundo lugar, fueron los préstamos otorgados a la pesca de altura y costera; y por último, los dirigidos a la actividad langostinera.
Los créditos otorgados al sector se han contraído en los dos últimos años de la década del ochenta debido al proceso recesivo y la disminución de flujos financieros en el Sistema.
Si se analiza el crédito otorgado, según el tamaño de las empresas del sector, en los tres últimos años de los 80s, la pesquería tanto de langostinos y pesca de altura, son las que han tenido el mayor financiamiento.
El crédito para la elaboración de pescados, tanto en la mediana como en la pequeña empresa, son los rubros que han captado los mayores préstamos. en contrapartida a la pesca artesanal que ha tenido siempre un reducido financiamiento. Sin embargo, cabe destacar que, en los años 1980 y 1981, los créditos estuvieron dirigidos principalmente a la actividad conservera y a la pesca artesanal. Sin embargo, el crédito estaba concentrado en pocas empresas.
A nivel general, el número de créditos otorgados al sector pesquero tuvo un auge en los años 1986 y 1987; a partir de siguiente año, los créditos otorgados por el Banco Industrial registraron una tendencia descendente.
En 1986 se creó el Fondo de Reactivación de la Flota Pesquera con un monto de 421'000,000 intis con la finalidad de destinarlos para la reparación, reequipamiento y adquisición de redes de las embarcaciones pesqueras dedicadas a la pesca de consumo humano directo e indirecto.
De otro lado ese mismo año, se creó un fondo con un monto de US$ 10 millones para destinarlos a otorgar apoyo financiero a empresas pequeñas del sector público y privado dedicados a la extracción y transformación, con el fin de atender la alimentación de la población.
En la práctica no se utilizaron con la finalidad deseada, debido al problema de disponibilidad de recursos y al mal manejo administrativo; ambos factores le quitaron fluidez al accionar del fondo vinculado a la flota.
En el caso del crédito otorgado a la pesquería por la Banca Comercial y de Ahorro, la captación ha ido incrementándose en los últimos cinco años de la década del ochenta; especialmente en 1988, donde significó el 3.9% del total colocado. Pero su participación es poco significativa respecto a sectores como: Industria, Comercio y Minería que captaron en conjunto más del 70%.
También se otorgó líneas de crédito a través de COFIDE. Durante 1980 y 1981 COFIDE concedió apoyo para el desarrollo de proyectos tales como envasado de conservas, instalación de frigoríficos etc, pero casi la totalidad se convirtieron en deudas morosas. Los créditos superaron a los del Banco Industrial durante 1987 y 1988; sin embargo, es de considerar la tendencia decreciente de sus colocaciones durante la década del ochenta.
En conclusión, las inversiones realizadas producto del financiamiento durante esa década hacia plantas de Harina de pescado, procesadoras de conservas y flota dieron como resultado dos fenómenos muy marcados :
La subutilización de la capacidad instalada.
La presión por ampliar los montos de captura.
Sin embargo, en los últimos años se ha perfilado dos nuevos campos de inversiones, la producción de procesados de pescado y la Harina desgrasada;y, nuevos productos para consumo humano directo así como inversiones en Acuicultura de Conchas de Abanico y Langostino.

COMENTARIOS
PERSPECTIVAS PARA LA INDUSTRIA PESQUERA
Los últimos fenómeno de el Niño de han producido graves perjuicios a la especies marinas, las que emigraron parcialmente o disminuyeron en su volúmen. Las vedas también empiezan a influir en la retracción de la pesca.
En términos generales, la actividad pesquera peruana ofrece grandes oportunidades.
En las actividades pesqueras tradicionales, las posibilidades de inversión se presentan desde la modernización de la flota (la flota para pesca de altura es actualmente inexistente), hasta la reconversión de plantas de harina de pescado
Sin embargo, el potencial de desarrollo de esta sector es aún mayor si se considera los nuevos productos y mercados.
Por otro lado, los productos congelados tanto de especies de pescado finas como de mariscos y cangrejos, tienen un gran potencial de desarrollo gracias a su creciente aceptación en los mercados internacionales. Otra de las posibilidades de desarrollo en el sector que se está incursionando es la explotación de la pota o calamar gigante y del tiburón.
Si bien, aún no se iniciado decididamente el desarrollo tecnificado de una flota pesquera en el Perú, se viene procesando a bordo de algunas embarcaciones asiáticas en el litoral peruano productos como el Surimi. El Surimi se obtiene a partir del procesamiento de la carne de algunas especies de pescado y se emplea para imitaciones de pescados y mariscos; y, puede ser producido en el Perú con la Merluza (que se está haciendo pero a menor escala), o con el Jurel que viene siendo producido en Chile por diversas empresas.
Si bien el mercado mundial de este producto se está expandiendo gracias a la tendencia mundial hacia el consumo de productos saludables, con alto contenido proteico y bajo contenido de grasas y calorías; Japón, sigue siendo el principal mercado, con una producción de 235,000 Tm . A nivel mundial la producción a base de Surimi es superior a 900,000 Tm.