EL PASO FUNDAMENTAL PARA UN ORDENAMIENTO PESQUERO EFICIENTE

Autor: Marcos Kisner Bueno

miércoles 21 de diciembre de 2005

El paso fundamental para establecer un ordenamiento pesquero concordante con un enfoque ecosistémico y de pesca sustentable, consiste en disponer de un organismo técnico científico que realice investigación pesquera y emita opiniones y recomendaciones basadas en dicha investigación.

El Perú dispone del Imarpe para tal efecto. Este organismo requiere un cambio en su esencia, el cual puede ser impuesto por la nueva administración que se hará cargo del país luego de las próximas elecciones.

Este cambio sustantivo se llama Independencia y autonomía. Debe ser un órgano totalmente despolitizado y autónomo. Sus informes, opiniones y recomendaciones deberán ser fundamentalmente técnicos, lejos de la tentación de que se ejerza influencia política o de grupos de poder sobre los mismos a fin de justificar alguna medida administrativa.

Este organismo, a través de sus informes, opiniones y recomendaciones, debe ser el sustento de la toma de decisiones políticas y administrativas por parte de la autoridad de pesquería. Esta última, legalmente tiene la facultad de normar el funcionamiento del sector, pero deberá asumir las responsabilidades y consecuencias de sus decisiones, sin que exista la menor posibilidad de fundamentar las mismas en informes emitidos por el órgano científico que no respondan a una honesta, franca y rigurosa metodología científica libre de cualquier tinte de influencia económica o política.

La credibilidad y seriedad de los informes científicos debe ser absoluta y basada exclusivamente en criterios técnicos que apunten a la sostenibilidad y protección de los recursos pesqueros.

Para lograr ello, se requiere como complemento fundamental, que Imarpe disponga de los recursos económicos suficientes y necesarios par alcanzar sus objetivos. El sector, mediante una adecuada tributación, que genere recursos económicos para el Estado concordantes con el impacto que genera sobre los recursos pesqueros y con el volumen de sus ingresos por ventas, deberá asignar una participación adecuada y suficiente para el Imarpe. Y deberá tener, además, los elementos legales necesarios para proveerse de los medios técnicos y económicos requeridos vía donaciones, ingresos propios o colaboración de fuentes externas, procurando no crear sobrecostos sobre el sector pesquero.

Una política pesquera adecuada e integral para el desarrollo sostenible de la pesca, requiere de esta adecuación para lograr sus fines. La dirección del órgano científico debe recaer sobre personas libres de presiones políticas y gozar de una autonomía tal como la tiene la Defensoría del Pueblo o el Tribunal Constitucional

La investigación en pesquería, según leemos en http://omega.ilce.edu.mx , ?trata de estudiar un sistema, trata de conocer su estructura y describir su funcionamiento; ningún sistema en que pueda trabajar este investigador es realmente cerrado, es decir, cada sistema tiene relación con otros y en consecuencia está compuesto, simultáneamente, por sistemas de orden inferior que a su vez son parte de un sistema rector de orden superior. Así, un organismo está compuesto de órganos que se estructuran con base en los tejidos y éstos, de células que contienen moléculas, pero al mismo tiempo el organismo es miembro de una comunidad que ocupa un hábitat.

La aplicación de los métodos de investigación científica al conocimiento de los recursos marinos se realiza con el fin de conocer de qué manera cambian estos recursos en su distribución y composición debido a variaciones en su ambiente, puesto que los efectos de esos cambios se manifiestan notablemente en las capturas; es muy conveniente contar con información periódica sobre ellos y, si es posible, llegar a predecirlos.

En general, cuando se habla de investigación pesquera la mayor parte de la gente piensa en biología, debido a que por pesca se puede entender la actividad humana que, con ayuda de instrumentos apropiados, tiende a capturar organismos acuáticos, para aprovecharlos generalmente como alimentos.

Sin embargo, se tiene que señalar que la investigación pesquera debe considerar la pesca como un sistema total, en el cual intervienen: los organismos acuáticos, como el recurso natural que se explota; las características biológicas de estos recursos, y las propiedades fisicoquímicas y geológicas del medio ambiente donde se desarrollan. También se toman en cuenta las actividades relacionadas con las técnicas que se emplean para la captura, la elaboración y el almacenamiento de los productos, la venta de los mismos, así como los procesos económicos y sociales que se generen con motivo del aprovechamiento integral del recurso, además de la política que tenga el país para normar los procedimientos de las instituciones que dirijan la mencionada actividad pesquera.

Estas características distintivas de la explotación de los recursos acuáticos determinan el carácter de la investigación pesquera, la cual no se limita solamente a hacer el estudio biológico y ecológico para dicha explotación, pues al estar interesada en la pesca como un sistema total, le conciernen, además de las biológicas, las investigaciones de tipo tecnológico, económico y social.

Los sistemas que componen una pesquería y que son estudiados por la ciencia pesquera tienen características muy especiales que no presentan otros sistemas de explotación por el hombre: estas características derivan de ciertos rasgos de los organismos que forman el recurso pesquero y de las circunstancias en que se verifican las operaciones. Los recursos son generalmente invisibles y de propiedad común, y las circunstancias de su explotación están acompañadas de grandes riesgos, ya que el producto es sumamente delicado.

Por estas razones, cualquier intento de describir el funcionamiento de los sistemas de la pesca, objetivo de la ciencia pesquera, ya sea al nivel de recursos u otro superior, debe comprender elementos técnicos y sociales.

De este modo, la reglamentación de la explotación de los recursos acuáticos es determinada por consideraciones biológicas, económicas y sociales que no existen para otros niveles bióticos.

Por lo tanto, en las investigaciones que permiten conocer la disponibilidad, la accesibilidad y la vulnerabilidad, se requieren estudios biológicos, tecnológicos y económicos. Los estudios biológicos están orientados a entender el ciclo de vida del recurso, para informar a la industria dónde, cuándo y cuánto puede pescar, y así calcular los niveles de captura que se pueden obtener de cada stock y poder predecir los cambios que se producen en la disponibilidad del recurso, al utilizar generalmente el modelo que sostiene que la población pescable (S 2 ) es igual a la suma de la población natural (S 1 ) con sus posibilidades de reproducción (G) y reclutamiento (R) menos la mortalidad por pesca (C) y la mortalidad natural (M).

Con lo anterior, la biología pesquera, que estudia el sistema recurso, tiene como objetivo, además de conocer el recurso para aprovecharlo racionalmente, llegar a intervenir en él, es decir, manejar su hábitat y dominar su cultivo. En este campo se hace necesaria la participación de oceanólogos pesqueros que trabajen de manera complementaria con el biólogo.

Estos conocimientos permitirán programar el desarrollo y crecimiento de la industria sobre bases reales, ya que al conocer la cantidad del recurso con el que se cuenta o se puede contar, se podrán calcular las inversiones, y evitar tener un número mayor de unidades de captura o de proceso que harían incosteable la operación. También permitirían explotar racionalmente el recurso y evitar la sobrepesca o el subaprovechamiento, y establecer los periodos de veda u otras medidas para reglamentar la captura conservando los recursos.

Además, los conocimientos aportados por la biología harán posible mejorar los procesos de elaboración, almacenamiento, manipulación y control de calidad de los productos, con base en los conocimientos de las cualidades de los organismos, y la acción bacteriana que interviene en cada paso del proceso.

El sistema de captura está formado por la unidad de pesquería y la unidad de pesca. La de pesquería es el conjunto de barcos, hombres e instrumentos que operan en un régimen común para la explotación de algunos recursos en un área más o menos determinada, y la unidad de pesca consta del equipo y mano de obra que puede realizar la pesca en forma autónoma. La investigación en este campo la efectúa la tecnología pesquera.

Los estudios sobre la tecnología pesquera permiten aportar conocimientos sobre el diseño de las artes de pesca eficientes de acuerdo con la forma de buscar, capturar y matar a los organismos; características de las embarcaciones en cuanto a su potencia en relación con el monto y la eficacia del esfuerzo pesquero; los métodos para localizar a los organismos, como el uso del sonar y la ecosonda. Estos conocimientos caen dentro de los ámbitos de la física, de la arquitectura y de la ingeniería naval.

También corresponde a la tecnología pesquera el diseño de los métodos para la conservación, elaboración, almacenamiento y transporte de los productos, empleándose conocimientos de la química y de la ingeniería industrial; asimismo, interviene en la planeación de los puertos y terminales pesqueras, desde la localización del lugar hasta su construcción con las obras de protección, navegación, infraestructura de operaciones y las instalaciones necesarias para el eficaz funcionamiento de la flota pesquera.

En cuanto a la economía pesquera, las investigaciones permiten conocer uno de los requisitos básicos de toda actividad pesquera, es decir; si es rentable o no, con el análisis de los costos de operación, así como del mercado real y potencial.

Al mismo tiempo, la investigación en economía pesquera está ligada al campo de la sociología, y aportará las bases sociales de la organización de la industria para tomar las decisiones que permitan hacer la mejor utilización de los recursos en beneficio de la comunidad, de acuerdo con las condiciones de los sectores humanos que intervienen en la pesquería. Desempeña así un papel básico en la creación de la legislación pesquera tanto nacional como internacional, al estudiar las implicaciones económicas, políticas y sociales que todo tipo de legislación tiene implícita.

En todos los sistemas que componen la actividad pesquera, es importante diseñar la estructura institucional de la industria, hacer el análisis de las pesquerías en relación con el resto de la economía del país, estudiar y medir las operaciones de la industria en términos financieros de costo-beneficio, etcétera; estudios que le corresponde llevar a cabo también a la economía pesquera.

Estas investigaciones permitirán manejar de manera adecuada la industria pesquera, que consta de una serie de actividades integradas que van desde el conocimiento del recurso en captura o cultivo, basta la comercialización y consumo, pasando por la industrialización y transporte. Para lograr su desarrollo se tienen que conocer a fondo las diferentes pesquerías que la forman.

Una pesquería está formada por el conjunto de unidades de pesca que extraen un recurso de las aguas, en un área definida, con el mismo tipo de barcos y artes de pesca. La descripción de una pesquería informa sobre los recursos que explota, sus unidades de pesca formadas por la embarcación, las artes y la tripulación, cómo es física y económicamente la flota, de qué manera aumenta y cambia, desde cuándo, dónde y cuánto pesca. Esta descripción proporciona información también sobre la infraestructura que se relaciona con la industria, como muelles, caminos, etcétera; y, por último, de los desembarques de la captura, su preparación y distribución hasta llegar a los compradores o consumidores.

La investigación pesquera se inicia al tratar de establecer la cantidad de recurso que puede capturarse en un momento determinado, lo cual depende del tamaño de la población y de la capacidad de la flota para pescar; para lograrlo, los biólogos pesqueros tienen que estudiar las características de la población natural, la composición por sexos y edades, la capacidad de reproducción, el crecimiento de los individuos, la supervivencia y las características actuales y futuras de su medio.

El propósito de toda pesquería es obtener materia prima que sirva, directa o indirectamente, para la alimentación humana. Sin embargo, las decisiones para iniciar, desarrollar y mantener una pesquería toman en consideración, además, la creación de fuentes de trabajo para los pescadores y personas que pueden trabajar en el procesamiento y mercado de las capturas; los efectos económicos en las actividades relacionadas con la pesca que se refieren a la construcción de barcos, motores, artes de pesca o aparejos, fabricación de hielo, etc.; y la posibilidad de proporcionar divisas al país exportando productos.

Para entender todos los aspectos de la industria pesquera es necesario disponer de información sobre cada uno de sus componentes: recursos, embarcaciones y aparejos, plantas de procesamiento, así como de las organizaciones que la administran y de las industrias relacionadas con ella. Este es el trabajo de los economistas pesqueros, los que realizan investigación con base en encuestas que se elaboran en los diferentes sectores, y auxiliados por computadoras.

EN LOS últimos años las capturas de productos del mar se han acrecentado de modo impresionante y el esfuerzo que se realiza para obtener cada tonelada de pescado ha aumentado intensamente; se considera que algunos de los recursos marinos comerciales llegan ya a las capturas máximas o, incluso, son excesivamente explotados. Frente a esta situación, existe la creencia cada vez más aceptada de que se deben regular y, en ciertos casos, reducir algunas operaciones pesqueras, con el objeto de que las poblaciones continúen proporcionando rendimientos adecuados para que puedan seguir siendo utilizados, de la mejor manera posible, los recursos existentes.

La reacción de la industria pesquera ante el problema de la pesca excesiva ha consistido en dedicarse a capturar otras poblaciones que viven en nuevas áreas del océano, generalmente más distantes; pero es evidente que este proceso no puede seguir de manera indefinida.

Es posible que algunas de estas poblaciones también se estén agotando, Por ello, la regulación de las pesquerías es un caso que exige cada vez mayor atención.

El problema de la pesca excesiva se agrava porque los recursos pesqueros no tienen, por lo general, un solo propietario y su conservación eficaz depende de la participación de todos los que explotan una determinada población de organismos.

Hace un siglo, casi todo el mundo, incluso los científicos más destacados, creía que los recursos vivos del mar eran prácticamente inagotables. Esta idea, que en aquel momento estaba justificada teniendo en cuenta la captura que se lograba y las flotas pesqueras que existían, ha quedado invalidada por la explotación intensiva de muchas especies de gran valor y cuyas poblaciones han llegado a ser vulnerables.

El objetivo final de toda la regulación pesquera consiste en que las poblaciones se puedan renovar a un ritmo sostenible.

Los efectos de la pesca sobre una determinada población de organismos oceánicos deben ser calculados por los científicos, quienes se sirven de modelos matemáticos.

Al iniciarse la explotación de una especie, las grandes capturas hacen descender la abundancia de la población y, al aminorarse el volumen de ésta, las pérdidas por mortalidad natural y por pesca harán que las ganancias derivadas del crecimiento y de la incorporación de individuos jóvenes a ella sean menores. Si la captura es igual a ese excedente, la población no variará de dimensiones; si es mayor que este rendimiento sostenible, se reducirá.

Además de los aspectos biológicos de los recursos que se toman en cuenta para la regulación pesquera, se tienen que considerar los aspectos económicos y sociales, como la variación en los precios, distribución de los ingresos, producción de empleos y cambios en los ingresos.

Para alcanzar el equilibrio en la pesca se han desarrollado los métodos de regulación, basados principalmente en el esfuerzo y en el tamaño de los organismos capturados, como límite de talla, establecimiento de zonas y épocas de veda, limitación del tipo de artes de pesca y limitación del esfuerzo y la captura total.

El límite de la talla es considerado como un método eficaz para aquellas pesquerías en las cuales los organismos capturados con tamaño inferior al fijado, pueden devolverse al mar todavía vivos, o cuando el pescador pueda calcular el tamaño de los individuos.

Para que esta medida rinda en su totalidad, es necesario convencer a los pescadores de no capturar en las zonas de crías, donde los organismos alcanzan sus tallas menores, y de liberarlos si no tienen el tamaño permitido.

El establecimiento de zonas de veda y de épocas de veda son medidas que tienen que observarse en conjunto, porque con frecuencia van combinadas, tienen efectos similares y en el caso de ciertas especies migratorias, pueden ser prácticamente equivalentes. Estas medidas consisten en prohibir la captura en una zona y por un tiempo limitado, generalmente la etapa de reproducción y crecimiento, buscando que la población de la especie se restablezca al evitar la mortalidad por pesca.

Este sistema ayuda a controlar el tamaño de los organismos capturados cuando se trata de zonas o de épocas en las que abundan particularmente las tallas pequeñas; las vedas resultan inocuas cuando existen otras zonas o distintas especies a las que se puede capturar con provecho, y así se mantienen los gastos de la industria.

La regulación de los tipos de artes de pesca puede dividirse en dos disposiciones que tienen como finalidad reducir la mortalidad por pesca: las primeras restringen el empleo de las artes más eficaces o destructoras, y las segundas se aplican al tamaño de las mallas.

Estas medidas son necesarias cuando un aumento del esfuerzo de pesca reduce gravemente la captura, sobre todo el número de individuos jóvenes; por ejemplo, en el caso del atún se ha recomendado en algunas zonas evitar la red de cerco y pescar nuevamente con cañas.

La reglamentación del tamaño de las mallas ocasiona buenos resultados si se captura una sola especie, y es útil y aplicable en las redes de arrastre de la pesquería del camarón; pero es un método incosteable cuando en un mismo lance se pueden capturar varias especies, ya que disminuiría el rendimiento del arte.

La limitación del esfuerzo y de la captura total consisten en el control de la intensidad de pesca mediante la limitación directa de la captura; para poder aplicar este método es indispensable conocer la dinámica de la población, para establecer los modelos matemáticos de predicción que permiten, a quien dirige la pesca, regular el número de viajes y de lances que podrán hacer los pescadores durante la temporada de captura.

Los resultados de estos métodos de regulación se miden de acuerdo con el excedente que se produzca en el tamaño de la población y el equilibrio que se mantenga entre el valor total de la captura con respecto al costo para obtenerla. Estos métodos generalmente se combinan, con lo cual se pueden obtener mejores resultados que pueden llegar a convencer a los pescadores interesados de que la regulación es necesaria para mejorar las capturas en un futuro. Es importante que la aplicación de la regulación no sólo sea eficaz, sino que todos reconozcan dicha utilidad.

Una ordenación pesquera racional se basa en la restricción del libre acceso a la pesquería, lo cual puede resultar relativamente fácil en una pesquería nacional, a condición de que exista un organismo central con autoridad y facultades para su aplicación

Sin embargo, una gran parte de economistas y científicos sociales han considerado a la investigación pesquera con recelo, pues argumenta que los océanos son un vasto almacén de recursos que sólo están esperando que alguien los saque. Esto ha originado la poca atención a los difíciles y complicados problemas socioeconómicos relacionados con la explotación de los recursos del mar y con el desarrollo de las pesquerías, y sólo unos cuantos han tratado de analizar las oportunidades o las limitaciones que se presentan en la industria pesquera desde el punto de vista socioeconómico.

La ciencia pesquera actual tiene que tomar en cuenta los diversos aspectos que se presentan en la explotación de los recursos, para poder establecer los programas de crecimiento y desarrollo pesquero que los países necesitan. Con esta ciencia actúan, de manera relacionada y coordinada, otras ciencias y técnicas que aportan conocimientos para lograr el mejor manejo de las pesquerías.

Se tiene que destacar lo importante que es conocer la disponibilidad del recurso, basada en las características de mortalidad, crecimiento, cadenas de alimentación, reproducción y reclutamiento, y de acuerdo con los factores fisicoquímicos de su cuadro ambiental. Igualmente se tiene que considerar la accesibilidad, que está en función de las características de la flota y de la distribución del área de pesca. Asimismo se deben conocer la vulnerabilidad, es decir, las posibilidades de que el recurso sea capturado, las cuales se determinan por la naturaleza del arte de pesca y por el comportamiento del propio recurso, así como por la destreza de los pescadores?.