El aporte del enfoque ecosistémico a la sostenibilidad pesquera

Autor: Marcos Kisner Bueno

sábado 27 de agosto de 2005

J. Jairo Escobar Ramírez
Este documento fue preparado por J. Jairo Escobar, consultor de la División de Recursos Naturales e Infraestructura.
Este documento se presentó para ser discutido en la reunión Grupo de expertos sobre pesca responsable en el ecosistema marino, organizado por la División y que tuvo lugar en la sede de la CEPAL, entre el 3 y el 5 de diciembre de 2001.
IV. Efectos de la pesca sobre los ecosistemas
Nuestra habilidad para evaluar y predecir los efectos producidos por la pesca sobre los ecosistemas marinos es todavía muy limitada y lo es aún más para desagregar los efectos producidos por otras actividades antropogénicas y/o por causas naturales extremas sobre los mismos ecosistemas. La mayor parte de las dificultades derivan de la alta variabilidad de los ecosistemas y de la alta incertidumbre de nuestros conocimientos sobre ellos.
La pesca puede alterar no sólo las características de las especies (estructura de edades), sino también la composición de las poblaciones, y ejerce efectos no sólo sobre las poblaciones objetivo, sino también sobre las no objetivo y potencialmente sobre los ecosistemas como un todo. En general, se supone que la mayor parte de los efectos son consecuencia de la sobrepesca (mortalidad por pesca mayor que la mortalidad natural). Algunos de los efectos de la pesca son:
Se producen cambios en el ecosistema por la pesca selectiva de tamaños y especies, por la captura de especies no objetivo debido al uso de artes de pesca de limitada selectividad, mortalidad incidental por la pesca “fantasma”, por uso de redes de arrastre y métodos de pesca destructivos e ilegales que alteran el hábitat, etc. Estos cambios, por lo general son muy amplios y abarcan una gama de efectos que se incluyen dentro de cambios tanto en la estructura como en la función del ecosistema y cambios por la alteración del hábitat, tales como: modificación en la composición específica, cambios en la diversidad de las comunidades de organismos marinos, etc.
El aporte del enfoque ecosistémico a la sostenibilidad pesquera

Con relación al efecto de la pesca sobre los ecosistemas marinos, se desconoce: las condiciones de “buena salud” del ecosistema previo a la actividad pesquera, los límites y fronteras de los ecosistemas, el tipo y número de respuestas del ecosistema en función del número de artes y métodos pesqueros, las respuestas individuales a nivel de especies, etc. En general, los ecosistemas son sistemas muy complejos donde las interacciones crecen exponencialmente a medida que aumenta el número de especies; por lo tanto, el número de respuestas y el efecto de la pesca puede ser alto y también muy diferente. Aún no conocemos bien los impactos a corto plazo desagregados de la pesca sobre los ecosistemas y es más difícil aún prever el impacto a largo plazo; también es muy difícil decir si los ecosistemas en el océano abierto están o pueden ser afectados en mayor grado por la pesca que los ecosistemas ubicados cerca de la costa y es aún más difícil cuantificar la diferencia (Caddy y Griffiths, 1995).

Se conoce que debido a que la pesca remueve un porcentaje de una o varias especies del ecosistema, ésta afecta con distinta intensidad las relaciones presa-predador.
Predadores grandes con ciclos de vida larga y presas pequeñas con ciclos de vida corta constituyen las principales fuentes de captura de peces. La mayoría de las especies de captura comercial se ubican en los niveles tróficos altos o cercanos a ellos, y medios, y son especies por lo general de baja fecundidad y largos períodos de vida, crecimiento lento y amplia distribución. La eliminación sustancial y selectiva de los predadores conduce a un desequilibrio trófico que se refleja en una mayor abundancia y variabilidad de la presa (especies forrajeras) (NMFS, 1998). Los niveles moderados de explotación eliminan los individuos de más edad y lento crecimiento y reducen la abundancia de los grandes depredadores, incrementando por lo tanto la productividad de las poblaciones restantes y los rendimientos sostenidos. A altos niveles de explotación se reducen las especies grandes y de lento crecimiento a nivel de extensión.
(FAO, 1991). Desde esta perspectiva, la pesca es una actividad predadora y sus efectos ecológicos son sustancialmente mayores y complejos que la simple remoción de la biomasa, por lo que se espera que ocurran cambios sustanciales en todo el ecosistema.
Por otro lado, la eliminación selectiva de la presa puede ir en perjuicio de los predadores (Sanders, 1998). En general, la pesca reduce los niveles tróficos, altera las relaciones presa-predador y puede inicialmente incrementar las capturas para luego reducir los rendimientos pesqueros. Además, la pesca puede cambiar las velocidades de crecimiento y la mortalidad tanto de las especies objetivo como de las especies asociadas o dependientes.
Cuando los ecosistemas son fuertemente alterados, éstos pueden no regresar a su condición original aun cuando las causas generadoras de esa alteración hayan sido retiradas; éste es el caso de algunos ecosistemas críticos como los arrecifes de coral, manglares. Es muy probable que algunos estuarios, arrecifes de coral (Hughes, 1994) y ecosistemas de manglar hayan sido afectados irreversiblemente por la pesca y por otras actividades destructivas del hábitat. Más lejos, costa afuera, los efectos de la pesca en sí misma sobre la abundancia de las especies objetivo y no objetivo pueden alterar radicalmente las comunidades y ecosistemas (NMFS, 1998). No se conoce de áreas que después de ser sometidas a una pesquería intensa, durante períodos largos de tiempo, hayan retornado a sus estados previos, aun cuando el esfuerzo pesquero haya sido reducido. Cuando la sobrepesca se mantiene por encima del umbral de resiliencia y los límites se han excedido por un efecto combinado de la destrucción del hábitat y por la pesca, es muy dudosa la recuperación del ecosistema. En los sistemas abiertos oceánicos, la pesca local fuerte en combinación con los principales cambios en las condiciones del océano pueden producir el colapso de las pesquerías, tanto por la repartición de la energía o biomasa entre los niveles tróficos (Barber y Chavez, 1983).
Cuando se sustraen especies del ecosistema por la pesca, la productividad total puede
no cambiar drásticamente pero sí su resiliencia y estabilidad. Se conoce que la pesca puede alterar la diversidad, pero sus efectos a largo plazo en los ecosistemas marinos no están claramente conocidos. A nivel ecosistémico, se conoce que la sobrepesca produce alteraciones importantes en la diversidad haciendo que la producción biológica sea redireccionada a especies alternativas. Sin embargo no esta claro que en los ecosistemas donde haya ocurrido esto, ellos sean menos productivos o eficientes (NMFS,1998).
Pero se conoce que estos ecosistemas pierden valor o atractivo para otros usos, como por ejemplo el turismo. Se presume que cambios en la biodiversidad dados por la pesca producen una disminución en la resiliencia de especies, comunidades y ecosistemas, especialmente por perturbaciones que ocurren en escalas de tiempo a largo plazo (Boehlert, 1996).
Las evaluación del tamaño de las poblaciones está basada en los datos de capturas desembarcadas y en los estimativos de esas descargas. En general las estimaciones reales de la cantidad de peces que son removidos por la pesca provienen de información sobre: las capturas desembarcadas, capturas no reportadas, descartes pesqueros y de la mortalidad de peces que entran en contacto con las artes pesqueras pero que no son capturados. Sin embargo, existen especies en las capturas sobre las cuales no hay información. Los informes sobre los descartes pesqueros y las capturas incidentales son muy raros así como la información sobre la pesca fantasma. Bajo estas circunstancias la remoción total de peces es subentendida o subestimada y en algunos casos la captura incidental (by-catch) puede llegar a ser significativa.