Modesto comentario sobre los cambios de Ministros

Autor: Armando Arbulu A
.Ing.CIP 47576
Capitán de Pesca

miércoles 26 de enero de 2005

Aun no aprendemos la lección, que el Perú es un país postergado en su desarrollo gracias a la desastrosa gestión de la mayoría de los Ministros con honrosas excepciones que por dignidad terminaron renunciando.

No voy a generalizar porque seria injusto, pero en el caso de Pesquería aun cuando

existía el cargo de Ministro hasta hoy como Vice Ministro y Ministerio de la Producción solo hemos tenido en la mayoría de los casos simples administradores que solo han hecho tiempo para ver sus intereses o proteger los intereses de otros, dejando el ministerio sin rendir cuenta alguna, pero que podemos esperar de aquellos que juran con la mano en la Biblia, por la patria y otras frases mas que se les ocurra pronunciar no es mas que una grosera burla al pueblo peruano.

No se llega a un ministerio a aprender porque si no lo hicieron en la escuela y en la universidad que éxitos pueden tener, tal vez confiados en la labor de sus brillantes asesores que con su soboneria y su incompetencia no hacen mas que complicarles mas la vida, pero como el criterio nace del conocimiento no aplican ningún plan de desarrollo y solo atinan a mover la cabeza cuando tienen la presión de algún grupo económico o de algún gremio de pescadores.

Para salir exitoso se necesita liderar y esto es lo que no tienen nuestros Ministros en su mayoría porque el zapatero no esta con sus zapatos si no esta tocando violín.

En un articulo anterior mencione que en un programa de televisión un conocido intelectual dijo que el Perú esta así, porque estamos gobernados por unos pobres diablos no puede haber respuesta más inteligente y todo empieza por la cabeza, mientras que profesionales competentes y honestos sigan saliendo del país, el rumbo que seguirá nuestra extracción pesquera será incierto favoreciendo a nuestros vecinos del sur.

No veremos horizonte claro mientras no se reflexione profundamente, que ya basta de decir las cosas con timidez y no llamarlas por su nombre, el cambio no llega solamente por tener buena voluntad si no conduciendo una flota que alimente todas nuestras perspectivas a corto, mediano y largo plazo.