Entre las sombras de los apagones
Autor: Francisco J. Miranda Avalos
lunes 2 de mayo de 2011
Nadie se acuerda ya de los años del terror, la prosperidad y el desarrollo han dejado en la conciencia colectiva del peruano, todo eso como asuntos del pasado. Ya no importa, lo que importa ahora es ganar dinero y disfrutarlo. Sin embargo, la prosperidad peruana actual tiene un precio, uno que hemos pagado todos los peruanos, muchos con sus propias vidas.
Me toco vivir la juventud en años muy calientes, entre los discursos multitudinarios del Velasquismo y la joven, ingenua y renaciente democracia que forjo el segundo gobierno de Belaunde. Al cumplir mis 18 años, enfrente la primera elección de mi vida con mi flamante libreta electoral, la del congreso constituyente, presidido por Haya de la Torre, sabio y poliglota personaje que alcance a escuchar con agrado en sus concurridos coloquios de los jueves en la Av. Alfonso Ugarte, cuando algunos amigos apristas intentaban jalarme para sus filas, cosa que nunca pudieron lograr. Ni siquiera en mi segunda alma mater, de corazón aprista la UNFV, donde me toco ser presidente de comité electoral para una elección del consejo estudiantil, donde por primera vez perdieron los “compañeros” por unos cuantos votos, nadie jamás discutió la elección, fue justa y transparente. Cuando me preguntaron por qué no los ayude, respondí: ellos ganaron por que tuvieron mejores propuestas que ustedes, además se preocuparon por difundirlas bien, mi labor era ser neutral y mostrar a todos que no permitiría una trampa electoral. Ustedes me eligieron por eso, por mi neutralidad.
Ser neutral en un pais tan difícil como el Perú, es realmente complicado, pero no imposible. Sin embargo existen momentos en la vida en que la reflexión profunda no da espacio a la neutralidad, por que esta se parece mucho a la inacción y algo que no podemos hacer es quedarnos indiferentes ante las injusticias de cualquier tipo. Así que prefiero calificarme como un conciliador, porque creo que existen formas de acción que desde la neutralidad pueden conducir a la personas a buscar un rumbo correcto con el que todos estén de acuerdo, arribando a un consenso natural. Pero he descubierto que ese consenso nace siempre de la buena información, y para tener buena información, es preciso pasar primero por una buena educación, que permita analizar concienzudamente la información que recibimos día a día, muchas veces falsa, muchas veces contradictoria, para extraer de ella las muchas veces sutiles impurezas que nos impiden dar el enfoque correcto para tomar una decisión correcta.
Muchas veces me preguntan respecto a que pienso de la Guerra contra el Terrorismo, ya que me toco vivirla muy cerca. Y siempre comienzo explicando el marco en que se desarrollo, con algunos elementos que la mayoría de los civiles como yo no comprenden. Como tampoco comprenden cómo llegamos a la barbarie de más de 60 Mil muertos. Pero no me cabe duda que es algo que no debemos olvidar, por que siempre podría repetirse.
Podría comenzar con el típico “cliché” de que las diferencia sociales avivan conflictos, algo muy cierto, en aquella época e incluso hoy en día, las diferencias entre el rico y el pobre eran sumamente marcadas, pero además existían profundas faltas de respeto a la dignidad de las personas, producto del abuso de condiciones de poder económico o político. Que sin duda eran la mecha de toda una explosiva convulsión social. Pero sobre todo, había un factor fundamental para crear el caldo de cultivo, una inmensa falta de educación que aun hoy no está superada y una nación que no educa a su población no solo en conocimientos, sino también en valores, difícilmente puede pedir un respeto a la ética o a la moral y se expone sin remedio a la barbarie.
Teniendo un padre militar, era muy difícil salvarse de la relación con la vida castrense y con los valores, la vida en campamentos militares o cuarteles de los diferentes lugares del Perú adonde a mi padre le toco servir, hicieron compartir a toda la familia sus virtudes y desazones. ¿Por qué no me hice militar?, quizá porque de alguna manera ya había vivido esa vida de cuartel en cuartel y por si aun no estaba convencido, me toco asistir a un curso especial de “Reemplazos críticos” en el regimiento de Caballeria Nr. 13, donde a pesar aprender a manejar un sin número de armas de guerra y obtener un primer puesto como especialista en transmisiones, quede convencido de que ese no era mi destino futuro.
Pero tuve la oportunidad, gracias al círculo de amistades y trabajo de mi padre, de codearme con personajes realmente trascendentes de la historia del Peru, y el solo hecho de ser hijo de un comandante general del ejército, me permitió también el trato con oficiales e hijos de oficiales que luego se convirtieron en extraordinarios amigos, que de alguna forma comprendían el universo desde la óptica de mi formación personal, tan similar a la suya.
Soy testigo excepcional de historias increíbles, que muchas veces me siento tentado a contar, pero que siento que deben quedar en confidencia, porque sería muy difícil explicar su contexto al cristiano común. Sin embargo existe una historia testimonial, bajo la sombra de un apagón, que no puedo dejar de contar a ustedes porque es fundamental para explicarles a ustedes lo que viene después.
Los apagones ocasionados por la destrucción de las torres de alta tensión, fueron terriblemente perjudiciales para el Pais, pero durante ellos forje una amistad férrea con mi padre, con quien de alguna forma siempre viví en conflicto, permitiéndome hoy en su ausencia admirarlo más cada día, y comprender ahora que soy padre, sus vicisitudes así como sus serios dilemas. Una noche durante un apagón, nos sentamos con mi padre a tomar un café en el comedor de su casa, la conversación inevitable era: ¿como habíamos llegado a eso?. Su impotencia se manifestaba día a día, y en cada oportunidad mientras más apagones habían, mas diálogos y revelaciones me llegaban en confidente mensaje.
Pero en esa ocasión, su relato no pudo ser más revelador. Me hablo de las reuniones de guerra, que mantenían todos los lunes, para ver los asuntos del ministerio de Guerra; el presidente Belaunde, el ministro de guerra Gral. Luis Cisneros (El Gaucho) y mi padre como Comandante General del Ejército. En esa reunión se hablo de la posibilidad de capturar a Abimael Guzman, quien estaba reunido con todos sus co-partidarios en una casa en San Isidro, ellos; el Gaucho y mi padre le explicaron a Belaunde sobre la conveniencia de tomar preso a Guzman y a toda su plana mayor a lo que Belaunde respondió: “No General, no me teñiré las manos de sangre, ese hombre está enfermo, lo más probable es que muera solo”.
Luego añadió que en esa o en otra reunión, se discutió airadamente la participación del Ejercito en la lucha con la subversión, cosa con la que ni mi padre ni Cisneros estaban de acuerdo, porque consideraban que la subversión estaba provocando al estado precisamente para que el Ejercito pisara el palito y que ese era un asunto policial y que más bien debía reforzarse seriamente a la Guardia Civil y a la Guardia Republicana para que enfrentaran en igualdad de condiciones a un enemigo que los superaba en equipamiento. Por lo que Belaunde pregunto: ¿por qué no estaban de acuerdo? y ellos replicaron: El Ejército Peruano está compuesto por oficiales y personal de servicio militar obligatorio, muchos muchachos de 18 años de edad, a los que entrenamos para participar en una guerra convencional, donde existe un enemigo identificable, en esta guerra el enemigo se mescla con la población y eso ocasionara muchos errores, habrá muertos y excesos, eso es lo que el enemigo quiere. Belaunde entonces dijo: La Guardia Civil y la Guardia Republicana están desbordadas, necesitan el apoyo del Ejército y eso es lo que necesito. A lo que mi padre contesto: Si usted quiere el apoyo del Ejército, lo tendrá, pero queremos que no solo se involucre el Ejército, que lo haga toda la fuerza armada. Cosa que Belaunde acepto y así sucedió.
No puede dejar de expresar mi desconcierto por ambos relatos, de por si contradictorios y le dije: ¿Pero por qué Belaunde no quiso llenarse las manos de sangre con Guzman y en cambio metió a la fuerza armada en la lucha? A lo que él me respondió: Luchamos por la democracia y los peruanos eligieron a Belaunde, a nosotros los militares nos correspondía estar a sus órdenes sin dudas ni murmuraciones, como siempre se nos educo. Pero jamás sabré porque tomo esas decisiones tan contradictorias y hoy estamos aquí viendo toda esta destrucción y muerte. En todo caso hijo, los pueblos eligen su destino, fíjate bien tu que en el futuro ustedes elijan bien.
Hoy los militares del Perú pueden votar, en aquella época no. Hoy la fuerza armada y la policial son tan responsables de nuestro destino como lo es la población civil. Pero esa población electoral no debe olvidar el pasado, por que los enemigos de la democracia no son una fantasía, existen aun. Son ellos los que mataban a un oficial del ejército o de la policía, cuando viajaban en un bus vestidos de civil, de regreso a su cuartel, su comisaria, o de visita a su casa, desollándolo frente a todos los pasajeros, cortándole los miembros viriles e introduciéndoselos por el ano, para después colgarle un trapo rojo con el perverso mensaje de la hoz y el martillo y el texto: “así mueren los perros que sirven a la reacción”. Con ese tipo de provocaciones se inicio esa sucia guerra. Esas primeras víctimas del terrorismo eran elegidas al azar durante 1981 y 1982. Hoy son victimas olvidadas de una guerra que no queremos recordar. Oficiales y padres de familia, que servían a su país.
Muchos de estos personajes pro terrorismo visten saco y corbata, y logran pasearse por los pasillos del congreso de la República, gracias al voto popular, buscando como influir en la formación de su utopía política y dando un rostro amigable que esconde tras de sí los siniestros planes del terror y el caos, que solo interesa a los enemigos de la democracia.
Precisamente ayer asistí al congreso a la presentación del Libro del Vicealmirante Luis Giampietri Rojas “Rehén por siempre”, un crudo y sincero relato de su permanencia en la residencia del embajador del Japon, durante la toma de rehenes del MRTA, otro perverso grupo sedicioso, que cree en la violencia como camino para llegar al poder.
Hoy termine de leer el libro, y además de recomendarlo a todos ustedes, sobre todo a los más jóvenes. Giampietri expresa en el su honesta desazón por la injusticia de los valores torcidos, un mal actual del Perú, que permite el maltratato del justo y ensalza al asesino sádico violentista, enemigo de la democracia.
Luis Giampietri es un distinguido miembro de la Lista Oannes, ha estado entre nosotros desde sus inicios, su afición y conocimiento de los temas de la pesquería nacional son conocidos por muchos desde que asumió la presidencia del Instituto del Mar del Perú, tiempo durante el cual fue precisamente rehén del MRTA, yo quiero desde estas humildes letras, felicitarlo por la publicación de un testimonio histórico, claro y conciso, que nos permite recordar que aun en el Perú actual existen héroes como los comandos de Chavin de Huantar, Valer y Jiménez, que dieron sus vidas por el sueño de una patria grande, libre y democrática; para sus hijos y nietos.
Recordándonos que los enemigos de la democracia siguen presentes en sus diferentes formas.
Los peruanos no debemos perder el rumbo de los valores, debemos tener claro cuáles son nuestros objetivos como nación, debemos recordar que siempre existirán enemigos y que debemos siempre estar en guardia contra ellos, porque siempre estarán planeando destruirnos. Muchos de ellos tienen mascaras sobre sus rostros…no seamos ingenuos.
La estrategia de Sendero Luminoso se baso en dos conceptos básicos, la creación del caos económico, atacando a ElectroPeru, en aquel entonces la primera y la más rentable empresa del estado peruano, con lo que casi logro la paralización de la producción y la industria además de infundir terror entre la población. Y el ataque directo a la fuerza armada, para provocarla y hacerla entrar en una vorágine de sangre y venganza de la luego fue muy difícil salir, y sobre la cual algunos de estos sanguinarios personajes consiguieron la imagen del mártir que buscaban, al igual que en el caso de la toma de rehenes.
No nos confundamos. Tengamos claras nuestras ideas. Mas ahora en un momento electoral. La ONG Oannes, no puede tener una posición partidaria, no somos un partido político, no esperen de nosotros una posición definida por tal o cual candidato. Nuestra labor ha sido, es y será la de tender puentes entre nuestro colectivo virtual y el gobierno de turno, cualquiera que este sea. Para orientarlo hacia una correcta administración del mar y sus recursos de una manera técnica. Porque existen dentro de nuestras filas gente con una amplia experiencia en la administración de temas pesqueros y acuícolas, así como otros referidos a la administración de mar y sus distintos recursos, llámese puertos, turismo, energía, etc. Cuyas opiniones y/o propuestas no solo merecen ser escuchadas, sino también atendidas.
Pero también recordemos que existen muchas formas de actuar, por lo que organizaciones como la nuestra, no se enfocan solo en el corto plazo, sino también y especialmente en el mediano y largo plazo, porque creemos que para orientarnos a una correcta administración del mar y sus recursos, “debemos ser una gota permanente que labre la piedra”, sin mucha bulla, pero con efectiva perseverancia debemos lograr que la educación sobre temas de mar, llegue a la mayor población posible. Para que a través de esta educación, los hombres y mujeres que elijaran a nuestros gobernantes, sean capaces de exigir planes de gobierno coherentes y realistas para determinar el manejo multidisciplinario de los 3000 kilómetros de costa nacional, donde descansa gran parte del futuro de nuestro pais. En esta lucha, nuestra arma fundamental es educar, hacer comprender al Peruano común la problemática marina para que no sea ajeno a ella y se involucre con nosotros.
Volver la cara al mar, del que hemos estado de espaldas por generaciones, no es una tarea fácil. Si los partidos políticos no elaboran planes de gobierno para nuestro sector, o lo hacen de manera breve, sin darle la debida importancia al segundo sector económico mas importante del pais. Es única y exclusivamente por qué no lo entienden. Nosotros debemos ser los responsables de que en un futuro todos los partidos políticos tomen en consideración a nuestro sector, eso solo depende de nosotros y de nadie más. Somos un colectivo virtual especializado en una materia que hoy es “tabú” para otros. Debemos desmitificarla y hacerla comprensible a los ojos de cualquier cristiano.
Pero también debemos lograr que destacados miembros de nuestro colectivo lleguen a cargos públicos importantes, para hacer labor, como desenmarañar la intrincada red legal que se ha creado tras la actual Ley General de Pesca, por decir solo un ejemplo. No importa la gestión, este no es un tema político, es técnico, por lo que en el fondo no interesa cual sea el partido que gobierne, los miembros deben tener el compromiso de por lo menos intentar generar cambios reales, que favorezcan en desarrollo del sector y propicien principalmente una Pesqueria y una Acuicultura sustentable en el tiempo, que permita la creación de diversos puestos de trabajo, conviviendo con sectores tan importantes para el desarrollo marítimo y portuario como el turismo y la energía renovable. El peruano común debe comprender que para administrar el mar no necesitamos solo el concurso de un tipo de profesional, debemos dar un enfoque multidisciplinario.
Propuestas hay muchísimas, durante 15 años a cargo de este foro, las he resumido y expuesto en todo lugar donde he podido a través de un “Resumen de contenidos”. Este documento dinámico, en el que se incluyen año tras año diversas propuestas nuevas así como otras de coyuntura, expresa el sentir consensual de nuestro colectivo y todos deberíamos tenerlo presente.
Se nos pide acción, acción somos. Desde que existe Oannes en 1996, la pesquería nacional ha cambiado sustancialmente, y puede seguirlo haciendo. Depende solo de nosotros y de nuestra capacidad para usar eficientemente un medio con contenidos valiosos que coadyuven a la educación de los miembros o contribuyan a la difusión de la cultura del mar, no solo con afables saludos, felicitaciones, reclamos particulares o despliegue de vanidades, que poco o nada aportan al bien común.
Nosotros cuidaremos de la existencia la Lista Oannes, su democracia y la libertad en sus expresiones; como ONG esa es nuestra obligación, la suya, como miembros: los contenidos. Los mismos que además de técnicos, deben tener incluidos siempre el mensaje del respeto a los valores éticos y morales que deben formar una sociedad libre y justa, donde desarrollarnos y desarrollar nuestros proyectos de vida como nación marítima. Si recordamos día a día que los derechos de uno terminan donde comienzan los del otro, tal vez lo logremos.
FJMA/2011