Fuente: Wayka Perú, Lima

Perú - La salud de las personas expuestas al derrame de petróleo de Repsol es invisible para el Estado

martes 19 de abril de 2022

Perú - La salud de las personas expuestas al derrame de petróleo de Repsol es invisible para el Estado

18 Abr, 2022

Poblaciones asentadas cerca a las playas contaminadas por el derrame de petróleo de Repsol denuncian sufrir síntomas que estarían vinculados a la exposición de hidrocarburos como mareos, problemas respiratorios, ardor de ojos y diarreas. En los reportes de la Diresa del Callao, sin embargo, “no se tienen casos o atenciones asociadas a la exposición a hidrocarburos”.

Por Alvaro Meneses
Fotografías y videos: Juan Zapata

Frente a la playa Bahía Blanca, en el distrito de Ventanilla de la provincia del Callao, un fuerte olor proveniente del mar hizo que los vecinos del Asentamiento Humano Nuevo Pachacútec salieran de sus casas la mañana del domingo 16 de enero. Entre ellos se preguntaron si alguno estaba manipulando sustancias químicas, sin saber que la noche anterior el OEFA había reportado un derrame de petróleo muy cerca de allí, en la Refinería La Pampilla del grupo Repsol.

Desde esa mañana, Jovani Rosales López, un vecino de esa zona de 29 años que hasta entonces se dedicaba a la pesca artesanal, recuerda que todos a su alrededor, como su familia y vecinos, sufrieron mareos, dolor de garganta y diarreas por más de tres semanas. Síntomas vinculados a la afectación por metales pesados tras la exposición a hidrocarburos, según instituciones públicas dedicadas a la salud y especialistas consultados por Wayka.pe.

Pese a que existen poblaciones asentadas en las 46 playas potencialmente contaminadas por los más de 6 mil barriles de petróleo derramado, el Ministerio de Salud no ha identificado ninguna persona afectada por la exposición a hidrocarburos, de acuerdo a los reportes de la Dirección Regional de Salud (Diresa) del Callao obtenidos por Wayka a través de diversas solicitudes de información.

Ante los ojos del Estado peruano, la salud de las poblaciones expuestas al derrame de petróleo de Repsol es invisible.

SÍNTOMAS DEL DERRAME
Antes de aquel sábado 15 de enero en el que empezó a derramarse el petróleo desde la Refinería La Pampilla, Jovani Rosales se dedicaba a la pesca artesanal en la playa Bahía Blanca, como la mayoría de sus vecinos. En un buen día, recuerda, pescaba entre 15 a 20 kilos, y su venta le dejaba una ganancia de hasta 100 soles. El pescado, enfatiza ahora con nostalgia, no faltaba en su mesa. “Lo que antes me sobraba ahora me hace mucha falta”, dice.

La mañana del domingo, cuando el avance del petróleo llegaba a la playa Bahía Blanca, Jovani estaba organizando un campeonato de fulbito en el Asentamiento Humano Nuevo Pachacútec. El fuerte olor del hidrocarburo generó quejas por dolores de cabeza y mareos en su barrio. Y con la sensación de que estaban a punto de desvanecerse, Jovani y muchos de sus vecinos dejaron sus casas hasta alcanzar una zona en donde el olor del petróleo no se perciba.

De pronto, el horizonte frente a su casa que siempre fue azul marino y refrescante, se volvió negro e insoportable a los sentidos del cuerpo humano.

En las siguientes cuatro semanas, tras haber estado expuestos al olor del hidrocarburo, Jovani, su familia y sus vecinos presentaron problemas respiratorios. “No podíamos hablar, nos ahogábamos con la tos. Nosotros pensábamos que teníamos covid, fuimos a sacarnos exámenes pero salimos negativo. Así estuvimos como un mes”, cuenta el pescador.

Posteriormente las personas de la zona también sufrieron diarreas. “Todos los que vivimos por acá sentimos eso. Salíamos a preguntar cómo estábamos y todos decían lo mismo. Eran los síntomas de todos”, rememora.

De acuerdo a la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades, del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, la exposición al hidrocarburo durante varias horas puede producir fatiga, dolor de cabeza, náusea, adormecimiento, dificultad para respirar, neumonía, irritación de la garganta y el estómago; y tras periodos prolongados puede producir daño permanente en el sistema nervioso central.

Componentes del hidrocarburo, como el hexano, incluso pueden producir una alteración en los nervios conocida como neuropatía periférica, donde se pierde la sensación de los pies y piernas. Y en el peor de los casos, de acuerdo a la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades, puede generar parálisis.

En opinión de Ricardo Puell, médico cirujano especializado en toxicología en el Colegio Oficial de Químicos de Sevilla (España), si bien los síntomas que provocan los metales tóxicos en el cuerpo humano son variados, algunos de ellos son los que sufrió Jovani y sus vecinos. «Dependiendo de la concentración y del tiempo de exposición, la gran mayoría de metales pesados son irritantes de las vías respiratorias; también afectan el sistema nervioso, que se manifiesta en diarreas y mareos», apunta Puell.

Ricardo Puell Calderón, médico cirujano especializado en toxicología. Foto: Universidad Nacional de Tumbes.
El Ministerio de Salud, sin embargo, no ha detectado casos de personas afectadas por la exposición a hidrocarburos tras el derrame de petróleo en la Refinería La Pampilla del grupo Repsol.

LO QUE EL ESTADO NO VE

Pese a que los síntomas de las personas expuestas al derrame de petróleo coinciden con los apuntes de instituciones públicas y especialistas dedicados a estudiar los efectos de los metales pesados, la Dirección Regional de Salud (DIRESA) del Callao reporta que “no se tienen casos o atenciones asociadas a la exposición a hidrocarburos en los establecimientos de salud de las jurisdicciones afectadas por el derrame de petróleo” desde el 15 de enero hasta el 4 de marzo.

Tras una solicitud de información, Wayka pudo conocer que la Diresa del Callao no ha «reportado casos de pacientes con problemas de salud relacionados con la exposición al derrame de hidrocarburos».
De acuerdo a información solicitada por Wayka.pe, en los reportes de la Diresa del Callao apenas constan atenciones de forma general y no enfocada en la detección de afectación por metales pesados.

El 4 de febrero, por ejemplo, una campaña en la posta de Bahía Blanca atendió a 5 personas con enfermedades diarreicas agudas, 19 con parasitosis, 10 sospechosos de covid, 27 con infecciones respiratorias agudas y 5 por otros males. Otra campaña del 19 de febrero en la losa deportiva Proyecto Piloto Villa Pachacútec atendió a 14 personas con síntomas de covid-19 y vacunó contra el mismo virus a 30 adultos y 70 niños. Y otra del 26 del mismo mes en el mercado Hatun Inca entregó desparasitantes a 247 personas y brindó información a otros 90 sobre identificación de recursos marinos contaminados.

Fernando Osores, un ex asesor ministerial del Ministerio de Salud especialista en materia de metales pesados, reconoció ante Wayka.pe que los reportes de la Diresa del Callao que no muestran personas afectadas por la exposición a los hidrocarburos son consecuencia de una atención médica incompleta. “Se debió tomar el antecedente epidemiológico que dé cuenta de la situación de la exposición al derrame, la historia clínica y el apoyo laboratorial que muestre la presencia de metales pesados en las personas”, explica Osores.

Los reportes de la Diresa del Callao, según Osores, son apenas un subdiagnóstico.

Fernando Osores, exasesor ministerial especializado en poblaciones afectadas por metales pesados. Foto: Juan Zapata.
“Por ejemplo, si estamos haciendo un tamizaje de cáncer de cuello uterino en mujeres y no le hacemos el raspado de cuello uterino ni la prueba del papanicolau, el resultado de ese tamizaje será un subdiagnóstico. Igual es con poblaciones posiblemente afectadas por metales pesados”, ahonda Osores. “Hace falta desarrollar un protocolo de historia clínica toxicológica”, agrega.

La implementación de un protocolo para que el Ministerio de Salud atienda debidamente a las poblaciones expuestas a hidrocarburos y afectadas por metales pesados, precisa Osores, depende de la “Unidad Funcional de Atención a Personas Expuestas a Metales Pesados y Otras Sustancias Químicas”, adscrita a la Dirección de Prevención y Control de Enfermedades No Transmisibles, Raras y Huérfanas, de la Dirección General de Intervenciones Estratégicas en Salud Pública.

Por su lado, el toxicólogo Ricardo Puell coincide con el exasesor ministerial. «Debe tomarse en cuenta el factor de riesgo a la exposición al derrame, la sintomatología de la población en riesgo y la muestra biológica que permita confirmar la presencia de metales pesados en el organismo; pero no veo un interés del Estado en investigar la toxicidad de las sustancias en la salud de las personas expuestas al derrame, ni veo una verdadera atención», comenta.

La afectación a la salud se replica en las poblaciones asentadas en las 46 playas potencialmente contaminadas por los más de 6 mil barriles de petróleo derramado. Gráfica: OEFA.
VOCES DEL SUBDIAGNÓSTICO

El pescador artesanal Alejandro Huaroto, del Asentamiento Humano Puerto Pachacútec en Ventanilla, se encontraba sobre su kayak a 200 metros mar adentro de la playa Bahía Blanca la mañana del domingo 16 de enero pasado, cuando un fuerte olor a químicos le avisó la llegada del petróleo crudo que provenía desde la Refinería La Pampilla. “Yo estaba pescando en el mar cuando el petróleo llegó. Y salí casi desmayándome”, recuerda.

Alejandro, además, es parte de la Asociación de Pescadores Fundadores Armadores Artesanales de la Playa Bahía Blanca (ASPEFAEA), organización que ha reportado por lo menos 3 personas graves de salud por la exposición al derrame de petróleo de Repsol. Casos que resultan invisibles al subdiagnóstico que realiza el Ministerio de Salud.

“Lamentablemente ahora hay 3 personas de la asociación que se encuentran gravísimos de salud. Presentaron problemas respiratorios, luego de que inhalaron los vapores del hidrocarburo, pero en la posta dijeron que era covid. A todos los que íbamos con problemas pulmonares nos decían que era covid”, cuenta Alejandro. En su barrio, agrega, sus vecinos también sufrieron mareos, vómitos, dolor de garganta y diarreas en las siguientes cuatro semanas.

Desde la Plataforma Nacional de Afectados y Afectadas por Metales Tóxicos, que agrupa a poblaciones de 11 regiones que sufren los estragos de la contaminación ambiental de las actividades mineras y petroleras, el 21 de enero pasado se solicitó al Ministerio de Salud que implemente un plan especial multisectorial para atender a la población expuesta a los hidrocarburos tras el derrame en la Refinería La Pampilla.

Pronunciamiento de la Plataforma Nacional de Afectados y Afectadas por Metales Pesados y otras organizaciones de la sociedad civil.

El Ministerio de Salud, no obstante, no ha respondido al pedido de la organización y sus reportes demuestran que no ha brindado una atención enfocada en detectar la afectación de metales pesados en las personas que estuvieron expuestas al hidrocarburo.

Lejos del Estado indiferente, el pescador Alejandro Huaroto recuerda con frustración los síntomas que sufrieron sus vecinos luego del derrame de petróleo y piensa también en las personas que trabajaron recogiendo el hidrocarburo del mar. “El problema de la salud se va a intensificar no solo en ellos (sus vecinos), sino en las personas que han puesto a trabajar con implementos inadecuados y cuando los han tenido, sin un adecuado asesoramiento”, se lamenta desde la orilla de la playa Bahía Blanca, su lugar de trabajo antes del ecocidio.