Fuente: El Universo, Guayaquil

Ecuador - Pesca digna

viernes 20 de agosto de 2021

Ecuador - Pesca digna

María Fernanda Cobo M.
19 de agosto, 2021

Vivir del mar es cada vez más difícil para el pescador artesanal. La comunidad pesquera de pequeña escala se enfrenta a dificultades de gran escala: inseguridad, narcotráfico y corrupción institucional, que convierten al mar en ‘tierra de nadie’, donde garantizar la seguridad y la soberanía alimentaria es un derecho de alto riesgo, que se profundiza aún más frente a la depredación que sufre el mar ante una pesca industrial que no respeta límites.

Mientras el Estado es cómplice de esta realidad, el pescador artesanal se aproxima a la pobreza extrema al vivir con menos de dos dólares al día, como resultado de un esfuerzo pesquero donde operar desde la legalidad no admite denunciar a la burocracia que pone precio a cada trámite, a la delincuencia organizada que impone a cada robo un rescate o al control de millas náuticas sujetas a la interpretación de quién da más. Este silencio forzado que enfrenta el pescador artesanal ha creado una convivencia en el espacio marítimo costero, donde ejercer el derecho humano al mar tiene un alto precio.

Al ser el sector productivo, y no el Estado, el que genera riqueza, empleo y oportunidades de innovación, integrar la pesca artesanal en la cadena de valor alimentaria para el consumo humano directo en el mercado nacional representa la forma más ágil y eficiente de dignificar el esfuerzo pesquero individual, familiar y comunitario, con un enfoque ecosistémico donde el respeto al medioambiente entre en armonía con la creación de un nivel de vida justo y sostenible. Resulta urgente acelerar la profesionalización técnica de los procesos de la pesca artesanal, desde la recolección, clasificación, venta y distribución de las ganancias generadas, que estimulen la autogestión de un sector que necesita fortalecer la asociatividad para reducir su realidad informal, fragmentada y dispersa.

La pesca marina es estratégica para la seguridad alimentaria, la reducción de la pobreza y la gestión de los recursos naturales. Su práctica exige un proceso de modernización tecnológica que permita incubar emprendimientos focalizados en ganar eficiencias, diferenciación y desarrollo de herramientas más ecológicas que capturen el costo de oportunidad de un mercado de consumidores cada vez más conscientes del valor nutricional que representa la pesca fresca en su dieta alimenticia, así como la importancia del consumo responsable y solidario con las comunidades vulnerables. Es, a través del emprendimiento privado-social, como se podría garantizar un recambio generacional que fomente el rol de la mujer y la juventud en potencializar una pesca artesanal más inclusiva, más equitativa y con mayores capacidades para generar renta.

Fomentar la pesca artesanal responsable y defender la salud del océano desde el sector privado significa proteger, respetar y promover la seguridad alimentaria de la población, la generación de empleos y la seguridad ambiental. Esta convergencia de los intereses privados y sociales crea una riqueza de alto valor que ejerce presión para poner al Estado al servicio del crecimiento económico inclusivo y no el esfuerzo económico al servicio del Estado.